lunes, 3 de julio de 2023

Ruta de poder

DEL ASCENSO MILITAR DE MEDINA ANGARITA (BREVE EJERCICIO HISTÓRICO)

Luis Barragán

El día 7 de julio de 1935, el teniente coronel Isaías Medina Angarita pronunció un importante discurso en un acto de Estado presidido por el general Juan Vicente Gómez,  alusivo al 25° aniversario de la creación de la Escuela Militar y Naval; por cierto, discurso pronunciado al tratarse del oficial con el más alto grado próximo a ascender, como ocurriera efectivamente días más tarde, como lo determinado el Dr. José Alberto Olivar al verificar el dato en su inmediato contexto.   Debidamente autorizado por el Senado de la República, a quien le correspondía hacerlo en relación a los ascensos de la oficialidad superior, el evento adquirió una importante y decisiva significación tratándose del año en el que finalizó la dictadura,  convertido el coronel Medina Angarita en sucesor de Eleazar López Contreras en el ministerio de Guerra y Marina, después del interinato del coronel Antonio Chalbaud Cardona. Partiendo de la metodología empleada por [PUERTA BAUTISTA, 2023], nos aproximamos al discurso en cuestión [MEDINA ANGARITA, 1935], desde tres perspectivas: la positivista, la profesional y la del país.  

1.-        Una severa advertencia al país

Medina Angarita hace un llamado a la moderación de los ímpetus que da cuenta de las expectativas crecientes en torno a la salud del general Gómez, aunque rápidamente lo atribuye a nuestros ancestros guerreros. Por la “vehemencia de nuestro carácter, las determinantes violentas y aguerridas del ancestro”, reconociendo en Gómez al civilizador que actúa al reorganizar el ejército, encauzadas las fuerzas vivas, igualmente celebra la evolución de Bolívar “dentro del ambiente mismo de la lucha” [MEDINA ANGARITA, 1935].

            La visión positivista, predominante por entonces, convertida la noción de raza en cultura, explica también a la entidad armada que la aspiran íntegramente nacional. Vale decir, con la “existencia de unas representaciones comunes del mundo, la historia, la sociedad, etc., que unifican la visión que tienen los individuos de una sociedad, aunque provengan de lugares y comunidades diferentes” [SOSA A., 1985: 20].

            Determinante y trascedente la reorganización del Ejército, aunque hayan integrantes que jamás conocieron la experiencia de la guerra, ésta ha de comprenderse como una excepción en la vida de los pueblos, siendo útil la institución, por una parte, ya que preserva la paz, combate el analfabetismo, disciplina y mejora las condiciones físicas de la población en la que siembra el respeto y el altísimo sentimiento de Patria en la gente más humilde por cumplimiento del deber; y, por la otra,  es una escuela de efectiva democracia selectiva al ascender por escalafones.  Esto es, la corporación armada es un compendio de virtudes, e útil instrumento de civilización.

            El mensaje irradiado desde un acto de Estado del más alto nivel que cuenta con la presencia del general Gómez, presidente de la República y comandante en jefe, constituye una severa advertencia al país y a las generaciones inmediatamente sucesivas.  El Ejército y el país, únicamente se entienden a través de Gómez y de su legado.

2.-        Un mundo separado

A pesar de la utilidad de las Fuerzas Armadas y de la democracia selectiva que acarreaba, invocadas por el teniente coronel Medina, no sólo por la reseña de prensa de la época, tenemos la impresión y convicción de un mundo militar separado del civil. La por entonces vigente Constitución de 1931, determina en el ordinal 3° del artículo 60 que el Senado ha de autorizar el ascenso de los oficiales superiores [LAS CONSTITUCIONES, 1985: II, 1205], pero suponemos que no había una importante relación de los parlamentarios con  la oficialidad militar, cumpliendo con las postulaciones del Ejecutivo; y, mucho menos, cuando el ascenso al grado de coronel en adelante, constituía una excepción.

            Reparemos en otra circunstancia: el general Gómez fue Presidente de la República y Comandante en Jefe del Ejército, aunque este último cargo, a partir del Estatuto Constitucional Provisorio de 1914, fue separado del primero, ejerciéndolo exclusivamente.  Adquirido el carácter de órgano estatal autónomo, para 1931 ambas expresiones institucionales nuevamente coinciden, como lo ha observado Brewer-Carías en su estudio preliminar [LAS CONSTITUCIONES, 1985: I, 197, 201 s.].

            Hay  indicios de la anticipada redacción del Plan de Febrero lopecista [CABALLERO, 1998: 65],  y una equivalente previsión puede revelar el rol protagónico del teniente coronel Medina Angarita en un acto político, a escasos meses de morir Gómez, como lo ha expresado en una conversación personal el Dr. José Alberto Olivar. La sucesión en el poder estaba prevista, al igual que en el importante y  decisivo ministerio de Guerra y Marina que tampoco  hubiera logrado impedir Eustoquio Gómez, en caso de haber sobrevivido; acotemos, siendo de mayor antigüedad que Medina Angarita, quien lo tendrá años más tarde como ministro del área, egresado de la Escuela Naval, Chalbaud Cardona hace una breve pasantía ministerial en 1936.

            Comprobado con el deceso del dictador, la institución armada se impuso como quizá no pudieron prever los tradicionales adversarios que desestimaron los pasos iniciales para su modernización.  Quedó resuelto uno de los problemas esenciales del Ejército: el de convencerse a sí mismo y a los demás de lo “químicamente distinto [e] irreconciliablemente opuesto” que fue de las guerrillas caudillistas, contrastando el montonero con el profesional de las armas [STRAKA, 2005: 111].

3.    -     Conclusiones

Quizá presintiendo cercana la muerte, el general Juan Vicente Gómez presidió un acto eminentemente político, con motivo del 25° aniversario de la fundación de la Escuela Militar y Naval, previendo y resolviendo la sucesión presidencial y también ministerial, respecto a la cartera de Guerra y Marina. El coronel Eleazar López Contreras, titular del referido ministerio, fue el fiel ejecutante de un presunto plan equiparable al Programa de Febrero.

            Sólo a Gómez le compete la suerte de la corporación castrense que hace un mundo aparte de la civilidad. Probablemente sea un fuerte antecedente de la separación actual, escondida tras la consigna de la alianza cívico-militar.

Referencias:

BREWER-CARÍAS, Allan R. [Estudio preliminar y compilación] (1985) “Las Constituciones de Venezuela”. Academia de Ciencias Políticas y Sociales. Caracas, 2008: Dos tomos.

CABALLERO, Manuel (1993) “Gómez, el tirano liberal (Vida y muerte del siglo XIX)”. Monte Avila Editores Latinoamericana. Caracas, 1994.

CABALLERO, Manuel (1998) “Las crisis de la Venezuela contemporánea (1903-1992)”. Monte Avila Editores Latinoamericana - Contraloría General de la República, Caracas.

MEDINA ANGARITA, Isaías (1935) “Discurso pronunciado por el Teniente-Coronel Isaías Medina Angarita. El día 7 de julio de 1935 con motivo de haberse cumplido el 25° Aniversario de la fundación de la Escuela Militar y Naval”, en: https://apuntaje.blogspot.com/2023/03/el-teniente-coronel-medina-angarita.html.

OLIVAR, José Alberto (2023) Conversación personal. Caracas,  25/02.

PUERTA BAUTISTA, Lorena (2023) “Metodología para el análisis de documentos históricos”. XI Diplomado de Historia de la Venezuela Contemporánea. Fundación Rómulo Betancourt – Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Caracas.

S/a (2017) “Antonio Chalbaud Cardona Dávila” en: https://venezuelaenretrospectiva.wordpress.com/2017/10/24/antonio-chalbaud-cardona/.

SOSA A., Arturo (1985) “El pensamiento político positivista venezolano”. Ediciones Centauro, Caracas.

STRAKA, Tomás (2005) “Guiados por Bolívar: López Contreras, bolivarianismo y pretorianismo en Venezuela”, en: IRWIN G., Domingo - LANGUE, Frédérique [Coordinadores] (2005) “Militares y poder en Venezuela. Ensayos históricos vinculados con las relaciones civiles y militares venezolanas”. Universidad Católica Andrés Bello - Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Caracas: 99-137.

03/07/2023:

https://opinionynoticias.com/opinionhistoria/39602-del-ascenso-militar-de-medina-angarita-

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