APRECIACIONES SOBRE LA REUNIÓN TRUMP-NETANYAHU
Jonathan Benavides
El eje del encuentro estuvo enfocado en Turquía e Irán, pero también en las proyecciones (personales y políticas) de la segunda administración Trump frente a la hora en Oriente Medio. Analicemos esto:
Nunca Estados Unidos le dio un cheque en blanco a Israel en materia estratégica. El rotundo fracaso y la peligrosidad de la administración Biden-Harris puso las expectativas muy altas respecto a Donald Trump y su segunda presidencia al frente de Washington. La toma de decisiones respecto a Oriente Medio está hoy alejándose de la doctrina Obama que daba rienda suelta a Irán (incluyendo enormes sumas de dinero). Sin embargo, a mi juicio, sigue habiendo un “estatus 1973” que busca un Israel atado en términos de profundidad estratégica. Esto, insisto, lo vimos muy claro en los últimos meses de 2023 y casi todo el 2024, excepto contadas situaciones, con momentos clave en la guerra contra los terroristas de Gaza: presión para flexibilizar la campaña militar o directamente evitarla como en Rafah.
Estados Unidos sigue viendo su foco principal en el Indopacífico y la competencia con China que también llega a los parámetros militares y defensivos. Esto se profundizó con el alejamiento de zonas estratégicas como Oriente Medio (incluyo en esta ecuación también a Siria). El alejamiento militar (o equidistancia) muchas veces NO coincide con la necesidad estratégica inmediata de Jerusalen. Esto se suma, al menos en el análisis, a la relación que tiene el propio Trump con los países (y las inversiones) árabes, especialmente los del Golfo.
Esto necesariamente moldea dos temas importantes en la agenda de Israel: uno inmediato como es el programa nuclear de Irán (amenaza directa) y otro de mediano plazo como la influencia que está construyendo Turquía, miembro de la OTAN, a través de los islamistas de Siria. Hablamos de la misma Turquía con una enorme centralidad estratégica entre Asia y Europa, pero que patrocina un régimen compuesto por facciones de Al Qaeda e ISIS mientras doblega a la oposición dentro de Turquía. Todos estos conjugan elementos de un nuevo estatus que, siempre a mi juicio, no son favorables a Jerusalen. Respecto al tema nuclear: casi tres meses después de la asunción de Trump sigo sin ver señales de respaldo a una operación militar contra Irán.
¿Irán obtendrá la bomba nuclear?. Parecía que Washington, sin descartar la opción militar, buscaría un acuerdo diplomático directo con Teherán. Busca, sin dudas, un entendimiento con Rusia habiendo planteado Moscú su rechazo total al programa nuclear iraní.
Elemento fundamental que divide aguas hoy en Oriente Medio y calibra los equilibrios de poder y alianzas en la región: si Irán traspasa el umbral nuclear, toda la región se somete a un efecto contagio y la posibilidad de que grupos terroristas manipulen estas armas. Escenario que ni Rusia ni Turquía tolerarían. Israel, por su lado, sigue desarrollando la “autonomía operativa” en caso de tener que golpear a motu proprio, habida cuenta que un Irán nuclear es una linea roja para un Israel que sí ostenta la disuasión nuclear. Atención a esto.
Quiero aprovechar espacio esta semana para comentar que llegó a mis manos una publicación de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, titulado HISTORIA MILITAR, LA HISTORIA NAVAL Y LAS RELACIONES INTERNACIONALES, SIGLO XVIII, XIX Y XX, que resulta un compendio de ensayos escritos por varios autores y del cual quiero rescatar y recomendar el trabajo allí publicado de mi amigo Luis Alberto Barragán, titulado “Del significativo ascenso militar de Medina Angarita en 1935 (Breve ejercicio histórico)”. Un texto concienzudamente académico dedicado a la memoria de Domingo Irwin en el cual Barragán profundiza en breves páginas las transciciones ocurridas entre el final del proceso independentista y la posterior creación e institucionalización de un verdadero ejército nacional y fuerzas armadas en los tiempos de la dictadura gomecista de principios del siglo XX. Un ingenioso ejercicio que Barragán realiza tomando como ejemplo al quizás real primer oficial profesional de carrera y meritocrático que haya conocido la historia militar venezolana como lo fue Isaías Medina Angarita.
Cerramos como todas las semanas con la acostumbrada recomendación de lecturas de nuestra “inútil biblioteca”: A PEACE TO END ALL PEACE: THE FALL OF THE OTTOMAN EMPIRE AND THE CRATION OF THE MODERN MIDDLE EAST por David Fromkin, la guerra en curso entre Israel, Hezbolá y Hamás tiene profundas raíces históricas. Si bien es inexacto describir el conflicto como algo milenario, la guerra moderna se define por el largo siglo anterior. Las políticas establecidas por los Aliados en la Primera Guerra Mundial aún resuenan en la actualidad. Desde el frecuentemente citado Acuerdo Sykes-Picot hasta las negociaciones del Tratado de Versalles, la Primera Guerra Mundial es un paso importante en la creación del Oriente Medio moderno. La obra de David Fromkin es una evaluación ilustrativa de cómo la caída de un imperio, sumada a las conspiraciones de potencias extranjeras, condujo al presente tal como lo conocemos. Este libro se recomienda a todos los analistas de Oriente Medio que deseen comprender las raíces del conflicto actual; ASYMETRICAL NEIGHBORS: BORDERLAND STATE BUILDING BETWEEN CHINA AND SOUTHEAST ASIA por Enze Han, ¿es el proceso de construcción del Estado una iniciativa unilateral y nacional, o se trata de algo más colaborativo, que se desarrolla en los intersticios entre países colindantes?. Para responder a esta pregunta, “Vecinos Asimétricos” analiza comparativamente el proceso de construcción del Estado a lo largo de la zona fronteriza común de China, Myanmar y Tailandia. Muestra que las variaciones en la construcción del Estado entre estos países vecinos son el resultado de un proceso interactivo que transcurre a través de las fronteras nacionales. A diferencia de los enfoques existentes que analizan estos procesos desde la perspectiva de Estados territoriales singulares y delimitados, el libro argumenta que un método más fructífero consiste en examinar cómo la construcción del Estado y la nación en un país puede influir, y ser influenciada, por los mismos procesos transfronterizos. Argumenta que el éxito o el fracaso de la construcción del Estado de un país es un proceso que se extiende más allá de factores internos como la preparación para la guerra, las instituciones políticas y las variables geográficas y demográficas. Más bien, muestra que deberíamos conceptualizar la construcción del Estado como un proceso interactivo fuertemente influenciado por un “efecto de vecindad”. Además, el libro va más allá de los límites académicos que dividen arbitrariamente los estudios sobre China y los estudios del Sudeste Asiático al ofrecer un análisis que vincula los procesos de construcción del Estado y la nación en China con sus vecinos de esta región.
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