lunes, 28 de abril de 2025

¿Farrell, Lomeli o Lawrence?

DE LA VOLUNTAD CARDENALICIA EN FORMACIÓN

Luis Barragán

En las vecindades del Cónclave y para decidir sus pormenores, se ha congregado varias veces el Colegio Cardenalicio. De un total de 252 miembros, sólo votarán 135 menores de 80 años de edad, aunque se ha anunciado la ausencia de dos electores muy afectados de salud.

El irlandés Kevin Farrell es el camarlengo en la vida real que ojalá pueda ahorrarse los problemas que confrontó Jacopo Baldassare Lomeli o Thomas Lawrence, dos nombres para un mismo personaje de la novela de Robert Harris y de la no menos célebre película de Edward Berger. Planteada a tiempo su intención de sufragar para elegir al sucesor de Pedro, parece desde ya impedido Angelo Becciu, incurso en delitos financieros, por solicitud de Pietro Parolin al recordar la no menos expresa del papa Francisco.

Surgen los más variados comentarios en torno al magno evento, como el de los nombres más favorecido para suceder a Jorge Mario Bergoglio, u observaciones de hondo calado, como el papel del Espíritu Santo en un proceso en el que buscará su protección y guía. No obstante, abundan las especulaciones sobre las más ambiciosas individualidades y tendencias que ponen en entredicho la misión extraordinariamente trascendente de la Iglesia Católica, presumiéndola toda absolutamente afectada por los más obscuros e indecibles intereses.

En su más limpia acepción, el Cónclave constituye un proceso político en su más limpia acepción, orientado a la acertada selección de un cardenal capaz de liderar a la Iglesia universal. Abierto el evento, completamente aislados los cardenales entre sí y del mundo, procederán a la votación inicial y única de existir una mayoría calificada, o buscándola, sufragarán las veces que haga falta para ello, en un proceso propio de composición de la voluntad definitiva del cuerpo; obviamente, a medida que se avanza, va configurándose el consenso, pues, cada acto comicial expresa un intercambio de opiniones y posturas que van progresivamente sincerándose al compartir en los almuerzos de hacer caso a las escenas literarias y cinematográficas.

Imposibilitada una elección de toda la feligresía en el mundo, según la vieja caricaturización del asunto, tenemos un dispositivo democrático de antigua data ejercido por los cardenales que, se supone, son cada vez más representativos en comparación con el predominio ejercido antes por un continente. Entendemos que las sesiones previas del Colegio, han servido para compartir y contrastar pareceres y, aunque hayan vicios o fallas para su configuración, contribuye a edificar una transparente voluntad cardenalicia, siendo común la aspiración.

Gráficas: inicial, La Repubblica, 23/04/25;  posterior, Le Monde, 23/04/25.

28/04/2025:

https://opinionynoticias.com/opinionpolitica/42803-de-la-voluntad-cardenalicia-en-formacion

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