DE LA VOLUNTAD CARDENALICIA
EN FORMACIÓN
Luis Barragán
En las vecindades del Cónclave y para decidir sus pormenores, se ha congregado varias veces el Colegio Cardenalicio. De un total de 252 miembros, sólo votarán 135 menores de 80 años de edad, aunque se ha anunciado la ausencia de dos electores muy afectados de salud.
El irlandés Kevin Farrell es el camarlengo en la vida
real que ojalá pueda ahorrarse los problemas que confrontó Jacopo Baldassare
Lomeli o Thomas Lawrence, dos nombres para un mismo personaje de la novela de
Robert Harris y de la no menos célebre película de Edward Berger. Planteada a
tiempo su intención de sufragar para elegir al sucesor de Pedro, parece desde
ya impedido Angelo Becciu, incurso en delitos financieros, por solicitud de Pietro
Parolin al recordar la no menos expresa del papa Francisco.
Surgen los más variados comentarios en torno al magno
evento, como el de los nombres más favorecido para suceder a Jorge Mario
Bergoglio, u observaciones de hondo calado, como el papel del Espíritu Santo en
un proceso en el que buscará su protección y guía. No obstante, abundan las
especulaciones sobre las más ambiciosas individualidades y tendencias que ponen
en entredicho la misión extraordinariamente trascendente de la Iglesia
Católica, presumiéndola toda absolutamente afectada por los más obscuros e
indecibles intereses.
Imposibilitada una elección de toda la feligresía en el
mundo, según la vieja caricaturización del asunto, tenemos un dispositivo democrático
de antigua data ejercido por los cardenales que, se supone, son cada vez más representativos
en comparación con el predominio ejercido antes por un continente. Entendemos
que las sesiones previas del Colegio, han servido para compartir y contrastar
pareceres y, aunque hayan vicios o fallas para su configuración, contribuye a edificar
una transparente voluntad cardenalicia, siendo común la aspiración.
Gráficas: inicial, La Repubblica, 23/04/25; posterior, Le Monde, 23/04/25.
28/04/2025:
https://opinionynoticias.com/opinionpolitica/42803-de-la-voluntad-cardenalicia-en-formacion
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