Luis Barragán
Muy antes, los
llamados partidos históricos llegaron a serlo por su estabilidad, complejidad y
desarrollo institucional. En el caso de la democracia cristiana, las naturales
diferencias internas de distintas profundidades se convirtieron en relaciones agonales
en virtud de un común y sólido soporte doctrinario y el continuo consenso que
ameritaba el programa político que los eventos electorales obligaban a
actualizar.
Herencia de
una extraordinaria década, como la de los sesenta del veinte, hubo importantes
y sostenidas tendencias que igualmente tuvieron por soporte el afecto, la
amistad y el compañerismo al compartir una larga experiencia en defensa de la
democracia y la libertad en este lado del mundo. Por ejemplo, nos integramos
con entusiasmo a la avanzada social,
mientras que otros a los araguatos,
pero esto no impedía el respeto y la admiración hacia aquellos referentes como
Elías López La Torre, por ejemplo, en la realización de las tareas comunes.
Recientemente
fallecido, fue un combativo líder socialcristiano desde muy joven, firme y
decidido y de una imaginación que siempre fue la del poeta convencido en la
posibilidad de otro orden social. Siempre tenía un gesto de comprensión, un
inspirado idealismo al mismo tiempo que un sentido de las realidades que lo
hizo un magnífico estratega, y un pedagogo incansable.
Décadas atrás,
acuñó aquello de que la muerte es tan larga que todos los años de la vida son
de juventud. Y lo recordamos con inmenso cariño, porque siempre tuvo una
palabra de aliento con los más jóvenes que lo supimos un jotarrecista combativo, un líder probo y un parlamentario
trabajador.
Gráfica: Tomada de la revista Semana, Caracas, N° 29 del 05/06/1969.
16/04/2025:
https://www.lapatilla.com/2025/04/18/luis-barragan-elias-lopez-la-torre/
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