lunes, 27 de mayo de 2024

La desindustrialización anaranjada

DE LA EXTEMPORANEIDAD MUSICAL

Luis Barragán

Desde hace muchos años, nuestro país experimenta un aislamiento sorprendente respecto a la llamada industria naranja que requiere como condición insustituible la libertad y su convincente ejercicio. Y a las nuevas generaciones, les sorprenderá igualmente apreciar la abundante oferta cultural en la vieja prensa respecto a los espectáculos musicales en vivo, teatro, cine, exposiciones, etc., incluyendo, más allá de la simple reseña, los serísimos comentarios críticos correspondientes.

Nos familiarizamos con el nombre de los columnistas más destacados, aunque cultivaran un género musical que no gustara a muchísimos en lo personal. Inmediatamente vienen al espíritu los nombres de Rhazés Hernández López y Eduardo Lira Espejo, quienes - por muchos años -  suscribieron semanalmente sus textos dedicados a la música académica.

Desespecializada la prensa en tiempos de represión y (auto)censura, ya no es posible verificar ciertos gustos, porque tampoco hay crítica musical. Además, es nuestra impresión, lo que se oye predominantemente, desde hace varios años, respecto a la música popular, son versiones que tiene más de veinte, treinta y cincuenta o más años de grabadas, y, de tratarse de otros géneros, añadido el académico o el folklórico, somos forzosamente extemporáneos porque ninguna novedad tenemos respecto a las versiones de directores, compositores y piezas.

Increíble, poco es lo que se cuela dada la enorme brecha digital, y esto, en el país de la otrora conocidísima Orquesta Sinfónica Venezuela y del Sistema Nacional de Orquestas, referente por décadas de la música popular con extraordinarios cantantes y orquestas. Más o menos nos actualizamos yendo a la reseña de los espectáculos más aplaudidos en las grandes capitales del mundo, y después buscando a sus intérpretes en las redes, pero – insistimos – lo que se oye en las fiestas que desafían la tranquilidad del vecindario, en las cornetas que parecen valer más que el automóvil de sus relativamente jóvenes conductores y lo que queda de la radio AM y FM en el país, es un insólito repertorio de vejeces.

Por estas semanas, circula “El pensamiento musical en Caracas” de Hugo J. Quintana M., editado por el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la Universidad Central de Venezuela: ya lo comenzamos, pero nos adelantamos a recomendarlos comprometidos a dar luego una opinión, obviamente de inexpertos. A esta excelente noticia editorial, surge otra, pues, se le puede bajar gratuita y directamente de las redes, algo que agradecemos inmensamente.

(*)

http://saber.ucv.ve/omp/index.php/editorialucv/catalog/view/41/36/131-4?fbclid=IwZXh0bgNhZW0CMTAAAR3w0N63maL3LosQgEfFuevO_JwiTIKEgKBMc02HJOqWH8FnNLmGmGjPJJo_aem_AcKXnWm8G25F4aC-zRLdxTaLtcRu7fqktBFLJQfVbj8mBmTICzhPc2cUEjldoGgxPNPC2Ryqc4wgCpmrWsUV-rb0

Ilustración: https://www.youtube.com/watch?v=krktKqehvhM

27/05/2024:

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