DETRÁS DE LA NOTICIA
Luis Barragán
Excesivamente
obvio, poco se puede esperar de los regímenes caracterizados por la (auto)censura
y el bloqueo informativo, forzada la sociedad a buscar fuentes noticiosas alternas,
pero mucho más a hacerse del ingenio de los adversarios para interpretar
adecuadamente una realidad padecida e irremediablemente compartida por las
grandes mayorías. Inevitable la transmisión oral de los sucesos,
la llamada radio-bemba, quizá tributaria
del radio sapiens del que habla el
paleoneurobiólogo Emiliano Bruner, aunque es el buen humor el mejor instrumento
radiotelegráfico para preservar la necesaria y mínima cohesión social y su
identidad, en el curso de una lucha desigual por la supervivencia.
Ojalá
dispusiéramos de un survey radial, o
de un humorómetro, a objeto de
conocer la extensión y profundidad alcanzada por el mensaje democrático, pero
bastante lo revela su eficacia a juzgar por los éxitos obtenidos en los últimos
tiempos que, importa decirlo, se mantienen en pie a pesar de la testaruda e
irresponsable promesa del regreso a Venezuela un día 10 de enero de la
persona que finalmente terminó liderizando a la oposición de acuerdo a los ya
consabidos comicios, mediante una involuntaria candidatura presidencial completamente
inédita en nuestra historia. Por ello, resulta indispensable actualizar y
ahondar en una cultura democrática que mantenga nuestra común aspiración a la
libertad incluido el readiestramiento espontáneo de la ciudadanía para saber
de lo que hay detrás de las noticias, cuán lejos llega la sensatez, o de lo que puede entenderse como tales,
pues, muy poco o nada ha sido útil el discurso en clave de Harry
Potter, esperando por un milagro sin la profesión de fe que supone u obliga,
por lo menos.
Toda narrativa
política pretendidamente innovadora, independientemente de sus orígenes,
requiere de la sana crítica del ciudadano acucioso y, al mismo tiempo,
perspicaz capaz de leer entrelíneas, confiar en los principios y valores que
limpiamente invoca, asumir un mínimo escepticismo para intuir y deducir los
intereses, tensiones y presiones de cualquier índole que hace del campo digital
un escenario de combate político. Siendo el campo favorito y expedito, porque
ya no hay un periodismo libre que permita indagar a los protagonistas del poder
y contrapoder (ni siquiera, personalmente entrevistarlos), como de sus
circunstancias, estamos a tiempo de atajar las exageraciones emocionales para el
regreso arrepentido a la razón que le es tan inherente a la política como un fenómeno
harto difícil de escapar, arte radicalmente humano, ciencia que ha de saberse imperfecta.
En los predios
de la disidencia, por supuesto, regularmente prospera la confusión que le
inyectan los rusos que también juegan,
recordando aquella anécdota mordaz que presuntamente involucró al futbolista brasileño Mané Garrincha a las puertas de un
evento estelar. Sin embargo, a la (auto)censura y el bloqueo oficialista,
agreguemos los mecanismos que se cuelan en los propios sectores de la
oposición, los prejuicios y las necedades de una competencia desleal, la
monumental falta de modestia que trasluce una torpe comunicación política,
siendo ésta – la política – una experiencia de la acción y el pensamiento, y a
la inversa de una moralina que no la puede reemplazar.
Hay una manía absurda
de creer en todo lo que se dice, equiparar la política a una secta
religiosa, no dudar ni una pulgada del
texto que se lee u oraliza, sin jamás intuir o imaginar opciones tácticas o
estratégicas distintas, o tampoco ponderar la opinión ajena, contrastando con
el sentido crítico, las decisiones colegiadas, el voto de confianza, por lo
demás, fundado, que hacen al liderazgo multiplicador de liderazgos. Varias veces, no es posible apreciar lo que
está detrás del noticiero expreso, al que más o menos le es permitido
circular, de sus vicisitudes, aciertos y
hasta desgracias, por lo que, aguzando los sentidos, es otra la etapa inédita
que debemos transitar anunciando la otra y exigente cultura encaminada hacia
una sociedad abierta y competitiva que pasa por estos tormentosos y rudos aprendizajes
actuales, injustamente subestimada la inteligencia y la sensibilidad populares,
espontáneas, vivas y creadoras.
Ilustración: Marcos Severi.
01/07/2025:
https://www.elnacional.com/2025/07/detras-de-la-noticia/
https://www.costadelsolfm.org/2025/07/01/luis-barragan-detras-de-la-noticia/
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