lunes, 30 de junio de 2025

Confiar en la intuición popular

DETRÁS DE LA NOTICIA

Luis Barragán

Excesivamente obvio, poco se puede esperar de los regímenes caracterizados por la (auto)censura y el bloqueo informativo, forzada la sociedad a buscar fuentes noticiosas alternas, pero mucho más a hacerse del ingenio de los adversarios para interpretar adecuadamente una realidad padecida e irremediablemente compartida por las grandes mayorías. Inevitable la transmisión oral de los sucesos, la llamada radio-bemba, quizá tributaria del radio sapiens del que habla el paleoneurobiólogo Emiliano Bruner, aunque es el buen humor el mejor instrumento radiotelegráfico para preservar la necesaria y mínima cohesión social y su identidad, en el curso de una lucha desigual por la supervivencia.

Ojalá dispusiéramos de un survey radial, o de un humorómetro, a objeto de conocer la extensión y profundidad alcanzada por el mensaje democrático, pero bastante lo revela su eficacia a juzgar por los éxitos obtenidos en los últimos tiempos que, importa decirlo, se mantienen en pie a pesar de la testaruda e irresponsable promesa del regreso a Venezuela un día 10 de enero de la persona que finalmente terminó liderizando a la oposición de acuerdo a los ya consabidos comicios, mediante una involuntaria candidatura presidencial completamente inédita en nuestra historia. Por ello, resulta indispensable actualizar y ahondar en una cultura democrática que mantenga nuestra común aspiración a la libertad incluido el readiestramiento espontáneo de la ciudadanía para saber de lo que hay detrás de las noticias, cuán lejos llega la sensatez, o de lo que puede entenderse como tales, pues, muy poco o nada ha sido útil el discurso en clave de  Harry Potter, esperando por un milagro sin la profesión de fe que supone u obliga, por lo menos.

Toda narrativa política pretendidamente innovadora, independientemente de sus orígenes, requiere de la sana crítica del ciudadano acucioso y, al mismo tiempo, perspicaz capaz de leer entrelíneas, confiar en los principios y valores que limpiamente invoca, asumir un mínimo escepticismo para intuir y deducir los intereses, tensiones y presiones de cualquier índole que hace del campo digital un escenario de combate político. Siendo el campo favorito y expedito, porque ya no hay un periodismo libre que permita indagar a los protagonistas del poder y contrapoder (ni siquiera, personalmente entrevistarlos), como de sus circunstancias, estamos a tiempo de atajar las exageraciones emocionales para el regreso arrepentido a la razón que le es tan inherente a la política como un fenómeno harto difícil de escapar, arte radicalmente humano, ciencia que ha de saberse imperfecta.

En los predios de la disidencia, por supuesto, regularmente prospera la confusión que le inyectan los rusos que también juegan, recordando aquella anécdota mordaz que presuntamente involucró al futbolista  brasileño Mané Garrincha a las puertas de un evento estelar. Sin embargo, a la (auto)censura y el bloqueo oficialista, agreguemos los mecanismos que se cuelan en los propios sectores de la oposición, los prejuicios y las necedades de una competencia desleal, la monumental falta de modestia que trasluce una torpe comunicación política, siendo ésta – la política – una experiencia de la acción y el pensamiento, y a la inversa de una moralina que no la puede reemplazar.

Hay una manía absurda de creer en todo lo que se dice, equiparar la política a una secta religiosa,  no dudar ni una pulgada del texto que se lee u oraliza, sin jamás intuir o imaginar opciones tácticas o estratégicas distintas, o tampoco ponderar la opinión ajena, contrastando con el sentido crítico, las decisiones colegiadas, el voto de confianza, por lo demás, fundado, que hacen al liderazgo multiplicador de liderazgos.  Varias veces, no es posible apreciar lo que está detrás del noticiero expreso, al que más o menos le es permitido circular,  de sus vicisitudes, aciertos y hasta desgracias, por lo que, aguzando los sentidos, es otra la etapa inédita que debemos transitar anunciando la otra y exigente cultura encaminada hacia una sociedad abierta y competitiva que pasa por estos tormentosos y rudos aprendizajes actuales, injustamente subestimada la inteligencia y la sensibilidad populares, espontáneas, vivas y creadoras.

Ilustración: Marcos Severi.

01/07/2025:

https://www.elnacional.com/2025/07/detras-de-la-noticia/

https://www.costadelsolfm.org/2025/07/01/luis-barragan-detras-de-la-noticia/

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