domingo, 4 de septiembre de 2022

Ardores

¿DE UNA FUTURA BALCANIZACIÓN DE AMÉRICA LATINA?

Luis Barragán

Tenemos la convicción de una ultraizquierda que pasó del igualitarismo más burdo y banal a una diferenciación grotesca e, incluso, superficial en este lado del mundo.  En los remotos ochenta del veinte, descubrió la rentabilidad política de los movimientos sociales en un claro reemplazo de la lucha de clases que se supuso de un absolutamente previsible desenlace, ahora considerada como un reduccionismo al igual que la propia teoría del valor.

      Mientras no conquiste definitiva e inequívocamente el poder en buena parte del continente, reivindicará cualesquiera diferencias, inventará nacionalidades, hará del multiculturalismo un problema que sólo el Estado puede arbitrar, alentará las más diversas creencias mágico-religiosas, versará sobre sagrados territorios ancestrales, reportándose como la solución pacificadora, el factor de reconciliación por excelencia, dando una versión interesada de la solidaridad que garantice la fragmentación y la debilidad de las distintas fuerzas sociales y políticas. Quizá el mejor ejemplo sea la política adelantada en España, estimulando e impulsando los nacionalismos donde los hay y también no los hay, inventando distinciones, prefabricando particularidades, ensayando cualquier distancia.

            El ya viejo Estado Nacional aprendió que son varias las naciones que puede albergar, sin perder un ápice de su significación e importancia que lo equipe mejor para afrontar el reto de sus transformaciones en el proceso de la globalización genuina, real y espontánea. Empero, esa ultraizquierda, dando ocasión a un desarrollo inédito de la ultraderecha que reconquista el fervor popular, siendo o no fascista, tiene por empeño tamaña extorsión: la de dividirnos, o la de unirnos bajo su exclusiva conducción, amparo, orientación, patrocinio, sovietizando al continente con un impenetrable poder central.

            Generalizando la experiencia sufrida por la región desde finales del siglo XIX, la Rusia zarista auspició múltiples Estados balcánicos para una mayor influencia y control de la región, consagrándolo Brest-Litovsk en 1918. Ésta experiencia histórica posteriormente repetida en África, se convirtió en una perspectiva, en una categoría de análisis, en un programa político, teniendo por antónimo la polonización, partiendo de la Polonia descuartizada y desaparecida como Estado en 1795.

            El Foro de São Paulo y sus distintos derivados, transnacionalizada la ultraizquierda, por cierto, contando con los auspicios de Odebrecht y sus peores maneras, esboza muy tímidamente tamaña intención estratégica con las consideraciones y manipulaciones de las comunidades indígenas, aunque luego regímenes, como el venezolano, las desconozca y asesine impunemente a sus dirigentes.  Ello requiere con urgencia de una contrarrespuesta, además, en defensa de losvalores occidentales que se orientan hacia la libertad y la tolerancia.
Ilustración:  Hugo Neves, "Amerique Latin,  Amazonie brûle". 
05/09/2022:

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