martes, 25 de junio de 2024

Demandamos el uso de la razón

POPULISMO DE CIRCUITO CERRADO

Luis Barragán

El presente siglo ha sido el de una extrema realización del populismo en Venezuela, mientras hubo instituciones de las cuales abusar, recursos que despilfarrar y masas disponibles al galope de un verbo giratorio, trilladísima la expectativa de una automática y completa redención social.  De nada ha servido el voluntarismo de cuño guevarista ante la evidencia del fracaso e inviabilidad del socialismo, en los términos de un modelo inexplicado desde sus propios orígenes, propulsado con mayor ímpetu después del consabido paro petrolero, sobre los hombros de una demagogia grosera y descarada.

Una somera revisión de la bibliografía existente sobre el populismo, por lo demás, tan extensa como agotada, revela que no hay las condiciones mínimas objetivas, reales y palpables, para darle continuidad a una experiencia ya consumada en la Venezuela que reclama las más amplias libertades, incluyendo las de mercado, con reivindicación de la democracia liberal tal como universalmente se le entiende. No obstante, faltando imaginación, persisten las promesas de siempre, con el candidato oficialista que apuesta a una monumental distracción del electorado, intentando restarle memoria y compromiso al 28 de Julio, aunque todo indica lo contrario encaminados a la victoria contundente de Edmundo González de un comedimiento que es presagio y pertinencia. 

Resulta insuficiente la censura, persecución y represión, tanto como los reales, para atajar una situación que choca contra el más común de los sentidos, o las ineludibles lecciones y máximas a las que arribamos tras una prolongada y amarga experiencia excesivamente compartida. La cada vez más reducida minoría pro-oficialista también exige razones que, además, las encuentra vivas en la Constitución de la República; específicamente, en su artículo 228, por lo que deduce inmediatamente que no hay necesidad de la suscripción del reciente acuerdo, pacto o contrato de adhesión que los aspirantes presidenciales celebraron en el CNE, cuando el gobierno mismo ha incumplido el Acuerdo de Barbados, como lo manifestó González (https://x.com/AlbertoRodNews/status/1803570323318542350): ¿acaso, no tiene límites fingir una división de los órganos del Poder Público?, ¿quién dijo de una inmensa capacidad histriónica?

La creciente demanda de una racionalidad sustentable y definitivamente ciudadana, como proeza antipopulista, se hace sentir naturalmente en la sociedad civil, por ejemplo, al alegar que el TSJ ha sido indiferente ante el recurso interpuesto para que las autoridades interventoras de la Universidad Simón aprueben el reglamento a fin de realizar las elecciones rectorales pendientes (https://x.com/bscharifker/status/1803850553992044550). Por cierto, significativo, la más alta instancia judicial que ha de servir como el exacto domicilio de la razón y la verdad republicana y procesal, sufre de un acusado sesgo argumentativo probado hace poco en un excelente artículo académico de Tulio Alvarez (https://revistas.uam.es/ria/article/view/19447/17263).

El socialismo desigualitario y desigualador que agigantó al Estado, convirtiéndolo en un mastodonte torpe e ineficaz, gozando literalmente de la más colosal bonanza en toda la historia rentística del país para luego lanzar fuera del territorio nacional a ocho millones de paisanos, apela obstinadamente a un populismo inercial, languideciente y fantasmal de circuito cerrado.  Esta vez, ni siquiera se cotizan los libretos en los circuitos gubernamentales, sabiéndose todos en un extraordinario escenario circense irremediablemente al descubierto, cual final de la película “The Truman Show” de Peter Weir (1998).

Ilustración: Tomada de la red.

25/06/24:

https://www.elnacional.com/opinion/populismo-de-circuito-cerrado/

... Nadie a la mano

NOS FALTAN VIEJOS

Guido Sosola

El sector social que condujo por excelencia a las antiguas sociedades, sin duda alguna, fue el de los más viejos entre los viejos. Y no tanto por el testimonio de supervivencia, siendo tan precarias las condiciones de vida,  como por la experiencia acumulada. Un hecho tan universalmente dado, corrobora aquella sentencia popular de que más sabe el diablo por viejo que por diablo.

Es en los míticos sesenta del siglo veinte que insurge y compite el sector juvenil o más juvenil,  con el resto de los grupos etarios: así, la revolución de los prósperos países occidentales se hizo generacional, mientras que, en Venezuela, por ejemplo, fue decididamente democrática para abrir un ciclo inédito en nuestra historia, no sin lidiar con ese colosal fracaso en el que se convirtió Cuba. Las superestrellas del rock de veintitantos años, hoy octogenarias y que nunca dejaron la tarima por sabios (esto es, por viejos), como Miguelito Jagger,  representaron una pretendida quiebra político e histórico a la postre falaz.

Las aguas volvieron a su nivel, por lo menos, en este país, hasta que saltó el siglo XXI. Los treintañeros de inicio de la centuria decretaron que todo cuarentón debía retirarse ipso facto de la política (el resto de la sociedad civil que siga con sus “pures”), para - luego y muy luego -  redondear una paradoja: ahora, con firme rumbo a los sesenta años de edad, aquellos que fracasaron donde el cuarentón Hugo Chávez ganó, no aceptan siquiera la derrota.

Grosso modo, este es el preámbulo cultural a una situación como la actual: por estos años ha habido un cambio demográfico dramático en Venezuela. Yéndose del país, nos están faltando jóvenes; quedándose en el país, nos están faltando viejos.

Esta otra paradoja, referida a los vejucones, excepto las brillantes y tercas excepciones, apunta a una ausencia en la opinión pública que, bajo dictadura, es fundamentalmente digital, como al predominio de los más muchachos que saben más por muchachos que por … muchachos.  Eran otros los tiempos en los que, quienes fuimos jóvenes, aunque no lo crean, por mucha que haya sido la distancia política e ideológica, igualmente contamos con la orientación pública de venerables ancianos como Luis Beltrán Prieto Figueroa, Eleazar López Contreras y la inspiración de Fernando Paz Castillo.

Fotografía: Presuntamente, Últimas Noticias, Caracas. 

25/06/2024:

https://www.lapatilla.com/2024/06/25/guido-sosola-nos-faltan-viejos/

lunes, 24 de junio de 2024

Mojones

DE LAS SEÑALES DE PIEDRA

Luis Barragán

Las diminutas moles pueblan nuestras ciudades para delimitar las áreas de tránsito peatonal en las que se prohíbe estacionar vehículos, orientándolos a un adecuado lugar para ello. Al momento de suscribir esta nota, intentamos infructuosamente recordar el nombre popular, porque mojón, quizá el más adecuado, no es al confundirse fácilmente con una palabra malsonante de distintos significados, e, hito, tiene un cierto aire técnico que tampoco hemos escuchado en la vida cotidiana.

Lo cierto es que, asombroso, los hitos se han desprendido en tiempos de lluvia trastocados también en sendos proyectiles con el flujo bravío de las aguas, como  lo hemos denunciado acá en varias ocasiones (por ejemplo: https://opinionynoticias.com/opinionpolitica/39484-de-la-ciudad-laminada?fbclid=IwZXh0bgNhZW0CMTAAAR0PRTx0ujarZwwSGqcmkgb2DTGiCpIWUagnIRJmrZbtNQudoMXyUDah8j0_aem_63P_zAdm9OFpfsc0ROTrHQ).  Valga el detalle, tampoco no necesitan de los palos de agua para descuartizarse, generando igualmente problemas al transeúnte distraído.

Uno y otro caso, pone en duda la calidad del trabajo realizado por el sector público en nuestras ciudades. Quizá insuficiente la cantidad de cemento o de cabillas para vertebrarlos, es evidente que un número importante de las contralorías municipales no hacen bien su trabajo, entre otras cosas, porque sus titulares ya dependen de la Contraloría General de la República, cuya titularidad no está en manos de independientes y opositores como solía ocurrir en el siglo XX.

Luego, la situación tan generalizada de ruindad no se debe enteramente por la vejez de la infraestructura heredada de la era democrática.  Hay una metrópoli propia del socialismo: la de los infinitos remiendos que se hacen, e, incluso, … no se hacen (aunque presuntamente … se cobran).

Estorban los hitos, porque la ciudad es de vehículos, privilegiadas las motocicletas, y los tarantines de la comida-chatarra. Acotemos, pareciera que no hubiese dolientes por la desaparición de nuestras señales de piedra.

24/06/2024:

https://opinionynoticias.com/opinionpolitica/41453-de-las-senales-de-piedra

Fotografía: LB (CCS, 16/06/24).

domingo, 23 de junio de 2024

Caza de citas






"Alzó la muñeca izquierda y echó un vistazo a su reloj de pulsera. A juzgar por el gesto, la falta de manecillas no pareció impedirle comprobar la hora. O tal vez aquel ademán no era más que un acto mecánico, residuo espontáneo de cuando estaba vivo"

Haruki Murakami

("La ciudad y sus muros inciertos", Tusquet, Barcelona, 2024:  324)

Ilustración: Denis Krupchatnikov.

Noticiero retrospectivo

-        Rosita Caldera entrevista a Carlos Edsel. “Venezuela no protege sus fronteras”. El Nacional, Caracas, 10/02/80.

-       Lino Sutil. “Crónicas del momento: Danzomanía agudísima”. La Esfera, Caracas, 07/04/27.

-       “Por las candidaturas del partido: Grandes concentraciones populares”. Acción Democrática, Caracas, N° 3 del 24/01/42.

-        Raúl Vallejo. “Napoleón Deffit lucha por vivir”. El Nacional,  19/01/86.

-        Antonio Aparicio. “Un periódico llamado Miguel”. Resumen, Caracas, n° 153 del 10/10/76.

Reproducción: "Murió ayer Leopoldo Alvarez. Se destacó como actor al lado de Rafael Guinand y Antonio Saavedra".  El Nacional, Caracas, 02/02/1972. Al pie de la fotografía, refiere: "Leopoldo Alvarez es el cuarto de izquierda a derecha; le rodean, en el mismo orden,  Enrique Benshimol, Lucila Herrera, Jesús Maella y Víctor Saume, también desaparecido". 

Merecido doctorado

YORDANO, EL ABANDERADO

Luis Barragán

Simple curiosidad, por estos días nos enteramos de la causa inmediata de la confrontación – por cierto, muy rentable para el programa - entre Alicia Machado y José Luis Rodríguez en uno de los torneos de la cocina televisada de moda. Por un instante, imaginamos cuán lejos hubiese llegado la versión del prolífico periodismo de farándula, ejercido legal e ilegalmente, quizá demasiado mayamero, en los años ochenta del veinte, declinante al finalizar el siglo hasta desaparecer entre nosotros en el presente con la absoluta dislocación de la industria privada del entretenimiento.

Imposible entender el país que fuimos, sin el concurso de los protagonistas del espectáculo que eran huéspedes permanentes en los hogares venezolanos, aunque muchas veces sometidos al escarnio público por la crítica que poco o nada abonaba al espectáculo mismo.  Hubo una manera de comprenderlos perversamente, con el uso y abuso de una vida privada de frecuente normalidad, siendo lo peor que el esquema de análisis con facilidad fue transferido al universo político, haciendo de sus actores – protagonistas, secundarios e incidentales – pasto de un insólito maniqueísmo y de grotescos estereotipos.

Nos contenta y mucho que a Yordano di Marzo le haya concedido la ULA el doctorado honoris causa, recibido en Mérida esta semana. Con enorme humildad, reporta Jesús Quintero, corresponsal de La Patilla, el venezolanísimo cantante refirió que “en lo profesional no soy músico, sino simplemente alguien que escribe canciones y las canta”, reivindicando los estudios superiores: “La universidad siempre me dio una perspectiva que nunca me había imaginado”.

Una larga e inspirada trayectoria de probado talento, autorizó el merecido doctorado que es necesario valorarlo aún más, cuando el medio artístico de cine, teatro, radio y televisión desde hace décadas no cuenta con el reconocimiento y tributo anual al desempeño profesional de un gremio tan extraordinario. En aquél país en el que desaparecieron destacadas, independientes y prestigiosas distinciones anuales (Guacaipuro de Oro, Mara de Oro, etc.), ya fallaba el sistema social de premios y castigos con las iniciales bonanzas petroleras.

Lejos del poder establecido, valga los contrastes actuales con un ídolo musical que despuntó desde los míticos ochenta de nuestras gracias y desgracias. Amerita de una mejor crónica que la nuestra como tributo, aunque – suya - nos permite levantar  una bandera de probidad, tesón, y abnegada vocación.

Referencia: https://www.lapatilla.com/2024/06/22/la-ula-confirio-doctorado-honoris-causa-en-arte-a-yordano-di-marzo/

Reproducción: El Nacional, Caracas, 07/12/1986. 
Fotografía: tomada de la cuenta facebookeana de Yordano di Marzo. 
23/06/2024:

La otra orilla

NO DEJES DE HACERTE LA PREGUNTA: ¿QUIÉN ES ÉSTE?

Fray Marcos [Rodríguez]

(San Marcos, 4:35-40)

Contexto

Leemos hoy el final del capítulo 4. Si no explicamos un poco de qué va, da la sensación de tomar un tren en marcha sin saber de dónde viene ni a dónde va.

Después de enseñar en Cafarnaúm y sus alrededores, dejando bien clara la reacción de los jefes religiosos, de los que le siguen e incluso de sus familiares, narra Marcos en el cap.4 varias parábolas y termina con el relato de la tempestad calmada, que acabamos de leer. Se trata de un milagro muy complicado. Los milagros, llamados de naturaleza, son los que menos visos tienen de responder a hechos reales. Están tan cargados de simbolismos que no es preciso que partan de un suceso concreto para justificar la narración.

La Biblia utiliza varias palabras griegas para expresar lo que nosotros denominamos milagro:

"thauma" = maravilla,

"dynameis" = portento,

"teras" = prodigio,

"semeion" = signo.

El concepto de milagro que manejamos hoy, es relativamente reciente. No tiene ningún sentido preguntarnos hoy si los evangelios nos hablan de milagros (tal como los entendemos hoy), Pero tampoco tiene sentido poner en duda que Jesús hizo milagros, (tal como lo entendían entonces). Lo que nos importa hoy, es descubrir el verdadero sentido de esa manera de hablar. El milagro era un modo de expresarse, comprensible para todos los que vivían en tiempos de Jesús.

Decía Evely: "Nuestros mayores creyeron a causa de los milagros, nosotros creemos a pesar de ellos".

Explicación

El significado general del relato está en la apertura del mensaje de Jesús a todas las gentes. Jesús pide a los discípulos que vayan a la otra orilla. Ya tenemos el primer simbolismo. Está haciendo referencia al paso del mar Rojo y la travesía del desierto. Aquellos pasos, a pesar de los peligros que supusieron, les llevaron a la tierra prometida. Están en el mar de Galilea y la otra orilla era tierra de gentiles. Es una invitación a la universalidad del mensaje, más allá del ámbito Judío, que se opone a la apertura. La primera "tormenta" que se desató en el seno de la primera comunidad cristiana, que nos narra el NT, fue precisamente por el intento de apertura a los paganos.

Al hablar de la tempestad, está haciendo referencia a Jonás. Por cierto, también Jonás se echó a dormir cuando empezó la tormenta, y también fue increpado por el capitán por estar durmiendo mientras ellos estaban muertos de miedo. Por otra parte, el mar es en la Biblia, símbolo del caos, lugar tenebroso de constantes peligros. Dominar el mar era exclusivo de Dios.

Con estos elementos, podemos sacar la enseñanza simbólica. El mensaje de Jesús tiene que llegar a todos los hombres, pero no se conseguirá si no se abandona la falsa seguridad de pertenecer a un pueblo elegido; y a través de constantes luchas con las fuerzas del mal. Jesús manifiesta su poder sobre la tempestad como símbolo del mal.

El verdadero mensaje del relato es la tranquilidad de Jesús en medio de la tormenta. Mientras todos estaban muertos de miedo, él dormía tranquilamente... Hay que tener en cuenta que se llamaba también "cabezal" a la especie de almohada, donde se colocaba la cabeza de un muerto. "Dormir" y "cabezal" están haciendo clara referencia a una situación post-pascual. La primera comunidad tiene claro que Jesús está con ellos pero de una manera muy distinta a cuando vivía. Aunque no lo vean, tienen que seguir confiando en él.

¿No te importa que nos hundamos? La necesidad extrema les obliga a pedir ayuda a Jesús como último recurso. Las palabras que le dirigen nos indican su estado de ánimo. No dudan que Jesús pueda salvarlos, dudan que esté interesado en hacerlo, lo cual es el colmo de la desconfianza. Es dudar de su amor. Esta actitud es la que Jesús reprocha a los discípulos. Siguen necesitando de la acción externa para encontrar la seguridad.

Increpó al viento y dijo al mar: ¡Cállate! Son las mismas palabras que Jesús dirige a los espíritus inmundos cuando los expulsa. Además en singular, como queriendo personalizar al viento. Recordad que la palabra "ruah" (viento) es la misma que significa espíritu. Viento que perjudica, equivale a mal espíritu. El "poder" de Jesús se dirige contra la fuerza del mal, no contra los elementos, que aunque sean hostiles, nunca son malos.

¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe? No son preguntas, sino constataciones de una evidencia palpable. Ni confiaban en sí mismos ni confiaban en él. Aquí tenemos otra clave para la reflexión. Confiar en un Dios que está fuera y actuará desde allí, nos ha llevado siempre al callejón sin salida del infantilismo religioso. Una vez más queda manifiesto que, en la Biblia, la fe no es la aceptación de unas verdades teóricas, sino la adhesión confiada a una persona. Jesús les acusa de no confiar, ni en Dios ni en él.

¿Quién es este? El miedo y la pregunta final de los apóstoles, deja bien a las claras que no habían entendido quién era Jesús. El relato no tiene en cuenta varios títulos divinos aplicados a Jesús, que Marcos ya había adelantado desde la primera línea de su evangelio: "Orígenes de la buena noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios". Queda demostrado que no vale una respuesta intelectual. Lo que es Jesús, no hay manera de mostrarlo ni demostrarlo. El descubrimiento tiene que ser experiencia personal de la cercanía de Jesús.

Aplicación

A todos nosotros nos invita hoy el evangelio a cruzar a la otra orilla. Estamos tan seguros en nuestra orilla que no será fácil que nos arriesguemos a cruzar el mar. Ni siquiera estamos convencidos de que exista otra Orilla, más allá de las comodidades y las seguridades que tenemos. Sin embargo, nuestra meta está al otro lado del riesgo y del peligro. La falta de confianza sigue siendo la causa de que no nos atrevamos a dar el paso. No terminamos de creernos que Él va en nuestra propia barca.

El verdadero mensaje de Jesús es que debemos confiar siempre, aunque nos parezca que Dios se ha ausentado y no se preocupa de nosotros. Para Jesús, el enemigo del ser humano no es la naturaleza, sino una falsa visión de la misma. La naturaleza y todas sus leyes son siempre buenas. No tiene sentido que Dios tenga que rectificar su propia obra para hacer que los hombres le descubran y confíen en Él. Flaco favor haría Jesús a sus discípulos si accediera a entrar en la dinámica del dios que pone su poder al servicio de los buenos. Jesús les habla de un Dios que se identifica con ellos en todas las circunstancias.

El libro de Job planteó una cuestión muy seria, pero la solución que le da, está muy lejos de ser la adecuada. Dios tiene que devolver a Job todo lo que le había quitado para que su fidelidad sea creíble. Ese Dios materialmente útil, sigue siendo el poderoso que tratamos de poner a nuestro servicio. El Dios en quien Jesús confió, no fue el que se manifiesta en acciones espectaculares a favor de los buenos, sino el Dios escondido, en quien hay que confiar aunque no lo veamos. Dios está siempre dormido. Su silencio será siempre absoluto. Ni tiene palabras ni tiene instrumentos para hacer ruido. Mientras no busquemos a Dios en el silencio, nos encontraremos con un ídolo fabricado por nosotros.

No son las acciones espectaculares de Dios, las que nos tienen que llevar a confiar en Él. Cuando una persona dice: Yo amo mucho en Dios porque me ha concedido todo lo que le he pedido, estamos ante un autoengaño nefasto para la vida espiritual. El maestro Eckhart decía que tomamos a Dios por una vaca de la que podemos sacar leche y queso. Pero también decía que utilizamos a Dios como una vela para buscar algo; y cuando lo encontramos, tiramos la vela. La idea de un Dios poderoso que pone su poder a mi servicio si me porto bien, es nefasta para la vida espiritual. No se trata de confiar en otro, si no de confiar en que Él está más cerca de mí que yo mismo. Recordad lo que hemos dicho sobre el ágape. Solo si nos sentimos embebidos en Dios podremos sentirnos seguros.

Meditación-contemplación

"¿Quién es este?"

Lo importante no es encontrar respuestas.

Lo verdaderamente importante es hacerte la pregunta adecuada.

La respuesta debe ser tu vida entera.

...............

Lo que es Jesús, es lo que tú eres en el fondo.

Jesús ha desplegados sus posibilidades de ser.

Tú tienes esa tarea aún por hacer.

Sin ningún miedo tienes que bregar en esa dirección.

...............

Desde la orilla de tu falso yo,

Debes embarcarte en la tarea de atravesar el mar.

Sin apegarte a la comodidad de lo ya adquirido,

debes lanzarte, si miedo, a la consecución de lo que ya eres,

pero no has descubierto y vivido.

Fuente:

https://www.feadulta.com/es/buscadoravanzado/item/472-no-dejes-de-hacerte-la-pregunta-%C2%BFqui%C3%A9n-es-%C3%A9ste?.html

Ilustración: Jorge Cocco Santángelo. 

Padre Peraza: https://www.facebook.com/arperaza/videos/1188309858836376

Padre Martín. Actualidad Católica: https://www.youtube.com/watch?v=3RtutGjcT2k

Cardenal Porras: https://www.youtube.com/watch?v=akcJwP-WILM

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viernes, 21 de junio de 2024

D

DESDE EL DÍA "D" HASTA EL PRESENTE

Luis Velásquez 

Hace 80 años, las tropas aliadas desembarcaron en Normandía, abriendo un frente crucial en la liberación de Europa del nazifascismo durante la Segunda Guerra Mundial. Hoy, mientras los líderes mundiales rinden homenaje a los sacrificios de la “Generación G”, las crecientes tensiones geopolíticas ponen a prueba las lecciones aprendidas del mayor conflicto de la historia mundial.

El Día D marcó el inicio de la liberación de Europa occidental del control nazi durante la Segunda Guerra Mundial, un proceso que cobró un enorme costo en vidas, y destrucción material. En la región de Normandía, por ejemplo, hay 27 cementerios de guerra que contienen los restos de cientos de miles de personas fallecidas durante aquellos días. La Comisión de Tumbas de Guerra de la Commonwealth estima que participaron 156,000 soldados en el Día D, las bajas incluyeron 1,760 británicos, 370 canadienses y 2,500 estadounidenses. Además, la comisión estima que al menos 6,000 tropas del ejército nazi murieron ese día.

Por definición, toda guerra es injusta; sin embargo, los análisis posteriores al conflicto deben centrarse en el propósito de tal sacrificio y el legado que dejó. Esa sangre derramada no fue en vano, pues contribuyó a la victoria que trajo consigo el fortalecimiento de la democracia como sistema de gobierno. Creo que, si bien vivimos en un mundo gobernado por un caos controlado, ciertos aspectos están bajo control.

El período de posguerra estuvo marcado por el declive de los imperios coloniales europeos y el surgimiento de dos superpotencias: Estados Unidos y la Unión Soviética (URSS). Al finalizar la guerra no hubo una paz verdadera, el nuevo panorama político internacional se configuró mediante conferencias como Teherán (1943), Yalta y Potsdam (1945), pero las tensiones entre Estados Unidos y la URSS continuaron y dieron paso a la Guerra Fría y a una carrera armamentística nuclear.

Una de las consecuencias más significativas de la guerra fue la caída de los regímenes totalitarios, la persecución de colaboradores y la reconstrucción de Alemania, Italia y Japón. Estados Unidos emergió como la principal potencia beneficiada gracias a su infraestructura económica intacta y su dominio en el mercado mundial.

Para sustentar la nueva arquitectura política, se crearon instituciones como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional en Bretton Woods (1944), además del Plan Marshall para la reconstrucción europea y la ocupación directa de Japón. Se establecieron tribunales internacionales en Núremberg y Tokio para juzgar a los líderes nazis y japoneses como criminales de guerra, y se fundó la Organización de las Naciones Unidas para mantener la paz y la seguridad internacionales.

Las tensiones entre Estados Unidos y la URSS durante la Guerra Fría dividieron al mundo en dos bloques: el capitalista liderado por Estados Unidos y el socialista por la URSS, configurando el orden mundial vigente.

El desembarco de Normandía no solo cambió el curso de la Segunda Guerra Mundial, sino que también dejó una profunda huella en la conciencia colectiva, simbolizada por la lucha en favor de la libertad y la dignidad humana. A 80 años de aquel evento, el mundo sigue enfrentando desafíos geopolíticos, recordándonos las sombras del pasado en conflictos como la invasión rusa a Ucrania y las tensiones en Asia.

Si bien las ambiciones territoriales de Alemania nazi, Italia fascista y el Japón Imperial convirtieron a Europa y Asia en campos de batalla, hoy en día las principales tensiones geopolíticas continúan concentrándose en esas mismas regiones, testigos de antiguas atrocidades de guerras.

En Europa, la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 marcó un punto de inflexión en la seguridad del continente. La mayor ofensiva militar en suelo europeo desde 1945 ha causado devastación y pérdidas humanas a una escala que se pensaba superada. En Asia, la creciente insistencia de China en disputas territoriales en el Mar de China Meridional y las tensiones en torno al estatus de Taiwán han exacerbado los temores de un posible conflicto mayor que podría involucrar a las principales potencias mundiales.

En Medio Oriente, los conflictos persistentes en Gaza, Siria y Yemen, junto con las tensiones en torno al programa nuclear de Irán, han mantenido a la región como un foco de inestabilidad geopolítica. Incluso el espectro de una nueva carrera armamentista nuclear más sofisticada, que podría terminar con el mundo de manera más rápida, esto último ya denunciado por el secretario general de la ONU, empañando el panorama de seguridad global.

Muchos analistas y expertos en seguridad advierten que las tensiones entre Occidente y las alianzas rivales encabezadas por Rusia y China, amenazan con sumergir al mundo en una nueva era de confrontación geopolítica de grandes consecuencias. A este respecto el periodista del New York Times, David Sanger, especialista en política exterior, seguridad nacional, armas de destrucción masiva y ciberseguridad, en su último libro «New Cold War» señala: «China y Rusia están desafiando el orden internacional basado en reglas que Estados Unidos y sus aliados han liderado desde el final de la Segunda Guerra Mundial». Esta batalla actual incluye componentes tecnológicos y económicos además de militares.

Los horrores de esa guerra aún están presentes en la memoria colectiva, pero el mundo devastado, que fue reconstruido, aún se enfrenta a grandes conflictos entre países que antes parecían improbables. Se asumió que las instituciones internacionales creadas en el período de posguerra eran suficientes para asegurar y consolidar la paz y la cooperación, pero no fue así. Estas instituciones se han desgastado al no avanzar al mismo ritmo que los países, acercando de repente el pasado e incertidumbre al futuro.

Un ejemplo de esto es el desuso del derecho internacional por parte de las grandes potencias y la falta de canales diplomáticos efectivos, lo que ha llevado a la ruptura de las reglas básicas. Parece que las vías diplomáticas están agotadas y que la sociedad actual tiende a buscar justicia a través de la guerra, dificultando aún más la construcción de la paz.

Pero, cómo poder entender el panorama internacional cuando en febrero de 2022 despertamos con la trágica noticia de que un miembro del órgano principal de la ONU, Rusia, había invadido a otro país miembro de la misma organización. Lo peor de esta situación es que el agresor es uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, y en el momento de esta violación de la Carta de la ONU, el embajador de Rusia presidía el consejo y con toda seguridad estaba al tanto de la decisión tomada por el presidente Putin.

Es importante recordar que la función principal del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) es mantener la paz y la seguridad internacionales, y la Carta de la ONU establece la prohibición del uso de la fuerza para cambiar las fronteras internacionales.

Las disputas territoriales en regiones clave como el Indo-Pacífico también evocan ecos sombríos de las divisiones que condujeron al estallido de la Segunda Guerra Mundial. El océano Índico alberga algunas de las economías de más rápido crecimiento del mundo y conecta estas economías tanto con el océano Atlántico como con la región Asia-Pacífico, convirtiendo al Indo-Pacífico en una región de enorme importancia geoestratégica. Un reciente informe del Think Tank del Parlamento Europeo, que analiza las perspectivas de los principales actores (China, India, Estados Unidos y la Unión Europea), en esa zona, subraya que China ha aumentado su presencia marítima y sus ambiciones en la región a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda, adquiriendo puertos estratégicos que podría utilizar como bases navales. Taiwán es otra pieza significativa en la rivalidad más amplia entre Estados Unidos y China.

Si hay una lección que aprender del conflicto en Ucrania es que podría sentar las bases para una crisis futura relacionada con Taiwán. La rivalidad estratégica y las posturas militares tanto de Estados Unidos como de China podrían abrir la puerta a un conflicto entre ambas naciones. Sin embargo, a diferencia del escenario de la Segunda Guerra Mundial, hoy en día el mundo está más interconectado a través de la globalización económica y los avances tecnológicos. 

Es importante destacar que el mundo también enfrenta otras amenazas globales como el cambio climático, las pandemias y la creciente desigualdad económica, desafíos que trascienden las fronteras nacionales y requieren una cooperación multinacional sin precedentes, en contraposición a un mundo dividido en bloques de poder hostiles.

Ciertamente, estamos en un momento de transición, con un viejo orden que no termina de morir y uno nuevo que no termina de nacer. La pregunta fundamental es: ¿qué tanto hemos aprendido desde la Segunda Guerra Mundial hasta ahora, en defensa de la libertad y la democracia?

La guerra de agresión llevada a cabo por Vladimir Putin en Ucrania parece revivir los meses previos al estallido de la última conflagración mundial. Los años previos a la Segunda Guerra Mundial estuvieron plagados de nacionalismo, xenofobia, racismo y deseos belicistas de distintos países por dominar militarmente a sus vecinos.

Putin, un autócrata, que claramente desea reconstruir el poderío de la antigua Unión Soviética, desde su ascenso al poder ha utilizado la fuerza contra varias exrepúblicas soviéticas y en 2014 anexó la península de Crimea, que pertenece a Ucrania, para luego invadirla con la intención de someterla.

Como dijo el filósofo George Santayana, «Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo». Esta frase está inmortalizada a la entrada del campo de exterminio nazi de Auschwitz.

20/06/2024:

https://americanuestra.com/desde-el-dia-d-hasta-el-presente/

Gráfica: https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Normand%C3%ADa

Entomología, tuberculización y la Negra Josefina

MARIO VARGAS LLOSA CHARLA CON UN VIEJO ZORRO: RÓMULO BETANCOURT (1977)

Estaba alistando maletas para partir de Caracas cuando me avisaron que Rómulo Betancourt quería verme. El intermediario, por lo demás, me hizo saber que el expresidente, representante de Venezuela en la comisión que hace las invitaciones anuales para ocupar la cátedra Simón Bolívar, en Cambridge, había votado mi nombre. Pero no solo fui a su casa por una razón de cortesía, sino sobre todo por curiosidad: las figuras políticas me han producido siempre una fascinación entomológica (y, al mismo tiempo, una especie de alegría).
Su casa, la Quinta Pacairigua, en un barrio residencial, no es demasiado lujosa para los niveles sauditas venezolanos. Me sorprendió el numeroso servicio de guardaespaldas, en el interior y el exterior. Además de su hija Virginia, sencilla y muy simpática, estaba allí su esposa, una exprofesora, creo, que habló de libros con soltura, y había también periodistas y fotógrafos. Betancourt lleva bastante bien sus setenta años. Hace algunos meses corrieron rumores sobre una enfermedad gravísima, pero él dice que el peligro se ha disipado: se trató apenas de una intoxicación causada por los remedios. Se siente ahora, repite, como nuevo.
«Usted sabrá que, en la época de las guerrillas, yo fui uno de los hombres más odiados y atacados en América Latina», es una de las cosas que le oí decir en la hora y media que pasé con él. Por supuesto que lo sabía. Su Gobierno me pareció también a mí, como a tantos en América Latina, represivo y con ribetes autoritarios. Pero lo que ha ocurrido luego en el continente, y el contraste entre ello y el caso de Venezuela, me ha llevado a revisar ese juicio. El Gobierno de Betancourt reprimió duramente a quienes se alzaron en armas y no hay duda de que, en esa lucha, cometió abusos y violaciones de la legalidad y de los derechos humanos.
Pero es cierto, también, que su régimen sentó las bases de un sistema democrático que viene funcionando sin interrupciones y que parece hoy (toquemos madera) bastante sólido. Es lo que dice a Betancourt el ensayista francés Jean-François Revel –el autor de La tentación totalitaria– en una carta que aquel me enseña: «Es usted el único dirigente político sudamericano que encontró la manera de enrumbar a su país por un sendero democrático». Hay una pregunta, sin embargo, que surge cada vez que uno observa el caso venezolano: ¿la bonanza económica, esa prosperidad que golpea al forastero desde el aeropuerto, no ha sido el elemento decisivo para que las instituciones democráticas resultaran allí operantes?
Varias de mis preguntas a Betancourt se refieren a este asunto: ¿Por qué en su país los militares respetan el poder constitucional y en otros no ocurre lo mismo?
Su respuesta es larga y elaborada, y no tengo más remedio que abreviarla. Nosotros (es decir, su partido, Acción Democrática), dice, desde 1945 trabajamos con un grupo de oficiales jóvenes, constitucionalistas, partidarios de reformas profundas en la estructura del país. Ellos, a la caída de Pérez Jiménez, se convirtieron en la espina dorsal de la reforma de las Fuerzas Armadas, que pasó a retiro a los elementos golpistas y se empeñó en hacer del Ejército un cuerpo esencialmente técnico y educado de manera sistemática en el respeto del orden legal.
El momento crítico, prosigue Betancourt, sobrevino al estallar el movimiento guerrillero contra mi Gobierno. La lucha contra la guerrilla no la dirigió el Ejército; la dirigí yo. Mi Gobierno no abdicó de esa responsabilidad, como hicieron otros Gobiernos civiles en América Latina, por cautela política, prefiriendo que fueran los militares quienes se ensuciaran las manos. Aquí fue el Gobierno civil quien, desde el primer momento, asumió esa tarea, arrostrando la impopularidad y a pesar de la feroz campaña internacional en contra nuestra. Los militares respetan a quienes saben mandar. (No hay duda que él sabe y que le gusta hacerlo: al decir estas cosas, gesticula con energía).
Veo sus manos con las cicatrices de las quemaduras del atentado que preparó contra él un comando enviado por el generalísimo Trujillo (que lo odiaba, dicen, más que a Fidel Castro). He oído contar la historia de su comportamiento en esas circunstancias, y él me la reseña de nuevo: cómo habló por la radio estando herido y cómo se hizo llevar al palacio presidencial de Miraflores («el símbolo del poder», dice) para mostrar al país que la jefatura del Gobierno se mantenía en pie.
Está escribiendo ahora sus memorias y cuenta que haber leído, hace poco, la autobiografía de Arthur Koestler lo ha inducido a cambiar todo su plan. Al principio había decidido escribir un libro puramente político, dejando de lado lo que fuera personal e íntimo. Ahora, en cambio, hablará también de su vida privada. ¿Hasta qué extremos llegará la confidencia? Durante la charla, deja ver algunos cabos sueltos. De joven escribió cuentos, inspirados en ciertas lecturas, como Emile Zola. Su esposa lo refuta con convicción: la influencia ostentosa, le asegura, es la de Anatole France, Él habla de uno de esos relatos con melancolía y burla. Se llamaba (horriblemente) «Maritza la nómada» y la musa que lo estimuló a escribirlo era una españolita de ese nombre de la que estaba enamorado, Se empeña en hablar de literatura, en tanto que yo trato de empujarlo hacia el terreno político (en el que lo supongo mucho más competente). Se entusiasma recordando la autobiografía de Trotski, una novela («de 1.400 páginas») sobre la fundación del estado de Luisiana y me cita algunas tradiciones de Ricardo Palma. Durante mucho tiempo se ganó la vida escribiendo artículos, de manera que se siente también, en cierta forma, periodista. Ha pasado veinte años en el exilio, cinco en la cárcel y a fin de año celebrará medio siglo de actividad política.
Durante buena parte de la hora y media me pareció hablar con espontaneidad. Solo en un momento tuve la impresión de que (lo que me ha ocurrido siempre con todos los políticos que he entrevistado) pronunciaba un discurso. Una tirada algo solemne sobre la vocación rebelde y heroica del pueblo venezolano, que es, afirma golpeando el brazo del sillón, quien ha hecho la verdadera revolución en América Latina: la democrática. «¿Por qué cree usted que se fueron esos hombres detrás de Bolívar hasta el Titicaca?». Cree que el mestizaje generalizado y precoz que experimentó la sociedad venezolana creó ese tipo audaz y combativo. «Aquí nos mezclamos todos muy pronto, no ocurrió lo que en el Perú», dice. Y me cuenta una anécdota. En los años treinta estuvo en Lima, con una delegación, y lo impresionó mucho una entrevista que tuvo, en el diario El Comercio, donde él y sus compañeros fueron recibidos «por dos caballeros con monóculo, que se llamaban, uno, Miró Quesada y, el otro, Manzanilla». Uno de ellos le habría preguntado: «¿Qué raza es la que predomina en su país?». «Los mulatos como yo, señor». «Ajá», habría respondido, pensativamente, uno de los caballeros. Mientras el otro comentaba: «¿Sabía usted que aquí en el Perú se le decía a Bolívar el Zambo Bolívar?».
Me asegura que hay una carta del Libertador, firmada en la Magdalena, pidiéndole a un amigo de Caracas que enviara mulatos a socorrerlo, pues las impetuosas limeñas lo estaban tuberculizando.
Pese a la abundancia de dictaduras en el continente, se muestra optimista respecto al futuro de América Latina. Piensa que la política del presidente Carter de los derechos humanos ha creado una dinámica muy fuerte a favor de la instalación de gobiernos constitucionales. «Hasta Stroessner se ha visto obligado a hablar de dejar el poder», bromea. Se refiere con elogio al movimiento cívico en Brasil, a los manifiestos intelectuales («presidido por nuestro amigo Jorge Amado»), de periodistas, de profesionales, «hasta de futbolistas» pidiendo la transferencia de poder a los civiles mediante elecciones. Está convencido de que en pocos años puede ocurrir lo que al finalizar la Segunda Guerra Mundial: una oleada democrática por todo el continente. Respecto al acercamiento diplomático entre Cuba y Estados Unidos, se limita a comentar:
«Por el momento el acercamiento se reduce a que Cuba mandará a Washington dieciséis agentes del G-Dos y Washington a La Habana dieciséis agentes de la CIA».
Como voy a perder el avión, tengo que despedirme precipitadamente. En la puerta de calle, me regala una especie de estampa que no tengo tiempo de ojear. Aquí, en el largo vuelo trasatlántico, descubro que es la historia de una estatuilla que he visto en su escritorio. La Negra Josefina, una vagabunda de las calles de Caracas que asaltaba a los transeúntes pidiendo «un mediecito»; hace unos treinta años, sirvió de modelo al autor de la obra, Santiago Poletto Lamberti. Se trata de una mulata, por supuesto.
Sobre el Atlántico, sept. 77
Fuentes: 
Sobre el Atlántico / Publicado en noviembre de 1977. Tomado de sus Obras completas IX. Piedra de Toque I (1962-1983), 2012, pp. 655-659.
WordPress «Lo Afirmativo venezolano» de GUILLERMO RAMOS FLAMERICH:
17/06/2024:

martes, 18 de junio de 2024

Enérgico obispo

LÜCKERT

Luis Barragán

En el presente siglo, el régimen ha estereotipado a la Iglesia Católica venezolana prácticamente como la desvergonzada aliada del ancien régime. Nada fortuita la ocurrencia, expresa así la perspectiva tradicionalmente asumida por la izquierda marxista.

Esa misma izquierda que, en muy buena medida, concursó en las bonanzas petroleras a través de sus espacios de poder (fundamentalmente, la universidad), y no fue precisamente sinónimo de una impecable conducta ética. Excepto algunas voces, sus denuncias eran harto convencionales de acuerdo a los viejos cánones.

Precisamente, en aquellas décadas remotas de prosperidad, el país conoció a Roberto Lückert. Obispo de Cabimas y, después, Coro, se hacía sentir nacionalmente al denunciar la realidad social de entonces, en medio de los varios auges dinerarios.

De un temple extraordinario, fue natural que chocara con los socialistas que expropiaron el siglo.  Atravesado, es la expresión más cónsona para retratarlo, inspiraba respeto entre propios y extraños.

Recientemente, se ha ido a la Casa Eterna ya de avanzada edad.  Un maracucho y conductor que no sólo admira la feligresía católica sino todo el país mientras escasea el liderazgo.

19/06/2024:

https://guayoyoenletras.net/2024/06/19/luckert/

Ventanales

LA VENEZUELA DEL TOBOSO

Luis Barragán

Cada vez más, resulta difícil a los sectores oficialistas, beneficiarios inmediatos de la situación generada en todo el presente siglo, edulcorar la catástrofe aún frente a los grupos subalternos que tienen por único mandato y posibilidad el de sobrevivir a través del ejercicio represivo y encubridor, excepto huyan al extranjero. Caso éste en el que preferirían no colaborar más con el régimen, aunque el oficio pudiera alcanzar otras dimensiones allende las fronteras, en circunstancias más promisorias para las minorías domiciliadas en los paraísos fiscales.

El libreto electoral del régimen ha sido por siempre el mismo, poblado de eufemismos que juran darle visos de novedad a la versión idílica que tienen del país en los numerosos eventos plebiscitarios que ha acumulado para romper sus marcas ante otros regímenes afines. Aquella envejecida consigna inaugural de la Venezuela que ahora es de todos, doblada por lemas semejantes y acordes a los estudios de opinión, aterrizan en una interpretación del país feliz y agradecido, dispuesto al combate en defensa del socialismo que las grandes mayorías descubrieron, padeciéndolo, como una radical experiencia desigualadora que contrasta radicalmente con los tiempos en los que, al menos,  hubo libertades para quejarse.

Valga el ejemplo, la data levantada en mayo del presente año, por el Observatorio Venezolano de Seguridad Alimentaria y Nutrición (OVSAN), revela una realidad que el lenguaje del poder oculta, banalizándola, representada por el ya clásico emblema mesocrático del profesor de una extraordinaria formación técnica y académica con un precario y lastimoso ingreso real que lo obliga a incursionar en la muy ruda y competida – mas no competitiva - economía informal de preservar una mínima condición física para ello. Y es que la muestra en cuestión, ilustra los varios rubros del retroceso y las disparidades sociales en relación al aumento de las enfermedades graves entre 2022 y 2024, la obvia disminución del consumo de agua de acueducto a favor de la hervida por encarecimiento de la mineral, la disminución y postergación de las remesas, el muy superior consumo de carbohidratos en lugar de proteínas y frutas, el descenso de las bolsa CLAP/gobierno como fuente principal de 80% en 2022 a 36% en 2024; y esto, evidenciado por las llamadas reglas de afrontamiento que consiste en la búsqueda de otras alternativas – agregaríamos – urgidas e improvisadas de sostenimiento familiar, como la menor ingesta de los adultos en beneficio de los menores de edad en los hogares, la venta de los electrodomésticos y el préstamo garantizado por bienes muebles que ha significado el regreso triunfal de las casas de empeño, las antiquísimas formas de cooperativismo entre vecinos y compañeros de labores, la ya exhausta solidaridad familiar, y otras fórmulas de supervivencia que se prefieren lícitas y legítimas, algo muy necesario de subrayar.

Todos los comunicadores que sirven al sector público, se esfuerzan y mucho por una narrativa resueltamente paradisiaca de la realidad antojada como la Dulcinea capaz de asegurarles la quincena, forzados los servidores del sector privado a disimularla, esquivarla, adjetivarla y asumirla de un modo tal que no peligre la concesión radial y televisiva, o el suministro de papel periódico; no en balde, existen términos de prohibido uso como “régimen”, “dictadura”, “sanciones internacionales”, etc. A lo sumo, el reconocimiento de algún problema y gravedad de la índole que fuera, obliga a todo oficialista y oficioso que se precie a apelar al manido bloqueo y a tantear una escena de heroica resistencia.

La atípica y breve campaña electoral en curso, no renueva la acostumbrada estrategia oficialista de una cínica reiteración de las antiguas promesas de rápida redención, animada por la amenaza y persecución de una oposición constitucionalista. Y es que, con ella, pacífica y transparente, luce poco fácil emular los combates de Playa Girón.

Entonces, desde las cumbres del poder establecido, la lírica es todavía redentora para los suyos y persistentemente retadora para los críticos, aunque el cuestionamiento no parta siquiera de los propósitos, metas y objetivos inalcanzados que trazaron las diferentes ediciones del denominado Plan de la Patria, sino de la inmediata, concreta y específica realidad social y económica derivada. La que, por cierto, asoman los ventanales del edificio viejo de la Corte, en pleno centro histórico y estratégico de la ciudad capital, sirviendo de dormitorio para los más vulnerables, desfavorecidos, desiguales entre desiguales.

El aparato propagandístico y publicitario del Estado, exhibe un desgaste únicamente compensado por las limitaciones impuestas a una oposición censurada, pero exponente de una esperanza que tiene por principal imaginario el de la unidad y su genuina reconstrucción.  Ésta, ha de vivir la realidad, contándola y transformándola.

Fotografías: LB, vieja sede de la Corte Suprema de Justicia (CCS, 24/04/2024). 

18/06/2024:

https://www.elnacional.com/opinion/la-venezuela-del-toboso/

lunes, 17 de junio de 2024

Todos somos inexorablemente contemporáneos

DE LA VULGATA GENERACIONAL

Luis Barragán

El cada vez mayor ensanchamiento de la brecha generacional, constituyó – antaño - el discurso   militante y agitador por excelencia en los países desarrollados.  Estado de bienestar mediante, autorizado por el definitivo triunfo y desenlace de la segunda contienda mundial, convirtió al occidente más próspero en vanguardia de una protesta rápidamente industrializada y que arrojó uno de sus mejores frutos, por ejemplo, con la industria discográfica aportante a la contracultura.

Una poderosa ilusión de inmortalidad,  anegó a las más recientes generaciones de entonces. Teniendo por epicentro al París estremecido por la rebelión de mayo de 1968, tendió a banalizar profundamente los dramas propios y ajenos: sin lugar a dudas, contribuyó a la más amplia legitimación de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos al mismo tiempo que facilitó en su decisiva opinión pública, el triunfo político de las fuerzas comunistas en Viet-Nam, prometida la multiplicación de una guerra similar en América Latina por el Che, como si la de Cuba castrista hubiese sido una gesta limpia en su pretendida expansión continental.

Esos afanes generacionales, llegaron a nuestras costas y la realidad se impuso frente al etéreo, generoso y voluntarista mensaje de entidades más o menos espontáneas, surgidas al calor de nuestras más específicas y concretas circunstancias.  El llamado Poder Joven y entidades semejantes, apartando la buena intención de sus propulsores, no lograron sobrevivir a los retos y desafíos de un sistema político todavía existencialmente amenazado por la subversión armada reacia a aceptar la derrota política y militar infringida desde años anteriores, catalizado por el despliegue de las juventudes políticamente organizadas de signos contrapuestos, o después devorado lentamente por los antivalores de las irresistibles bonanzas petroleras, entre los años ´60 y´70 del ´XX.

Eso de darle un chance a la paz, justificadísima consigna que tuvo un alcance planetario al proferirla John Lennon, no era suficiente y ameritaba de una vocación, un esfuerzo, un talento y una persistencia extraordinaria para hacerla posible. Los Beatles pasaron, apuntalaron magníficamente a la industria del entretenimiento, pero fue en el terreno netamente político en el que dirimimos nuestra suerte común: unos problemas fueron solventados ante los muchos que se agravaron, y, en fin, la dictadura cubana todavía muestra su gigantesco desacierto y la civilización occidental y sus valores, confronta a temibles enemigos que se aprovechan de la democracia liberal misma.

Por aquellos años, la percepción imperante en Venezuela fue la de una población predominantemente joven que convirtió el relevo en una demanda groseramente común y silvestre. Ahora, los demógrafos dirán, porque – cuestión de pocos años – envejecimos repentinamente, gracias a la diáspora, y tendemos  no sólo a un predominio de la población demasiado adulta, sino a la igualación de las generaciones in situ por todas nuestras precariedades y desdichas convertidas en una cultura de la resignación a la que nos resistimos tercamente.  

Herencia segura de los ´60, la vulgata generacional poco o nada abona a las tesis más firmes como  la de un José Ortega y Gasset, en mucho ya superada, aún en pie las consideraciones que hizo Mario Torrealba Lossi sobre nuestros muchachos de 1928, aplicables a los de 1810 o 1958. Claro está, duradera la consigna, tras una modesta y puntual conferencia que dictamos a los alumnos del amigo profesor de un disminuido curso de postgrado (o del curso de un disminuido postgrado),  nos causó mucha gracia y desinhibida sonrisa que una persona de treinta y tantos años, reclamara - a través de una pregunta - el urgente relevo generacional en todos los ámbitos, comenzando – no faltaba más – por el político.

De atender la fórmula de renovación de los ciclos, cada treinta años, además, visada en la prensa por José Giacopini Zárraga en muchas oportunidades, falta poco para cumplir con el nuestro en un idéntico siglo XXI. Sin embargo, forzados todos a la misma y ya perpetua contemporaneidad, como los cubanos, se anuncian otros ciclos de un signo distinto como la tarea pendiente desde hace añales: la transición política.

Composición gráfica: Tomada de la red. 

18/06/2024.

https://opinionynoticias.com/opinionpolitica/41416-de-la-vulgata-generacional

domingo, 16 de junio de 2024

Caza de citas

"Me quedé parada junto a la puerta, frustrando todavía más a Ginny por rezagarme. Me acordé de aquel día, años atrás, en el que se había presentado en el chalet, cómo noté que le temblaban las manos al darme aquel litro de sopa. Ella también había perdido a alguien a quien quería y yo no me había percatado hasta entonces. Por la manera en la que me miraba"

Catherine Lacey

("Biografía de X", Alfaguara, Barcelona, 2024: 306)

Ilustración: Denis Krupchatnikov. 

Demandamos el uso de la razón

POPULISMO DE CIRCUITO CERRADO Luis Barragán El presente siglo ha sido el de una extrema realización del populismo en Venezuela, mientras...