LA LECCIÓN DE BOASBERG
Luis Barragán
En el siglo
pasado venezolano, se hizo frecuente el (re)conocimiento público de los jueces,
incluso, por decisiones propias de la vida cotidiana. Éste, por ejemplo, fue el
caso de los jueces de instrucción de acuerdo a la antigua legislación procesal
penal, haciéndose inmediatamente célebres en los tiempos que las páginas rojas
o de sucesos de la prensa escrita contaban con una enorme audiencia; huelga
comentarlo, el contraste es evidente respecto a la presente centuria.
Muy natural, en
Estados Unidos vuelve a la escena pública, el juez federal James E. Boasberg, pues, la Suprema Corte de
Justicia, con un voto de diferencia, anuló las órdenes de restricción temporal que
aquél emitiera, a propósito de la consabida deportación de los venezolanos
fundada en una ley de finales del siglo XIX, la de Enemigos Extranjeros. Por
supuesto, la elevada instancia no fue al fondo del asunto, sino que,
entendemos, por una parte, la sentencia determinó que la detención y expulsión
de los inmigrantes debió impugnarla la Unión Estadounidense por las Libertades
Civiles (ACLU) en la jurisdicción correspondiente al lugar de los hechos
(Texas), en lugar de Washington D.C.; y, por otra, quedó muy claro que la
medida faltó al debido proceso, y, es de suponer, lo creemos modestamente, la
correspondiente reposición de la causa con la devolución de los afectados a
territorio estadounidense para tratar de comprobar que no son integrantes de
una banda criminal, al menos.
Igualmente, El
Nuevo Herald (08/04/25) observa que la decisión del máximo tribunal coincide
con la consideración en ciernes del juez federal para procesar por desacato a
los altos funcionarios del ejecutivo federal por haber ordenado el traslado
aéreo de los detenidos antes de producirse su sentencia; al parecer, una
cuestión todavía pendiente. Un día antes, The Wall Street Journal (07/04/25),
señaló los varios casos que tiene agendados Boasberg respecto a la
administración Trump, asignados por sorteo, como su fama de mesurado y ecuánime,
precisando que ascendió a juez principal en el Distrito de Columbia gracias al
presidente Bush y, luego, juez federal gracias al presidente Obama.
Que sepamos,
no hay planteamientos e iniciativas encaminadas a un mínimo entendimiento de
nuestros paisanos localizados en el norte del continente, ni hemos visto que
los expertos del patio ayuden a orientar a nuestros migrantes, apelando al
altruismo. A falta de dirigentes sociales, bien pueden contribuir los
dirigentes políticos que están más allá de nuestras fronteras, asumiendo
deberes que solo la vocación de servicio
puede canalizar.
Referencias: The Wall Street Journal, 07/04/25; y El Nuevo Herald 08/04/25: https://www.elnuevoherald.com/noticias/inmigracion/article303731966.html
Ilustración: Guy Billout.
Fotografía: Le Figaro, 22/03/25.
09/04/2025:
https://guayoyoenletras.net/2025/04/09/la-leccion-de-boasberg/
Breve nota LB: De un lado, el artículo se fue con un gazapo: la Ley es del siglo XVIII; y, por el otro, resultan insuficientes y elementales los análisis suscitados por la decisión judicial (https://www.elnacional.com/mundo/que-cambia-para-los-migrantes-venezolanos-tras-la-decision-de-la-corte-suprema-sobre-la-ley-de-enemigos-extranjeros/).
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