martes, 15 de julio de 2025

De otro escenario asiático

TAIWÁN PARA UNA HIPÓTESIS NADA DESCABELLADA

Luis Barragán

Muy antes, fue necesaria la tajante distinción entre la China comunista y la que sencillamente no lo era, circunscrita a una isla lo suficientemente  jerarquizada en el contexto de la llamada guerra fría que supo de no pocos hervores: Taiwán. Ésta, al igual que Japón, supo de un formidable respaldo estadounidense que bien aprovechó y trabajó la población para alcanzar los extraordinarios niveles de vida que radicalmente contrastaron con la opresión y las hambrunas del febril ideario maoísta que más tarde recibió la ayuda inimaginable del odiado tigre de papel.

Nuestro país tuvo relaciones diplomáticas con la insular República de China hasta 1974, cuando las decidió a favor de la continental República Popular en un contexto internacional que comenzaba lentamente a cambiar. Desde entonces, perdimos la noción de un exitoso país que se hizo definitivamente de la democracia liberal con capital en Taipéi, a principios de los noventa, conquistada y seducida la opinión pública por el curioso régimen comunista de un decidido y triunfal apalancamiento capitalista, cuyo nervio principal está en Pekín, ahora, en la presente centuria, olvidado todo vestigio de lo ocurrido en la Plaza de Tiananmén por 1989.

Referido anteriormente, la sola y descomunal deuda contraída con la superpotencia continental, nos obliga a una vinculación definitivamente realista y, ojalá, creadora (https://www.elnacional.com/2025/05/liderato-politico-china-y-las-relaciones-sino-venezolanas/), que luce compatible con un relacionamiento necesario respecto al modesto coloso isleño de una relevante importancia geopolítica, geoestratégica y geoeconómica. Entre varias razones, por una parte, a pesar de sus dimensiones territoriales, cuenta con un extraordinario peso al encabezar la producción mundial de semiconductores, con fortísimas inversiones extranjeras que incluyen a la propia China, siendo una de las más importantes economías del mundo por sus niveles de exportación e importación; agreguemos, con una fuerza laboral altamente calificada, bajos niveles de inflación y de desempleo, como una envidiable estabilidad financiera, entre los más importantes países de mayor reserva de divisas del planeta.

Observemos, por otra, más allá del dato económico, hemos obviado tan injustamente el modelo taiwanés, cuyo milagro económico arrancó desde los años sesenta del veinte con la reforma agraria, inversiones extranjeras y una estrategia industrializadora orientada a la exportación. Un fenómeno abiertamente contrastante con China, se hizo perfectible desde mediados de los noventa, con un proceso convincentemente democratizador, amplias libertades públicas, respeto de los derechos humanos, división de poderes, nunca reivindicado en este lado del mundo.

Luego, afinando nuestra estrategia de largo plazo, probablemente nuestro futuro entendimiento será con el referente continental de un pleno y desinhibido desarrollo capitalista que apelará irremediablemente a la democracia liberal y al efectivo federalismo, comprendiendo y asumiendo pacíficamente la independencia y la complementariedad del referente isleño de larga experiencia en la materia. Un módico esfuerzo de investigación que incluye a especialistas extranjeros, siendo tan asombrosamente escasos los venezolanos, nos lleva a transitar la hipótesis nada descabellada.

15/07/2025:

https://www.elnacional.com/2025/07/taiwan-para-una-hipotesis-nada-descabellada/

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