martes, 14 de octubre de 2025

(Im)paciencia

IMAGINARIO MORAL PARA UNA COYUNTURA NOBELADA

Luis Barragán

En una anterior oportunidad, versamos sobre la imaginación moral y la necesidad de una reintegración nacional que, ahora, ha de considerar el aporte del consabido premio Nobel de la Paz a un imaginario social en transformación. Valga acotar que esta circunstancia incide de inmediato en la percepción de los próximos eventos masivos de canonización del Dr. José Gregorio Hernández, cuya importancia identitaria huelga comentar, en la extraordinaria y desigual batalla por la capitalización política con un Estado de sobrados recursos mediáticos y logísticos que ya está lidiando con la entera novedad de un galardón que nos lleva de la fe sagrada a la fe cívica de riesgosa profesión.

El premio que no basta por sí mismo y tampoco lo origina, se convierte en el inadvertido propulsor de un proceso de difíciles coyunturas: universalizándonos, visibiliza el caso venezolano, lo reconoce moralmente, suscita buenos y malos augurios, fuerza a una vocería calificada, metaboliza a la oposición deseablemente plural, trastocado en el tensiómetro de cualquier perturbación. Lejos estamos de las recurrentes expectativas y emociones que generó la candidatura de Rómulo Gallegos al Nobel de Literatura, sostenido por un gran centimetraje de prensa, como de la trascendencia del premio Lenin de la Paz de la extinta URSS que no entusiasmó tanto a Pablo Neruda como la gesta celebracional de Oslo.

El leninismo tardío y revanchista de la izquierda internacional ha emprendido una intensa campaña de descrédito de la causa venezolana favorecida por el parlamento noruego (por cierto, olvidado por completo de las gestiones tropicales de Dag Halvor Nylander), perdiendo así la más elemental objetividad y sindéresis, tal como puede ocurrir en la acera opuesta que no repara en una distinta etapa, coyuntura y proceso requerido de una inspirada destreza política. Porque además no hay una correspondencia infalible, exacta e inmediata de los estímulos y las respuestas que se pretenden históricas, según los antecedentes: Lech Walesa galardonado en 1983, tuvo que trabajar muy duro para encabezar la transición polaca seis años después; Aung San Suu Kyi en 1992, tardó veinte años para liderar la birmana; a Nelson Mandela en 1993, lo favoreció un largo y consumado esfuerzo político para dirigir la sudafricana al año siguiente; José Ramos-Horta en 1996, esperó cuatro años para capitanear la timorense, siendo diferentes las realidades para la liberiana Ellen Johnson Sirleaf y la pakistaní Malala Yousafzai, ganadoras del Nobel de la Paz en 2011 y 2014 respectivamente. Por consiguiente, no existe una especie de nobelmancia que releve de toda tarea política a propios y a extraños, fotografiado el futuro cercano.

Sabidas las fortísimas limitaciones de casa, auspiciemos una discusión responsable y de una profunda vocación pedagógica capaz de acrecentar la conciencia popular a favor de un compromiso democrático, libertador, liberador y liberalizador con pleno sentido de las realidades que suelen elevar los costos políticos del gobierno, pero – atención -  aún mayores para la oposición por cualquier error en el que incurra. Tenemos que no hay vocación alguna de pendejicidio en la ciudadanía que acumula una importante experiencia, reacia al panfletarismo de ocasión, a la huera consigna, al divertimiento de sus desgracias, en procura de una moral del porvenir.  

De un escepticismo sano por responsable, sobrio y creador, valoramos el merecido premio Nobel como una magnífica parábola cívica, sentida toda legitimidad en sintonía con la eficacia política que conduce a un imaginario moral, social y épocalmente compartido de empatía, servicio y bien común. Y, agreguemos, resistente al asedio de una enfermiza mensajería que puebla las calles de fusiones, efusiones y efervescencias ajenas a la razón, vivencia y sentimiento popular.

Fotografía: LB: Av. Paéz, El Paraíso (CCS, 12/10/25).

15/102025: 

https://www.elnacional.com/2025/10/imaginario-moral-para-una-coyuntura-nobelada/

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

(Im)paciencia

IMAGINARIO MORAL PARA UNA COYUNTURA NOBELADA Luis Barragán En una anterior oportunidad , versamos sobre la imaginación moral y la necesi...