jueves, 9 de febrero de 2023

"Tropecientas"

EL PAÍS, 25 de enero de 2015

BAJO EL SIGNO DE LA VIEJA POLÍTICA

En vez de presentar caras nuevas, hacer autocrítica o innovar el discurso van y nos sacan a... ¡Aznar!

Fernando Vallespín 

Se ha dicho tropecientas veces: el problema de España es que carece de  proyecto de futuro. A pesar de eso, el PP se empeña en recuperar su  pasado y en regocijarse en el presente. No hubiera sido una mala  estrategia bajo las condiciones de “política normal”, pero resulta que  seguimos estando bajo condiciones políticas excepcionales. La mejora  económica no es ya un criterio que baste para catapultar a un partido.  Las palabras totémicas de hoy en nuestro país son renovación,  regeneración, reset... El pasado inmediato es el mal, que se proyecta  sobre el presente bajo la forma de Bárcenas en la calle y/o la ausencia  de explicaciones convincentes sobre otros casos de corrupción. Pero en  vez de presentar caras nuevas, hacer autocrítica sincera o de innovar  mínimamente su discurso van y nos sacan a... ¡Aznar! Y encima este se  permite el lujo de arrojar la ira de un Aquiles autosuficiente sobre los  pobres aqueos militantes y cargos del PP, refutando con sus palabras el  objetivo fundamental de la convención: la reconciliación con su pasado.  Primera prueba no superada.

Imagino que la presencia de Aznar estaba dirigida a cambiar la imagen  tecnocrática del Gobierno por otra más ideológica, pero ya digo que eso  les ha salido rana. La segunda pretensión, machacar a Podemos, ha caído  en la trampa de interiorizar las distinciones con las que este partido  ha conseguido hacerse un hueco en el escenario político español. Por el  lenguaje que usan, implícitamente están entronizando el discurso que  mejor le viene a la nueva fuerza política. Dos perlas: “Somos de la  casta de hombres y mujeres que luchan por seguir adelante” (Cospedal), o  “Nosotros no estamos aquí para asaltar los cielos” (Ignacio González).  Pura aplicación de la lógica de la equivalencia de Laclau: actores  antagónicos encuentran elementos que les unen: tanto PP como Podemos  ningunean al PSOE, que es la forma más eficaz de eliminar a este  adversario común. En la lógica discursiva tan importante es a quién te  diriges como a quién estás dejando fuera. Esto contribuye, por tanto, a  eliminar la pretensión del PP de erigirse como el partido de la  “responsabilidad” y estabilidad. ¿Qué es más “responsable”: tener al  PSOE como principal fuerza de la oposición o a Podemos? Segunda prueba  no superada.

La tercera prueba la tenían ya casi ganada antes de la convención: el  sacar provecho de la superación de la crisis; en particular, el mensaje  de bajada de impuestos para las clases medias. Pero, cuando las cosas  van bien, el relato de la recuperación de la crisis puede convertirse en  un arma de doble filo. Es bien sabido que después de la escasez, cuando  todo empieza a ir mejor, la gente sobre la que ha recaído el mayor  sacrificio exige ser compensada; o sea, mayor redistribución. A esto han  hecho oídos sordos. Y no es algo que pueda ser subsanado por el mero  batir de banderas, la retórica patriótica y el estruendo de los himnos.  Nota final: suspenso. Manca finezza!

Fotografía: https://www.elconfidencial.com/espana/2022-03-22/aznar-advierte-sobre-el-pacto-con-marruecos_3395767/

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