CHINA, O LOS PELIGROS DEL SILENCIO
Luis Barragán
Consabido, el
populoso país asiático ha tenido un extraordinario crecimiento económico que
asombra más a los extraños que a los propios que padecen las consecuencias de
un trabajo esclavista y esclavizado, incluso, encontrándose más allá de las
fronteras. Devenida superpotencia
mundial, obviamente requiere de otro sistema o modelo sociopolítico a tono,
aunque sus más firmes y maoístas admiradores, como ocurriera con Chávez Frías,
olviden cuán lejos ha llegado con el desconocimiento de las libertades públicas
y la violación de los derechos humanos, paradójicamente pivoteado por una libérrima
producción capitalista que no repara en los costos ambientales.
Por muy dependientes que seamos los
venezolanos del importantísimo referente asiático, en el presente siglo, es
poco delo que se habla o escribe sobre él en nuestros medios, incluyendo los
académicos. Un silencio ensordecedor y
peligroso (“This silence is both deafening and dangerous”), ha dicho Víctor Cha, profesor
de la universidad de Georgetown y otrora jefe de la sección asiática del Consejo
Nacional de Seguridad, al versar sobre las sistemáticas retaliaciones
económicas que impone China a los países comercialmente asociados que permiten
a sus empresarios cuestionar, o apenas mencionar, el genocidio de la minoría
uigur de la provincia de Xinjiang, la concesión del Nobel a un disidente chino,
l disputa territorial con Japón por la isla Sekaku, o simpatizan
particularmente con Taiwan, Tibet y Hong Kong (*).
Observa
el autor que la naturaleza iliberal del gobierno de Pekín (o Beijing), impide
que la población desconozca en todo lo posible la situación y sus incidencias,
al igual que la opinión prevaleciente en otras latitudes. Lo cierto es que
responde drásticamente a cualesquiera diferencias políticas, sancionando a los
países socios, y, por consiguiente, recomienda la agremiación de los países
afectados para responder y superar a la conducta depredadora china, como no
logrará hacerlo nunca la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Desconocidas
estas vicisitudes de una superpotencia que impone sanciones a un conjunto de
países, por motivos nada altruistas, escasamente sabemos en este lado del mundo
que logrado hipotecar, como nunca lo imaginó al iniciarse la presente
centuria. Quien revise las informaciones
oficiales, desde siempre, en torno a las relaciones bilaterales, a pesar de la
existencia y el padecimiento del Covid-19 que globalizó casi instantáneamente,
notará las más amables consideraciones, la idea de una China de extraordinaria
solidaridad y desprendimiento, comprobando el éxito del modelo socialista, por
muy falsas que sean las alusiones.
Lo peor, siendo un referente de extremo y asombroso pragmatismo, aunque prefiera al madurato de las condiciones que les son irresponsablemente tan favorables, conoce exactamente la gravedad y profundidad de esa hipoteca que un régimen alternativo en Venezuela no la habrá de alterar fácilmente. Mientras tanto, puede aseverarse, las grandes mayorías de los venezolanos conocen de esa gravedad y de esa profundidad de nuestra dependencia.
Ilustración: ABC , Madrid, 19/02/2023 China.
(*) Victor Cha (2023)
“How
to Stop Chinese Coercion The Case for Collective Resilience”. Foreig
Affairs, vol. 102, nr. 1, january/february.
13/03/2023:
https://guayoyoenletras.net/2023/03/13/china-o-los-peligros-del-silencio/
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