miércoles, 29 de octubre de 2025

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JULIO CÉSAR MORENO Y LUIS RIZEK

Luis Barragán

Convengamos, los científicos sociales nos deben una mejor nomenclatura para los partidos llamados históricos que efectivamente fueron partidos. Estos, internamente plurales y complejos, tendieron a la estabilidad bajo un mismo campanario doctrinario, se hicieron en buena medida escuela y tradición, e, inevitable, una comunidad de afecto a pesar de los naturales matices y diferencias ideológicas y políticas.

Agreguemos otra de las características que hicieron perfectible la institucionalidad partidista, fracasando unos y triunfando otros con el tiempo: formaron el liderazgo indispensable, comprometido y leal para gobernar y, en efecto, unos tuvieron la suerte de hacerlo, mientras que, otros, en la oposición o quedándose en el partido oficialista, no. Así, lejos de idealizarlos, versamos sobre la experiencia militante en partidos que explicaron también nuestra juventud y adultez, como la deportiva o la académica, por ejemplo, lo hicieron con otras personas.  

Por ello, el respeto y la admiración hacia aquellos líderes que marcaron a las generaciones siguientes que estuvieron preparados para ejercer sendas responsabilidades de Estado, con los cuales igualmente profesamos una amistad de largos años aunque fuesen otras las circunstancias, derroteros y ámbitos de actuación. En un caso, Luis Rizek fue un excelente abogado y estelar conductor de los socialcristianos en la ciudad capital e importante parlamentario nacional, organizador nato, decidido luchador con una gran sensibilidad social con el que no tuvimos ocasión de coincidir directamente en el trabajo político cotidiano, pero supo ganarse el reconocimiento de propios y extraños por su vocación popular, el conocimiento y la vivencia reales de las barriadas de la Caracas que comprendió cabalmente; y, el otro caso es el de Julio César Moreno, quien nos honró con su amistad y confianza desde los remotos tiempos de una juventud aguerrida, compartiendo la faena de un partido que fue difícil porque tenía vocación histórica. Ambos, el mismo día, fueron a encontrarse con Dios.

Julio César fue un combativo líder de la avanzada social que adscribimos con mucha emoción décadas atrás, en el amplio universo socialcristiano y tan sólo para dar un detalle, como parlamentario dio un inmenso ejemplo de combatividad que lo llevó a denunciar aquél caso de las municiones yugoeslavas, se apersonó en El Amparo cuando todos temían siquiera a pensar en una masacre, y defendió la libertad de expresión, siendo objeto de persecución a pesar de su inmunidad parlamentaria. En los últimos años, además de escribir en los portales noticiosos cuando lo juzgaba necesario, fueron numerosas las mañanas en las que coincidimos en las hemerotecas del Foro Libertador y de la Academia Nacional de Historia y, por supuesto, intercambiamos impresiones e igualmente discrepancias.

Por cierto, nos permitimos una queja sin rencor alguno: Julio conspiró con Edgar Barrios para sacarnos del muy selecto club de Amargos de Angostura que ambos lideraron. Y con humildad reconocemos que nunca reunimos los requisitos mínimos, fallando una y otra vez en nuestras peticiones de ingreso. Siempre lo entendimos.

Fotografías: Luis Rizek y Julio César Moreno, tomadas de https://lbarragan.blogspot.com/search?q=Julio+César+Moreno.  Particularmente, las dos últimas refieren el acto de lanzamiento de las candidaturas de Edgar Barrios y Lorenzo Tovar a la Secretaría y Subsecretaría generales y nacionales de la Juventud Revolucionaria Copeyana, en la Sala Plenaria de Parque Central a mediados o finales de 1979 (Caracas). 

29/10/2025:

https://lapatilla.com/2025/10/29/julio-cesar-moreno-y-luis-rizek-por-luis-barragan/

Cfr.

César Pérez Vivas

https://lapatilla.com/2025/10/28/julio-cesar-moreno-por-cesar-perez-vivas/

Gehard Cartay Ramírez:

https://lapatilla.com/2025/10/29/gehard-cartay-ramirez-julio-cesar-moreno-in-memoriam/

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