Jacobinos a destiempo
Luis Barragán
La oposición
democrática y la academia venezolanas y venezolanistas, han ofrecido su
contribución para afrontar el ineludible juicio que cursa en La Haya, requerido
urgentemente de consumados especialistas, y de hábiles e inspirados estrategas
que planteen efectivamente y hagan valer nuestros legítimos y
extraordinariamente fundados alegatos. No obstante, el gobierno insistió en
plebiscitar la materia, evadiendo sus exclusivas responsabilidades por ante la
Corte Internacional de Justicia.
Consabidas sus
limitaciones, la prensa libre ha expuesto con mayor intensidad las más variadas
opiniones de legos y entendidos, como fue recurrente en el siglo anterior, y
existen aportes bibliográficos que incluyen importantes y recientes
actualizaciones capaces de orientar a los funcionarios públicos del área,
cuando no han tenido oportunidad de entrevistarse personalmente con los
autores. No obstante, en medio del silencio que reinó hasta el anochecido domingo próximo pasado, el régimen
incurrió finalmente en la audacia de festejar una victoria a pesar de las
evidencias que la contrarían, aunque no sabemos de las cifras definitivas de
abstención oficialmente reconocidas a la hora de suscribir estas notas.
De suyo
gravísimo, el caso no está en repetir acá las consecuencias advertidas con
suficiente anticipación por los más variados sectores académicos y dirigentes
del país, sino en la huida hacia adelante impuesta por las tardías corrientes
jacobinas que ensayan un discurso cínicamente nacionalista para prolongarse en
el poder, faltándole banderas políticas e ideológicas al socialismo real del
siglo XXI. No permeó el espíritu
nacionalista que versionó arbitrariamente y deseó compartir a pesar de la
intensa y masiva propaganda y publicidad gubernamentales que permitió exhibir
piezas de una dudosa calidad y factura técnica en las redes digitales.
Semejante a la
reacción del 30 de julio de 2017, frente a los centros de votación vacíos,
pretenden que el referéndum de ahora fue desbordado por una población
entusiasta, aunque realmente devino la mejor - por exacta, confiable y
financiable - encuesta de las que frecuentemente ordena, pues, la nuestra es
una dictadura de sondeos. Y es que, siendo igualmente de graves los otros
problemas fundamentales del país, persistirán en eludirlos al cultivar los
engreídos jacobinos una superior causa elusiva: la del Esequibo que tiene
pendiente otro compromiso judicial para abril de 2024, aunque – por lo pronto –
gozarán del generoso receso decembrino que se tienen prometido.
05/12/2023:






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