lunes, 18 de diciembre de 2023

Cosos

DE EL POLIEDRO Y EL NUEVO CIRCO

Luis Barragán

Principiando 1974, a escasos días de entregar el poder, el presidente Caldera inauguró El Poliedro de Caracas. La prensa de la época saludó el acontecimiento, con las excepciones del caso, porque la ciudad capital carecía de un referente de buena capacidad para celebrar eventos de la más variada naturaleza.

Por largas décadas, el Nuevo Circo satisfizo esa exigencia citadina. De propiedad privada, más allá de la tauromaquia, fue sede de grandes, libres y exitosos conciertos musicales, sucesos deportivos, exposiciones,  y mítines políticos.

Al parecer, el mercado era insuficiente para que el sector privado edificara un coso de grandes dimensiones y el Estado lo hizo, convertida La Rinconada en una coordenada y taquilla segura para el espectáculo: intérpretes y bandas muy eximias poblaron de luces y público los espacios y a las nuevas generaciones les parece difícil imaginar festivales tan rentables, como los gaiteros en los meses de noviembre y diciembre de la era demcrática, además, con pocos centros comerciales de un amplio aforo. E, igualmente, que los partidos de la oposición con capacidad de llenarlo y de pagarlo, hicieran de El Poliedro un escenario estelarísimo. Por cierto, en un texto de prensa, Lorenzo Batallan propuso que la excelente pieza arquitectónica llevase el nombre del insigne Vicente Emilio Sojo, idealizando un programa  musical para la inauguración (El Nacional, Caracas, 06/02/1974).

Ya el Nuevo Circo había perdido sus ímpetus y, una vez que arribó Chávez Frías al poder, sufrió las consecuencias de la expropiación: quedó ahí, precariamente en pie por muchos años, vecino al horroroso y abandonado Museo de Arquitectura, en manos de quién sabe, hasta que nos enteramos que una filial de la Polar hizo su cena de Navidad en el lugar (https://empresaspolar.com/sala-de-prensa/bodegas-pomar-brindo-una-experiencia-envolvente-en-su-cena-de-navidad-2023-desde-el-nuevo-circo-de-caracas). Sin embargo, estando de acuerdo con una jornada semejante que reivindique al inmueble, creemos que es mejor que tales actividades las patrocine y  haga el sector privado de la economía, en lugar de Estado que lo expropió e inutilizó; además, el acto revela el cinismo descarado de la retórica oficial.

El Poliedro fue desatendido  y pareció retomar sus fuerzas, pero lucen demasiados esporádicos sus usos.  Como jamás había ocurrido en el siglo XX, en el presente es un auditorio exclusivo del PSUV. Huelgan los comentarios.

Fotografías: LB (CCS, dic ´23.

18/12(2023:

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