EL SIMBOLISMO DE LAS BODAS DE CANÁ
(San Juan, 2: 1-11)
Enrique Martínez Lozano
Con el relato de las "bodas
de Caná", situado al inicio del evangelio, el autor busca transmitirnos el
primer retrato de Jesús. Por eso, una lectura del mismo en clave literal lo
desfigura, al reducirlo a un episodio anecdótico que roza lo mágico, y lo priva
de su significado para nosotros.
En efecto, ¿qué sentido podría
tener imaginar a un Jesús dotado de poderes mágicos, que los utilizara para
cambiar el agua en vino en una fiesta de bodas? Cuando se ha leído de esa forma
literal, se ha puesto el acento en el "poder" y en la
"bondad" de Jesús, así como en la "preocupación atenta" de
María. Nada de eso se niega, pero parece evidente que el autor no ha querido
empezar su evangelio –sumamente elaborado- con una mera anécdota familiar.
Sabemos que los relatos evangélicos
que han llegado a nosotros tuvieron un largo recorrido hasta quedar plasmados
en la forma en que hoy los leemos. Fueron textos transmitidos oralmente,
adaptados a las diferentes situaciones de las comunidades primeras, elaborados
y trabajados con fidelidad al trasfondo histórico pero, al mismo tiempo, con
una gran creatividad, de cara a responder a las nuevas situaciones y hacerlos
comprensibles en los nuevos contextos.
Todo ello ha dado como resultado unos textos magníficos, cargados de simbolismo, que operan como catequesis que intentan, a la vez, vehicular la fe en Jesús y mostrar un estilo de vida coherente con su mensaje.
Por lo que refiere al relato de
hoy, si lo leemos con atención, descubriremos algunos "guiños" del
autor, que nos hacen caer en la cuenta de su carácter simbólico y así evitar
leerlo de un modo literalista. Planteo algunos en forma de interrogantes:
- · ¿Cómo puede ser que, en una fiesta de bodas, no hayan preparado vino suficiente (teniendo en cuenta, además, de que se trata de gente importante y que la comida está a cargo de un "mayordomo"?).
- · ¿Cómo entender que esa falta escapa al propio mayordomo que está al tanto de todo y, sin embargo, es advertida por una invitada (María)?
- · ¿Por qué Jesús se dirige a su madre llamándola "mujer", un término que designaba a la esposa?
- · ¿Qué sentido tiene que hubiera nada menos que seiscientos litros de agua (!) para el rito simple de las purificaciones?
- · ¿Por qué la insistencia del autor del evangelio en que se trata del "primer signo" de Jesús? ¿Cuál es su significado? ¿A qué otros remite?
Todos estos interrogantes,
irresolubles desde una lectura literalista, encuentran pleno sentido cuando
acogemos el relato desde la que fue, probablemente, la intención del autor.
Pero, además de estas cuestiones,
una lectura atenta y conocedora del transfondo histórico, cultural y religioso
de nuestro evangelio, encuentra una serie de elementos portadores de
significado preciso. Entre ellos, hay que destacar los siguientes:
- · la boda,
- · la referencia a la "hora",
- · el tercer día,
- · el número seis,
- · que las tinajas sean "de piedra" y utilizadas para la purificación,
- · la carencia de vino,
- · el hecho de llenarlas de agua "hasta arriba",
- · la presencia de la madre de Jesús (a quien nunca llama María, sino "mujer"),
- · la frase: "Haced lo que él os diga", etc.
Ante tal presencia de elementos
simbólicos, Ch. Dodd, uno de los mejores especialistas en el estudio de este
evangelio, llega a plantear que el presente relato sería, en su origen, una
parábola que tendría como "motivo central", igual que tantas otras,
una fiesta nupcial. Posteriormente, el relato parabólico se habría convertido
en una "historia de milagro".
A partir de los elementos que el
evangelista nos ofrece, parece que pueden detectarse fácilmente las claves que
hacen posible la comprensión de nuestro relato en profundidad.
- · El agua simboliza la religión vacía;
- · el vino, la alegría y la vida abundante que proceden de Dios;
- · María es la "mujer", el resto fiel de Israel, "desposado" con Dios;
- · las bodas son el símbolo de la unión (alianza) de Dios con el pueblo;
- · las tinajas de piedra (seis es el número de lo imperfecto e incompleto) representan a la Ley, que pretende purificar al ser humano, pero que en realidad es algo vacío;
- · la expresión "haced lo que él os diga" es prácticamente idéntica a la que pronunció el pueblo el día de la alianza (pacto, desposorio) del Sinaí: "Nosotros haremos todo lo que el Señor ha dicho" (Libro del Éxodo 19,8);
- · que sea el "comienzo de los signos" hace de éste el prototipo y clave de interpretación de los que seguirán (en total, serán "siete", el número que expresa la plenitud).
Con estas claves, podemos
comprender que lo que ocurre en Caná preanuncia las bodas de la Cruz (19,25-27)
y de la mañana de Pascua (20,1-18):
María será llamada de nuevo
"mujer", como símbolo del pueblo fiel del Antiguo Testamento que ha
generado al Mesías y al nuevo pueblo (el "discípulo amado":
"Mujer, ahí tienes a tu hijo");
María Magdalena, por su parte, es
la otra "mujer", símbolo de la iglesia que se desposa con Jesús en el
huerto o jardín (imagen del Edén y del huerto del Cantar de los Cantares).
Con todo ello, Caná declara que
el judaísmo está caducado; y, con él, la religión. De hecho, a continuación, el
evangelio presentará a Jesús...
- · como el "nuevo templo"
- · "«destruid este templo y en tres días yo lo levantaré de nuevo»: el templo del que hablaba Jesús era su propio cuerpo": 3,19-21)
- · y proclamando que
- · "para dar culto al Padre, no tendréis que subir a este monte ni ir a Jerusalén... Ha llegado la hora en que los que rindan
- · verdaderamente culto al Padre, lo harán en espíritu y en verdad... Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y
- · en verdad" (4,21-24).
La boda en la que falta el vino
simboliza la antigua alianza que va a ser sustituida por la nueva, en la que se
dará el vino del Espíritu. Jesús inaugura una nueva relación del hombre con
Dios, que no estará mediatizada por la Ley, sino creada por el mismo Espíritu
de Dios. Jesús, el nuevo Esposo (1,15.30) o centro de la nueva comunidad
humana, anuncia el cambio, que tendrá lugar cuando llegue su hora, la de su
muerte-resurrección.
Así leído, descubrimos la hondura
y centralidad de este relato. El texto, en el conjunto del evangelio de Juan,
significa la obra entera de Jesús, que proclama y posibilita las
"bodas" de Dios con el ser humano (que en el Antiguo Testamento se
entendían como alianza). Para el evangelista, la nueva alianza se inicia ahora
con la vida pública de Jesús; su consumación vendrá en la cruz. Esa será la
"hora" de Jesús.
Es comprensible que, desde un
nivel "racional" de conciencia, aun reconociendo el carácter
simbólico del relato, se lea este texto en clave de dualidad. Dios y la
humanidad (la creación) serían "dos entidades" capaces de entrar en
relación, pero se seguiría pensando a "Dios" como un ser separado.
Sin embargo, de acuerdo con la
vivencia del propio Jesús, tal como queda reflejada en este mismo evangelio, y
en sintonía con la percepción no-dual que se va abriendo camino, de un modo
cada vez más generalizado, en nuestro momento cultural, y que es expresión de
una nuevo nivel de conciencia (transpersonal), emerge una lectura del texto que
adquiere una profundidad mayor.
Las "bodas" son el símbolo
de lo real. Todo se halla "desposado" con todo, constituyendo una
gran Red que se sostiene en la misma interrelación. Todo es
divino-humano-cósmico al mismo tiempo. No como realidades sumadas, ni siquiera
unidas, sino como expresión no-dual de la Realidad única que en todo se expresa
y manifiesta.
En las "bodas de Caná",
el agua puede bien simbolizar la ignorancia en que nos encerramos cuando nos
reducimos al ego y a la mente: una ignorancia que es carencia y sufrimiento. El
vino, por el contrario, es expresión de la Vida y el Gozo y, como Jesús, accedemos
a él en cuanto nos liberamos de nuestra perspectiva egoica (nos
desidentificamos de nuestra "identidad" mental), para empezar a
percibir nuestra verdadera identidad, no-separada de lo Real. La persona que lo
descubre –como si se tratara, dirá Jesús, de "un tesoro en el
campo"-, experimenta su existencia llena del "vino" de la
Alegría.
Fuente:
https://www.feadulta.com/es/buscadoravanzado/item/2009-el-simbolismo-de-las-bodas-de-can%C3%A1.html
Cfr.
https://www.feadulta.com/es/evangelios-y-comentarios/390-juan.html
Ilustraciones: Paulo Medina.
Fotografía: LB, Capilla del Colegio San José de Tarbes de El Paraíso (CCS, 19/01/25).




No hay comentarios.:
Publicar un comentario