martes, 30 de septiembre de 2025

Imaginación cívica

DE LA REINDUSTRIALIZACIÓN POLÍTICA VENEZOLANA

Luis Barragán

El discurso, la acción y la emoción de una convincente naturaleza política, inmediatamente nos impone de una complejidad y trascendencia que se resiste a la burda simplificación y transitoriedad aspirada por todo régimen (algo más que) autoritario. La metáfora industrial podría reencaminarnos a la noción quizá técnica de un proceso productivo que organiza, distribuye y mejora las instituciones, y también a una ampliación que convierta los principios, valores y bienes políticos en un creciente y vital compromiso ciudadano, traducido en procesos democráticos de elaboración y desarrollo institucional, legitimación y estabilidad cívica, representatividad y participación, preparación y destreza de un liderazgo generador de confianza, profesionalización y rigor del servicio público, etc.

Huelga comentar las circunstancias, razones y condiciones que nos trajeron a un siglo XXI que se antojó muy antes promisor, bastando solamente con reiterar la necesidad de una urgente reindustrialización cívica, política, ciudadana, o, mejor social y partidista que concrete y especifique, le dé sentido y programación, espacio y discusión, a nuestras metas, propósitos y aspiraciones. Por supuestísimo que debemos partir del reconocimiento de un destino inevitablemente compartido, porque la salvación no es individual o infaliblemente individual, quedándose o marchándose del país, ni la narrativa salvacionista, mesiánica o prosopopéyica el mejor expediente para sobrevivir en un planeta de realidades y peligros atenazantes e inminentes.

Fuera de esta rápida digresión en torno a una geopolítica de los riesgos que se agigantan, consabidos todos los que se concentran domésticamente como un desafío de la barbarie, la más elemental idea de contar nuevamente con partidos vigorosos, reglados, limpios, transparentes y de múltiples matices internos, con vocerías calificadas, como alguna vez los ostentamos, nos conduce a otra equivalente para la sociedad civil organizada. Demasiadas veces se ha dicho que ojalá los políticos fueran paralíticos, según el estribillo de una antigua y célebre canción, pero – acabados y estigmatizados aquellos más viejos – pasan o dicen pasar ilesos los muy temidos que hoy conforman el poder establecido, y, lo peor, antes como ahora, ni siquiera se sienten los pasos de una dirigencia social con vicios antidemocráticos arraigados, salvo honrosos casos.

Hay una cultura autoritaria de hondo calado que no debemos negar, como un terco legado positivista, curiosamente fortalecido en la presente centuria en nombre del socialismo. Y, a esta paradoja, se suma otra: por ejemplo, con independencia de las posturas asumidas por la entidad, la directiva de Fedecámaras la renuevan cada dos años con la opinión manifiesta de sus miembros, mientras que la Federación de Asociaciones de Profesores de Venezuela (FAPUV), tiene ya veinte años a cuestas sin celebrar elecciones tal como lo han hechos varias asociaciones afiliadas; valga añadir una ironía adicional, pues, argumentada la inexistencia de condiciones para realizar nacionalmente sus comicios y encontrar el rumbo de  su propia transición democrática, por dos décadas no han sufragado los agremiados de modo que, presumimos,  viven a plenitud la democracia y consideran un defecto que la oposición haya implementado sendas primarias para seleccionar a sus abanderados presidenciales.

En términos de J. G. A. Pocock, esta situación refleja la erosión de la virtud cívica y la debilidad del republicanismo entendido como la vigilancia activa sobre las instituciones: la reindustrialización política exigiría, pues, recuperar la responsabilidad compartida del liderazgo, la representación y la participación. El caso venezolano revela una cultura autoritaria persistente, heredada y reactivada bajo la discursividad socialista, bloqueando la renovación institucional y la imaginación cívica que le es tan indispensable.

Imágenes: Intervención de las obras de Juan Lovera sobre el 19 de abril de 1810 y 5 de julio de 1911 (LB/IA).

30/09/2025:

https://www.elnacional.com/2025/09/de-la-reindustrializacion-politica-venezolana/

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