CICLISMO PARA INCAUTOS
Luis Barragán
La vuelta ciclística de España se ha visto afectada
por la recurrente protesta contra la participación del equipo israelí, a raíz
de los consabidos sucesos de Gaza. Son varias las interrupciones sufridas por
el prestigioso evento en sus etapas de Figueres (27 de agosto), Bilbao (3 de
septiembre), Laredo (4) y Angliru (5), con una profusa exhibición de pancartas
y banderas palestinas, bloqueo de carreteras, susceptible de agravar toda
noticia de acuerdo a los riesgos y peligros que igualmente corren
manifestantes, manifestados y terceros inocentes.
Notable la coincidencia de Izquierda Unida y Podemos
en la tentativa de boicot de la representación de Israel, al igual que la gran
sensibilidad de regiones por la causa palestina, como la del País Vasco y
Navarra. Parece demasiado obvio que nada espontánea es la campaña, la vasta
campaña que le da sentido al ultraísmo de izquierda, provocando y aguijoneando
al otro ultraísmo, el de derecha, forzando de nuevo la polarización, mientras
siguen su curso los más variados y fundamentales problemas del país y del mundo,
resistidos a la burda esquematización.
Suelen acusar a los pedalistas judíos de ejercer una
directa y personal representación del premier Netanyahu, y, en todo caso, gozar
del financiamiento de su cercano Sylvan Adams; o de fungir de cómplices
silentes del nada más y nada menos que genocidio y literal limpieza étnica de
miles de gazatíes, promotores de hambrunas trastocados en expertos lavadores de
imagen. Se ha dicho, la pretendida expulsión de los israelíes tiene como
precedente la que se hizo efectiva de los rusos (Gazprom-Rus Velo), después de
la invasión de Ucrania, según la modesta indagación que nos permitimos hacer sobre
el tema; agreguemos la conformación de sendas plataformas, como Gernika
Palestina, para coordinar las pacíficas actividades de protesta en las vistosas
jornadas deportivas, permitiéndonos - ¿por qué no? – sospechar de otras
iniciativas que le dan, pudieran o pudieron dar visos de sofisticación a la
barbarie, pues, la idea mínima es la de generar una descomunal confusión,
malentendido y falsificación de los hechos de no tratarse propiamente de los
actos terroristas.
Hemos fijado con anterioridad nuestra postura en la
materia, pero importa reiterar algunas observaciones, por ejemplo: en un
sentido, el occidente europeo es un escenario confiable y seguro para la
movilización y la protesta por la causa palestina, aun tratándose de estelares
sucesos deportivos (sumemos el giro de Italia y el tour de Francia este mismo
año), sin que nunca los gazatíes hayan tenido oportunidad de apenas quejarse y
reclamar, mucho menos protestar, a Hámas y a otras potencias y organizaciones
terroristas que los condujeron a la actual situación; valga la paradoja, con o
sin razón, el propio gobierno israelí ha sido objeto de las más encendidas
manifestaciones en casa. En otro sentido, al lado de la más genuina y sentida
indignación frente a los excesos del ejército de inevitable ocupación que ha bombardeado
también capillas o iglesias católicas en la Franja, tampoco existe el
testimonio real y sostenido de las autodenominadas fuerzas progresistas para
comprender y aceptar que hubo un Pearl Harbor judío en octubre de 2023 (como lo
llamó recientemente Eduardo Inda, columnista del diario español La Razón), con
todas las ya sabidas consecuencias; esto es, persistentemente evaden la
discusión a fondo, apelan y apelan cómodamente a la terribilísima noción de
limpieza étnica, demasiado escasamente documentada, a manos de un pueblo que
padeció el Holocausto, por cierto, frecuentemente negado por algunas de esas
fuerzas.
Lo que ocurre en el Medio Oriente, no debe contentar a
nadie. Sin embargo, reparemos en la perversa hondura de una propaganda que hace
estragos y toma desprevenidos, incluso, a probados intelectuales como Pedro
García Cuartango: entrevistado por Ricardo Cayuela para The Objective, tras
condenar el genocidio, por lo menos, tuvo ocasión de aclarar que, antes, Hámas
pretendió hacer lo mismo con los israelíes a los que les reconoce el derecho a
defenderse de tan insólita agresión.
Entonces, luce recomendable que siempre se aclaren las
posturas dado el inaudito beneficio que versiones sesgadas o incompletas
prestan al terrorismo. Valorados como escenarios ideales para la agitación, el
ciclismo tiene importantes citas pendientes en Quebec, Montreal y Lombardía,
aunque nada casual que todas las perturbaciones políticas referidas resulten
radical y significativamente imposibles para el Tour de Guangxi (China), el
venidero mes de octubre.
Por definición, hechos semejantes no ocurren en el
oriente totalitario y fundamentalista, pero hay sectores políticos e
ideológicos que se creen de una irrefutable superioridad moral que el resto de la
humanidad – simplemente – no tiene. Sobre todo, por estas latitudes de un
wokismo aún más arbitrario y absurdo, devenido Estado.
Ilustración: Marcelo Hepp.
Fotografía: Miguel Oses, La Razón (Madrid, 04/09/25).
Cfr.
https://x.com/Anonymous_TA/status/1964948087514013814
09/09/2025:
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