DE LA POST-VERDAD A LA POST-MENTIRA
Luis Barragán
Objeto de
interminables ejercicios académicos, a nuestro entender, la post-verdad (PV) es
y tiene por desenlace la mentira. Escudada por una sencilla o compleja falacia,
manipulado el contexto y omitidos algunos datos, parte de la verdad para
traicionarla sin rubor alguno.
El discurso
político está afincado en la PV e impregna toda la comunicación política; esto
es, de la razón que sufre de las adulteraciones de la propaganda. Y quizá
porque expresa una determinada estética, a veces, irresistible, le da sentido al
más burdo de los oportunismos.
En cambio, la
mentira puede ganar prestancia y dignidad al derivar en la verdad, por
paradójico que parezca. Está fundada, por ejemplo, en la metáfora.
Tenemos un
amigo al que nunca le gusta mentir y se esfuerza a todo trance por decir la
verdad, aunque es ateo y, por tanto, no
gestiona su salvación eterna cumpliendo con el mandamiento bíblico. Nos comentó
que, en una ocasión, tenía mucho sueño como para conectarse digitalmente, pero
no quería excusarse por la caída de la señal, al mismo tiempo que le apenaba
admitir las ganas de dormir: ¿Cuál era la diferencia práctica entre la
desconexión y la somnolencia? ¿A veces no sostenemos una hipótesis invocando un
recurso literario, como el de inventar que otros pasaron por esa experiencia
con determinados resultados?
Puede
aseverarse, la post-mentira (PM) es y tiene por desembocadura la verdad. Hay
narrativa de ficción para ejemplificarla, logrando una verdad que tiene un
nombre diferente.
13/03/2022:
https://guayoyoenletras.net/2022/03/13/de-la-post-verdad-a-la-post-mentira/
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