CARRERA DAMAS Y EL DESTINO DE AMÉRICA LATINA
Guido Sosola
Nos ha
sorprendido y mucho, las múltiples voces que celebran el triunfo de la
democracia en Brasil, como igualmente ocurrió con los resultados equilibrados
de los comicios en Perú, Chile y Colombia. Lo hacen por la realización misma
del sufragio, como si ello bastara para mirar con optimismo el futuro de la
libertad por estas latitudes.
Salvando las distancias históricas,
hubiesen celebrado quizá hasta el hartazgo el triunfo de la democracia con el
de los nazis en 1932 con su 37% de los votos y 1933 con el 44%, elevando a la
cancillería al enterrador de la República de Waimar. O que la democracia cristiana
perfeccionara parlamentariamente la
selección de Allende en 1970, secuestrada por la institucionalidad por los
partidos que lo promovieron hasta hundir en el caos al país sureño.
Compartimos la idea del realismo
político que demanda ingenio político en un continente que, nada casual, no
expone precisamente un liderazgo continental lo suficientemente representativo
de las fuerzas democráticas y, siendo más precisos, propulsoras de la
democracia liberal, piso indispensable para cualquier otra novedosa
experiencia. Por lo menos, ante el avance de la Internacional Comunista en la
primera parte del siglo XX, sabiéndose en una realidad muy distinta a la rusa,
surgieron alternativas como los proyectos encarnados por Haya de la Torre y
Betancourt que después se dio en llamar socialdemocracia, aunque ellos no lo
quisieran, convirtiéndose – precisamente en una novedad que no logró apreciar
suficientemente Carlos Rangel en un libro tan famoso, como prejuiciado.
Germán Carrera Damas ha cultivado
científicamente la historia venezolana, aportando una valiosa perspectiva para
el análisis, como el de la dialéctica de la ruptura y de la continuidad, la
persistencia de una mentalidad monárquica, la larga marcha hacia la democracia
y los largos años de lucha contra la opresión. Por supuesto, resulta abusivo
aplicar automáticamente las categorías al resto de América Latina, pero es
necesario ahora convenir en que el promedio de los países de la región, después
de declararse independientes de la monarquía española, experimentan sendos ciclos entre las
autocracias y las democracias liberales (ésta última, exactamente no constituye
una cacofonía), hasta tropezar con la realización de proyectos definitivamente
iliberales, muy particularmente socialistas (como lo fue el que aplicó Lenin
por aquellos lares), con el ascenso de los poderes salvajes que Ferrajoli identificó
insuficientemente, pues, no le dio tiempo de ahondar en la peculiaridad del
grandilocuentemente llamado socialismo del siglo XXI.
Una cosa es afrontar el nuevo mapa
latinoamericano con una habilidad política inédita y pugnar porque sobreviva la
democracia y, otra, lanzar fuegos artificiales porque ganó Lula en Brasil que
es, como si en las elecciones de 1973, si se lo hubiesen permitido a Pérez
Jiménez, aunque hubiese sido judicialmente procesado en nuestro país. Luce
interesante el aporte de Carrera Damas para ensayo una respuesta diferente y,
tememos, como la academia no la da, obliga a la dirigencia política a pensar
más allá de la punta de la naríz.
Fotografía: Nelson Almeida (AFP) . Le Parisien, 01/11/20 22.
02/11/2022:
https://www.lapatilla.com/2022/11/02/guido-sosola-carrera-damas-y-el-destino-de-america-latina/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario