DE UN DIFÍCIL TRIBUTO A LA MOTOCICLETA
Luis Barragán
Décadas atrás,
ilustradores muy creativos versionaron el escudo oficial venezolano con sendos
surtidores o mangueras de gasolina en lugar de las ramas de café y de caña de
azúcar en sus laterales. Hoy, quizá lo
más representativo del siglo XXI, como eje de la sobredeterminante actividad
comercial que explica al régimen, sería justo colocar un par de motocicletas a
los lados: una de alta cilindrada y, la otra, baja, muy a tono con las
mototaxis.
Ciertamente,
no se explica al régimen socialista sin las motocicletas. Desde tres
perspectivas de realización, el símbolo por excelencia del chavismo trastocado
en madurismo, anda raudo y decidido en dos ruedas, garantizándole una rápida
respuesta a los grandes retos que confronta.
De un lado, la
masiva importación y distribución del vehículo ha permitido paliar sostenida y
simultáneamente dos asuntos cruciales por estos largos años de una agudísima
crisis socio-económica. Al mismo tiempo que se convirtió en un suculento
negocio en el poder al reemplazar las marcas tradicionales por las chinas,
avalando cualesquiera acuerdos comerciales con el gigante asiático, le dio
trabajo harto precario a los sectores más humildes de la población que todavía
rivalizan por la transportación de las personas, el traslado de mercancías de
las más increíbles dimensiones, etc.
Del otro, gracias
a las motos de alta cilindrada, el régimen pudo vencer las legítimas y
pacíficas oleadas de protesta ciudadana al movilizar instantáneamente todas sus
fuerzas represivas, sin conmiseración alguna. Cual desinhibida, dinámica y
temida caballería, el flujo masivo de los contingentes militares, porque la
Guardia Nacional lo es, convertidos todos en centinelas con las consecuencias
que acarrea resistírseles, significó y significa un recurso que todavía no se
ha ponderado suficientemente: nunca antes fue empleada la motocicleta con tanta
determinación y éxito, en los momentos y circunstancias más variadas, porque
jamás la entidad castrense había encarado tan directamente la defensa del
gobierno en la calle, día por día.
Luego, en este
tan difícil tributo que puede rendírsele a la moto, desde hace varios años, es
la expresión más acabada y consagrada de la anomia social que, en última
instancia, le da soporte y explicación al socialismo del siglo XXI. Es
demasiado ocioso repetir lo que ya es de universal conocimiento y ojalá no,
resignación: la violencia cotidiana de conductores que no usan, ni sus
pasajeros, cascos de protección, incluyendo a niños y recién nacidos, prestos a
desgraciarle la vida a terceros inocentes al romper sus propias marcas de
velocidad, incluso, en la autopista; como derecho adquirido, el empleo de toda
zona peatonal de lo que antes se conocía como acera, añadida la circulación en
sentido contrario a la señalización; la trasmutación permanente del delincuente
en policía, y viceversa, dizque legitimando la delación como oficio, etc., etc.
Fotografías: LB, inicial, en La Vega, y, el resto, avenida Páez (CCS, 6 y 7/10/23).
09/10/2023:
https://opinionynoticias.com/opinionpolitica/40117-de-un-dificil-tributo-a-la-motocicleta





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