lunes, 2 de diciembre de 2024

Carril de velocidades

DE UNA ÚTIL METÁFORA DE SUPERVIVENCIA

Luis Barragán

A Esperanza y Oswaldo, compañeros de la pista

Desde muy antes de la pandemia, los venezolanos aprendimos en buena medida a sobrevivir bajo el reinado de la escasez y, por supuesto, el encarecimiento de los servicios, equipos e insumos médicos; los fármacos, suplementos alimenticios y la migración forzada social y económicamente de los profesionales y especialistas de una sólida y larga formación académica y experiencia adquirida. Los distintos gremios de la salud ofrecieron y ofrecen una importante resistencia que la explica una profunda vocación humanista y que también sirve de ejemplo al sector y oficio contrastante y  literalmente activo de la política, frecuentemente confundido por sus éxitos que solamente renueva luego de los consabidos fracasos; acotemos la doble y aparente obviedad: decir política equivale a política democrática y ésta, a la oposición que brega día a día por autenticarla.

Otra evidencia, la población ha envejecido en muy poco tiempo gracias a la diáspora que no, necesariamente, significa una elevación de las expectativas de vida. Y no menos evidente es el fracaso del sector público de la salud, ameritando el privado de un específico señalamiento, perdido el viejo esplendor de la industria de los seguros que se siente y mucho entre los empleados del Estado: solemos apreciar la publicidad digital de las más variadas ofertas de las clínicas y consultorios que incluyen sendas intervenciones quirúrgicas de acuerdo a la demanda, añadida la realización de los más disímiles exámenes que requieren de una alta, buena o aceptable tecnología, quedando los pacientes de las clases medias y populares en los centros hospitalarios del Estado bajo una elemental atención médica y a la espera de aquellos resultados que no pueden proveer por daño o carencia de equipos y quirófanos confiables.

Hagamos mención especial de la industria y el comercio farmacéuticos que compiten con la importación de otros productos que no gozan de la confianza generalizada de los médicos tratantes, ni de los consabidos visitadores que recuperan la rutina de una profesión útil. Y es que el superviviente de esta era tan prolongada de la crisis, cumple estirando lo más que pueda el récipe, tomando la menor cantidad de medicamentos o remedios que les sea posible para que rindan en la semana, cual pastilla que se agiganta en nuestro pesado o ligero tránsito por la vida, aunque la tentación es tomar el atajo de los brujos y curanderos que tienden a envilecer y desprestigiar el consumo de la llamada medicina natural. Sin embargo, la previsión que cuenta ya con una creciente popularidad, es el de la ejercitación física selectiva y masiva.

En efecto, más allá de los gimnasios que se ajustan a una moda irrefrenable y banalizadora, empleamos cada vez más la riesgosa vialidad y el vecindario, los parques, las instalaciones deportivas u otras áreas despejadas de las instituciones educativas para la caminata y el trote de diferentes velocidades, el cumplimiento de los ejercicios básicos o complicados que reportan ya múltiples aplicaciones, el intercambio y la ayuda mutua entre los noveles y experimentados, reportando una diferente vivencia de ciudadanía desde las horas de la madrugada de cualquier día de la semana. Nos congregamos con cierta regularidad los más adultos entre los adultos, sin la aspiración de los más jóvenes entre los jóvenes a ganar algún día el cotizado maratón de la CAF, o especializarse definitivamente en disciplinas que les llegará la ocasión de abanderar al país con sus triunfos.

Sale más barato prever una diabetes, por señalar un caso, con un esfuerzo físico sistemático y que pronto haya perdido su inocencia y espontaneidad, con el sacrificio cotidiano y perfectible que se convierte en un hábito indispensable que refuerza a cada participante, remitiéndonos a una extraordinaria metáfora para el desempeño político en tiempos de sojuzgamiento. Porque los problemas del país no constituyen materia de yerbateros, y hay que parir las oportunidades donde no las hay para que perdure la experiencia política en Venezuela, en lugar del colapso totalitario, debemos aprender de los que entrenan regularmente para mejorar la calidad de vida, nuestra calidad de vida, salvándola.

Ilustración: Tomada de la revista Barron´s, Nueva York, n° 42 del 16/10/2023.

03/12/2024:

https://www.elnacional.com/opinion/de-una-util-metafora-de-supervivencia/

domingo, 1 de diciembre de 2024

Caserío de mérito

DEL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO PRIVADO

Luis Barragán

Por supuesto, quedan todavía inmuebles de extraordinario valor arquitectónico e histórico, reflejando con cercana fidelidad las épocas de recepción y esplendor de la renta petrolera. Nuestras principales ciudades registran todavía el esfuerzo de los que lograron finalmente construir sus casas de habitación, por ejemplo, con un diseño original o un poco más original del que prevalecía, y, aunque fuesen escasos sus méritos funcionales y artísticos, la sola existencia de la edificación tradujo los distintos acentos de una época remota y definitivamente ida de una engañosa e irrefrenable prosperidad.

A modo de ilustración, en días recientes, nos percatamos de la paciente demolición de una inmensa casa que sirvió de consultorio veterinario por décadas, aunque fuese originalmente un recinto familiar en sintonía con otros semejantes para una cuadra más de la urbanización de El Paraíso al oeste de la ciudad capital: el Dr. Hurtado atendió a numerosas generaciones de mascotas, familiarizados con su atenta serenidad. Ir o venir de la escuela o de la Iglesia de la Coromoto, suponía también transitar la vereda en la que una clase media más limitada levantó sus hogares, sin el boato de los antiguos latifundistas, banqueros, comerciantes y caudillos que dormían en un sector que fue tan exclusivo de la gran aldea caraqueña.

Lo cierto es que, mínimo, la extendida parcela vale más que la casa y, aunque todos sabemos o sospechamos de la realidad del mercado inmobiliario, existe la tentación de venderla para borrar definitivamente el recuerdo de lo que fue ese rincón de la urbe. Si fuese el caso, sería difícil impedir que los herederos la vendan, por tres razones elementales: carece de valor arquitectónico, sin que sepamos de alguno histórico que supere la simple reminiscencia del lugar; está depreciada en el mercado, siendo aún más costoso mantenerla y evitar una definitiva ruindad; el arbitrario cambio de zonificación que, de repente, convierte las áreas residenciales en comerciales, no luce prometedor para conservar la casa, predestinándola a usos quizá inimaginables.

Frecuentemente, pensamos que la conservación de la memoria histórica ha de depender exclusivamente de la expropiación que haga el Estado, por lo general arbitraria, irrespetuosa del derecho de propiedad, que tampoco garantiza la protección del inmueble, ni la indemnización efectiva y oportuna para el propietario. La expropiación por causa de utilidad pública se justificaría en casos extremadamente excepcionales, por la trascedente significación histórica y arquitectónica del inmueble, o la conducta reprochable que asuma el dueño: la regla debe ser que, si fuese tan importante de acuerdo a los especialistas, el Estado debe ofertar a precios de mercado.

El caso del edificio Toki-Eder al este de Caracas, resulta sintomático, pues, de meritoria arquitectura neovasca, la vieja edificación la comenzaron a demoler subrepticiamente hacia finales de 2010, logrando detenerla la presión ciudadana. Empero, las ruinas siguen inútilmente en pie: el Estado no se encargó de ella, afectándola, y fue multado el propietario por una cantidad acaso impagable por afectarla, entendemos, con prohibición de enajenar y gravar. Vale decir, el gobierno nacional, regional o municipal, hicieron nada al respecto y, peor,  quedó a su suerte el pequeño edificio que alguna vez fue de oficinas.

En el supuesto negado de que el Toko-Eder no tuviese mérito alguno, sin que el Estado ofertara, ha debido permitírsele ver a su propietario venderlo, sin mayores limitaciones que contribuir con la institución estatal de la especialidad, mínimamente, fotografiarlo para preservar la memoria del sitio y su contexto espacial. Algo parecido a la citada casa de El Paraíso, no impedir su venta, pero obligar al Estado, más que a los contratantes, a dejar el correspondiente registro para la memoria colectiva.

La materia no es ociosa y, al señalar las demoliciones de marras, recordamos la discusión inconclusa del proyecto de ley que quisimos consignar por ante la Comisión Permanente de Cultura hacia principios de 2013, pero la presidencia de la Asamblea Nacional, por entones, nos transfirió a la Comisión Permanente de Política Exterior, interrumpiendo así el trabajo de consultas apenas iniciado. Y, como ahora, importa definir el papel del sector privado para preservar esa memoria, conciliando y preservando al mismo tiempo los derechos y las garantías constitucionales, frente al Estado que ha perdido capacidad de preservarse a sí mismo.

Fotografías: LB, El Paraíso (CCS, 21/11/2024).

02/12/2024:

https://opinionynoticias.com/opinionpolitica/42178-del-patrimonio-arquitectonico-privado

"Cronista del totalitarismo"


ABC, Madrid, 01/12/24.

Caza de citas







"Ambas tendencias, paranoide y esquizoide, constituyen en realidad una falsa contradicción: se alimentan recíprocamente, se pasa sin transición de una a otra. Todos hemos observado o experimentado en los últimos años las más extrañas y veloces transformaciones. El paso de formaciones colectivas maniqueas y proféticas, que constriñen rígidamente la conducta y prevén el futuro con loca claridad, a las formas más infantiles de anarquismo polimorfo, que creen cantar al presente cuando rinden culto ala sensación sin historia y sin pretensiones, que conciben las normas, de cualquier clase, como alambradas hostiles opuestas por padres castradores a su santa espontaneidad. Y el «bloque forjado de un solo pedazo de acero» de que hablaba Stalin, se derrite de pronto en la viscosa baba de la vida. Y ¡cuántas malas consignas se han hecho con lo uno y cuántas malas poesías con lo otro!"

Estanislao Zuleta

("Elogio de la dificultad y otros ensayos", Biblioteca Básica de Cultura Colombiana, Bogotá, 2017: 73

Ilustración: Tomada de la red.

Noticiero retrospectivo

- Caremis. "Cuando Gómez viajaba a La Carlota y almorzaba en La Casona". El Diario de Caracas, 09/12/85. 

- Héctor Valecillos. "Desaparición del campesinado en Venezuela". El Globo, Caracas, 08/03/97. 

- "Eduardo Fernández designado jefe de la fracción parlamentaria de COPEI". El Nacional Caracas, 05/02/74. 

- Oropeza Ciliberto. "La nación. Revelación de un secreto: Los planes de Betancourt". Elite, Caracas, N° 1990 del 16/11/63. 

- Carlos Canache Mata. "Breve biografía de COPEI". Resumen Caracas, N°  62 del 12/01/75. 

Reproducción: El Universal, Caracas, 09/07/1935. 

Carril de velocidades

DE UNA ÚTIL METÁFORA DE SUPERVIVENCIA Luis Barragán A Esperanza y Oswaldo, compañeros de la pista Desde muy antes de la pandemia, los venezo...