DE UNA METÁFORA BEISBOLÍSTICA
Luis Barragán
Por fuera o
por dentro, la procesión que llevamos necesita de una coordinación de
esfuerzos, un ritmo adecuado y una constancia indispensable para soportarla y superarla.
Claro está, la paciencia es otro dato fundamental, trátese de una cadencia
fúnebre, de un evento religioso, o de los propios problemas que intentamos
afrontar macerándolos.
La breve
ilustración, nos remite también a otra: por mucho talento y vocación por el béisbol
que se tenga, quien desee practicarlo profesionalmente ha de aceptar un intenso
período de aprendizaje en las ligas menores para competir eficazmente por un
cupo en las mayores.
Luego, la
carrera del beisbolista, como ocurre en otras disciplinas, entiende el ascenso
como una acumulación de experiencias para perfeccionar las virtudes naturales
que se traen en el equipaje. Vale decir, contar una mínima trayectoria, aunque
es demasiado excepcional que alguien nazca aprendido y bata todas las marcas con
una prematura promoción a la gran carpa.
Son varios los
motivos para ensayar una trayectoria con la paciencia que exige una procesión
exterior e interior, soportando los pesares, pero creemos que una es de las más
estelares: un novato que llega a destiempo al béisbol mayor estadounidense,
japonés o de cualquier otra latitud, puede resultar innecesariamente lesionado
por su impericia o, lo que es peor, lesionar a otros más experimentados,
superastros, con el riesgo de afectar severamente su desempeño y el peligro de
forzarlos a un retiro imprevisto.
Parece útil la metáfora, cuando se habla de la política y su ejercicio. Al respeto, huelgan las palabras.
Ilustración: https://www.peintures-tableaux.com/baseball-09-impressionnistes.html
20/07/2025:
https://lapatilla.com/2025/07/20/luis-barragan-de-una-metafora-beisbolistica/
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