Relativamente comprensible, corre otra vez una tendencia hacia la inmediata refundación o re-creación integral del orden político en Venezuela. Hay voces que la animan con un respaldo al quizá ya no tan febril proyecto constituyente que implica literalmente un proceso, todo un proceso requerido de actores, circunstancias y condiciones excepcionales.
La rapidez de ese proceso
sugiere el apalancamiento de un liderazgo extraordinariamente carismático, capaz
de combinar el discurso de una regeneración nacional, asistido por la
correspondiente reinterpretación histórica y una sostenida movilización de las
masas que suelen llevar a los terrenos del populismo suplantado por otro. Aceptemos,
Hugo Chávez lo protagonizó y administró en diferentes etapas crecientemente
traumáticas y, sentimos, debemos tomar con cautela el intento de imitarlo,
agravando las cosas, como deducimos de varios ensayos suscritos por Germán
Carrera Damas, Tomás Straka y Alfredo Ramos Jiménez, quedando pendientes de
consultar a Francisco Panizza, Alejandro Cardozo y Víctor Mijares.
Dos máximas de experiencia,
debemos tomar en cuenta aquello de “deseos no empreñan” y de “no contar los
pollitos antes de nacer”, aunque es loable que se tengan propósitos, metas y
escenarios de realización. Lejos de todo
pesimismo, nos acercamos más a un sano y necesario escepticismo, pues, nunca
será fácil escenificar una suerte de gesta de la ilustración al reducir la intención
constituyente a un repertorio de novedades en todo lo posible ejecutado por los
más iluminados aportes de los que se sentirán convocados exclusivamente para
las exposiciones grandilocuentes. Por
cierto, bien valdría la pena conseguir e
imponerse de las actas de las constituyentes que hemos tenido en Venezuela y
saber que no se trata exclusivamente de sendas jornadas técnicas para
metajuridificar el cambio.
Y es que no estamos tan
convencidos de anticipar una asamblea nacional constituyente cual concurso de
las mejores ideas para su cotización, reinventado ese tal voluntarismo que nos
remite a aquella pregunta supuestamente formulada por el futbolista brasileño
Mané Garrincha al finalizar una reunión estratégica de la selección con su
técnico: “¿Es que los rusos no juegan?”. Hay episodios y coyunturas que importa
imaginar, marchas y contramarchas que dar, y una conducción política que
conjugar.
No dudamos de las buenas
intenciones de los promotores, pero sólo se refunda, refundando; se re-crea,
re-creando; se piensa, haciendo; y se hace, pensando. Imposible la pretensión
de alcanzar la más absoluta originalidad de un trancazo, por muy inspirados que
nos encontremos.
Ilustración:
Saul Steinberg replicado con un detalle en el centro tomado de la portada del
libro de Juan Bas, “Una cuestión de alcohol” (Alrevés Editorial, Barcelona,
2001).
11/11/2025:
https://www.elnacional.com/2025/11/se-piensa-haciendo-se-hace-pensando


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