La carretera
vieja que une a Los Teques con Caracas, nos parece muy nueva para ser vieja.
Quizá porque ha debido resultar más poblada en sus orillas, ingeniándosela los
constructores para sostener toda suerte de casas y tarantines para la venta de
cualesquiera mercancías. A la fragilidad del terreno, suponemos que está la
inmensa soledad de un recorrido a obscuras que la convierte en dominio seguro
del hampa, por lo que no luce como un buen itinerario de paseo. Ha podido estar
más deteriorado el asfalto, como lo notamos en otras ocasiones más remotas.
Las barriadas populares, no ofrecen
grandes contrastes aunque las suponíamos, volcadas a la arteria vial, con un
mayor número de las viejas antenas satelitales que masificó audazmente DirecTV.
Uno que otro cascarón oxidado, el cadáver de un automóvil, se deja ver. Los
suponemos, carros robados. Una camioneta
de pasajeros, transita el lugar. Silencio, encierro, hastío, tejen el lugar
acaso bullicioso los fines de semana. Residir al borde de una carretera, los
costos del transporte, la desbancarización, los problemas de señal telefónica.
Maneja la vieja Harley-Davidson,
Raúl Pulido. Con espaldar para el parrillero que, desconfiado, intenta grabar
desde su teléfono celular en pleno movimiento.
Fotografías y
videos: LB (15/02/22).
LB
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