GUERRA (2/2)
Hermann_Alvino
1- A primera vista, pareciera que las guerras respondieran a variadísimos motivos, pero aunque esa variedad se corresponda con las decenas de excusas de los eventuales contendientes para agredirse, en última instancia las causas reales son dos, a saber: necesidad y oportunismo.
La necesidad se asocia con la defensa de la integridad territorial de un país, su economía y la vida de su gente, así -por ejemplo- se comprende por qué en 1941 Japón optó por agredir a los EEUU luego del corte de suministro de crudo en el Sur de Asia. De manera que disponer de materias primas para transformarlas en energía es una prioridad para cualquier país, y más para quienes no disponen de esas riquezas minerales y además son economías poderosas, siendo Alemania el caso actual más representativo por su oposición al corte del suministro de gas ruso del cual depende su economía, y por tanto su influencia en Europa y en el mundo. Dentro del mismo contexto, el veto húngaro al corte total de petrólero ruso es porque como la mayoría de ese crudo se despacha por mar, y Hungría no tiene mar, este país no puede aceptar el cierre del oleoducto que le abastece… aunque también se sabe que jerarcas rusos y húngaros entrecruzan sus distintos negocios en el ramo energético.
2- Sobre la “necesidad” para una guerra, hay un claro ejemplo en el acceso marítimo al Canal de Suez, cuando el Reino Unido decidió controlarlo por las armas luego de que Egipto decidiera nacionalizarlo,aunque los EEUU, ya consolidados como potencia militar global, obligaron a los británicos a cancelar su operación. Un casus belli podría surgir en cualquier estrecho marítimo por donde pasa el petróleo árabe e iraní, o si por alguna circunstancia un país intentara impedir el paso de tanqueros por el estrecho de Malacca, que es vital para el abastecimiento petrolero a China. Lo mismo vale para los Dardanelos y Gibraltar, y el cierre de densos espacios del transporte aéreo, y más aún cuando se estrechan los acceso al agua dulce, lo cual ya de antemano es un probema sensible en Medio Oriente, tanto por el cambio climático que incrementa los períodos de sequía, como por el importante aumento de población, y cuando esa restricción combina agua dulce y energía hidroeléctrica, como la represa que Etiopía ha puesto en marcha aguas arriba del Nilo creando un potencial casus belli para Egipto y Sudán donde el Nilo es fundamental para su supervivencia como países y sociedades.
Imaginemos entonces la decisión que tomarían países como EEUU y los europeos si peligrase su abastecimiento alimentario, como podrá ocurrir muy pronto con el flujo de granos y cereales hacia África, no son tan poderosa para atemorizar a los del Hemisferio Norte, o al menos no todavía.
3-Dentro de la “necesidad” también se puede incluir la llamada “trampa de Tucídides” que establece que cuando una potencia detecta el posible surgimiento de una rival, la agredirá a fondo para impedir ese ascenso, como fue el caso de Esparta atacando a Atenas –esta teoría fue concebida en 1972 por Graham T. Allison-, algo que ahora inquieta cuando se piensa en la presencia de China como rival de EEUU. Así mismo, la “necesidad” de entrar en guerra está asociada a las alianzas públicas o secretas entre países, sea con fines defensivos o agresivos, cuyo sustrato es muy variado, como la historia, cultura, religión, economía o defensa común -como es el caso OTAN-, y que catalizó la Primera Guerra Mundial, porque los tratados, después de todo, son para cumplirlos por el honor nacional, aunque la excepción fue la invasión de Hitler a la URSS luego del pacto Molotov-Von Ribbentrop.
4- La “necesidad” también puede asociarse con el miedo, sea éste real, imaginado o inventado por un gobierno o régimen para acuerpar la población en apoyo a sus planes de guerra, como fue el caso de las inexistentes armas de destrucción masiva de Saddam cuya falsedad documental fue descaradamente presentada por Colin Powell ante la ONU para legitimar una guerra preventiva contra Iraq, que no solamente destruyó el país y su acervo cultural, sino que desestabilizó toda la región, impulsando de paso el ascenso de Iran como potencia regional, en una operación cuyo fondo adicional fue asociar al tirano iraquí con los ataques a las torres gemelas de Nueva York.
5- La segunda causa genérica para una guerra es el oportunismo, característico a cualquier ser vivo para aprovechar cualquier oportunidad que se le pueda presentar en su beneficio particular. En el caso del ser humano ello va asociado a la Ética personal y a la de un pueblo, pero cuando la necesidad descrita anteriormente es extrema, las decisiones de Estado superan a la Ética.
6- Del eventual oportunismo nace el que todos los países se armen para “proteger” su integridad territorial -aunque en realidad, para los más débiles esa opción les servirá de poco si son invadidos por otros mucho más poderosos-; de allí además surge la llamada escalada armamentista, la creciente influencia de los fabricantes de armas, la dificultad para complacer los requerimientos de los militares, la corrupción impulsada por los perros de la guerra, etc.
7- Dentro de ese oportunismo también se incluye el creciente papel de los narcocarteles –que el caso colombiano equivalen en cierta medida a la narcoguerrilla y narcosparamilitares- para influir de manera determinante en territorios donde militarmente el Estado es débil o casi inexistente. Por otra parte, del oportunismo también surgió la invasión de Saddan Hussein a Kuwait para fagocitar la renta petrolera de aquel país, necesaria al iraquí luego de la ruina financiera derivada de su guerra contra Iran -invasión a Kuwait decidida por interpretar erróneamente las señales de EEUU que supuestamente no defenderían ese territorio, y de cuya reacción surgió la Primera Guerra del Golfo, preludio de lo que vendría años más tarde con la invasión de EEUU a Iraq-.
8- Oportunismo fue el de Israel frente a la debilidad del entorno árabe y palestino cuando se fundó aquel país, flaqueza que se ha ido acentuando con el paso del tiempo para impulsar sin pausa la invasión israelita de territorios que, de acuerdo a las resoluciones de la ONU desde 1947, no son suyos; un ocupación ya irreversible de la cual han surgido ciudades enteras y hasta universidades…y, por supuesto, el oportunismo ha sido la base de la cual partió Putin para su invasión ucraniana, por percibir una debilidad de la Unión Europea, de la OTAN, del gobierno ucraniano, contando además con la eventual receptividad favorable del pueblo de ese país. Pero por otro lado, atómicas aparte, una vez comprobada la debilidad del armamento ruso y de sus militares, si ese oportunismo lo trasladásemos a EEUU, entonces surge el peligro de que ese país actúe ya no para defender la integridad territorial ucraniana, sino para tomar territorios rusos, o bielorrusos.
9- Razonamientos similares pueden aplicarse al caso de Corea del Norte si llegara a disminuir la presencia norteamericana en Corea del Sur, o en China si ésta llegara a creer que EEUU y sus aliados del Pacífico no tendrían la voluntad llevar al límite la defensa de Taiwan, esto es, no solo el abasteciéndola con armamento adecuado -como se está haciendo con Ucrania-, sino con “boots on the ground”, o sea enviando tropas propias a combatir -como hasta los momentos no se ha hecho con Ucrania-.
10- Por último, cuando la combinación de necesidad y oportunismo hacen sinergia, entonces la guerra será inevitable, contando solo con la madurez de los gobernantes -algo escasa en estos tiempos- para consensuar un contexto de paz en vez de aupar a sus pueblos a matarse entre ellos… a veces la literatura ayuda a esa madurez, como la intervención papal en Las sandalias del pescador de Morris West, impidiendo el holocausto nuclear al comprender que el bloque comunista solo deseaba trigo para su gente, o la ciencia ficción de El juego de Ender Orson Scott Card, donde el poder manipula al ciberguerrero más hábil para acabar con una especie pacífica, al igual que en la novela Fiasco.
Pero, en última instancia, cuando la guerra es inevitable, siempre valdrá la conseja de André Maurois en sus Diálogos sobre el mando, esto es… que “No hay más que cuatro soluciones: Quedarse en su sitio, batirse en retirada, romper el centro enemigo, o envolver el ala”.
Claro que hay otras formas de dominio pleno sobre un territorio y un pueblo sin disparar ni un solo tiro, o sea sin guerra propiamente dicha, cuando se le abre la puerta trasera al adversario, o incluso la puerta grande, como ha sido el caso de Chávez con Fidel, porque en estos casos, poco se puede hacer frente a la traición de quienes debían defender su gentilicio y su país, herederos cobardones –ver video- de aquel ejército de libertadores que liberó a Suramérica, en una guerra que combinó la necesidad de libertad y el oportunismo a partir de la debilidad política realista. Pero eso es otra historia… https://www.youtube.com/watch?v=7vfgimCqRY0
06/06/2022:
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