DEL NECESARIO DEBATE PÚBLICO SOBRE LA EDUCACIÓN BÁSICA
Luis Barragán
Apelando a la
muy remota distinción con el país nacional, el llamado país político no suele
referirse a los problemas fundamentales, beneficiando así al régimen que dice
entretenernos con los más cosméticos, mientras hay un deslave en Las Tejerías o
se inundan los barrios de Baruta y, al mismo tiempo, la ruindad es
característica inocultable de toda institución educativa venezolana. Por ello, valoramos y mucho que, en lugar de
los convencionales actos proselitistas de consignas deslumbrantes, Delsa
Solórzano y Encuentro Ciudadano propicien un debate franco, directo y profundo
con la ciudadanía que siempre ha deseado ser escuchada en un área que la golpea
sensiblemente.
La educación y, particularmente, la
básica, ha sido una constante de la discusión que la diputada Solórzano ha
sostenido y sostiene con varias comunidades que, por escrito y verbalmente,
tienen ocasión de expresarse al respecto. Sobre todo en los estados Táchira,
Miranda y Distrito Capital, vísperas al inicio de las clases regulares y
presenciales, hay aspectos que llaman poderosamente la atención del suscrito.
Obviamente, resultan elevadísimos
los costos para equipar al niño o adolescente, a fin de reencontrarse con el mayor número posible de los compañeros
y con el pedagogo que no cubre los gastos del transporte con un salario tan
miserable. La deserción es un fenómeno recurrente entre los maestros,
profesores y alumnos, alimentados deficientemente en casa, si hay algo para comer, con las
extremadamente lógicas consecuencias para la Venezuela que la desea el
socialismo del siglo XXI, definitivamente hundida en la miseria y la
ignorancia. No obstante, hay aspectos de los que sabe medianamente la opinión
pública, elude el promedio de la dirigencia política y social, pero angustia a
Delsa y a todos quienes la respaldamos, en la tarea de encontrar específicas y
eficaces soluciones.
La reactivación inmediata del
sistema y del aparato educativo, una vez superado el régimen, no sólo ha de
contar con los extraordinarios y urgidos recursos económicos y financieros
requeridos, como de los especialistas con los que todavía contamos, dentro y
fuera del país, en la materia, sino adicionalmente con expertos en materias conexas, agreguemos, muy graves
materias conexas. Se ha citado un ejemplo, como el de la muerte violenta del
jefe de una de las más importantes bandas criminales de las Minas de Baruta que
ha dejado a numerosos grupos de menores adscritos, armados y, a los cuales, no se les debe literalmente cazar, cayendo
justos y pecadores, en una de esas razzias
que agravan el problema; y la recluta misma de nuestros niños a lo largo de
nuestras fronteras, por las guerrillas neogranadinas y demás grupos terroristas, forzados a actividades
letales, a cambio de unos mendrugos.
Luego, importa abrir la polémica de
profundidad sobre la educación básica, más allá de esta temporada del aparente
regreso a clases, considerados los elementos propios y sistémicos de un asunto
que estremece completamente a la nación,
excepto al régimen obscurantista que la sojuzga. Hay voces imposibles de silenciar que
denuncian la situación y esperan respuestas convincentes del país político, muy
consciente Delsa Solórzano que lo lleva a la tribuna pública, con o sin cámaras
de televisión.

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