DEL DESVALIJAMIENTO URBANO
Luis Barragán
Uno de los
mayores logros de la ingeniería automovilística de masas, consiste en la
carrocería de una aparente inconsistencia que sufre al propinarle una patada o
un puñetazo en el estacionamiento, producto de una muy bien estudiada y
calculada aleación. No obstante, desarrollando las distintas velocidades del
vehículo, esa carrocería es capaz de contraerse, asimilar el impacto y aminorar
las consecuencias de un accidente vial para los tripulantes.
El caso tiene un correlato con las
defensas de aluminio capaces también de asimilar y aminorar el impacto,
evitando la muerte de los pasajeros por la sola vibración ocasionada por los
antiguos carros de una carrocería extremadamente dura. Fácil de observar, las
ciudades venezolanas ya no tienen esos sistemas de aluminio y, a lo sumo, son
substituidas por barras o lingotes de hierro que agravan formidablemente el
impacto.
Ya no son solo las defensas de
aluminio, sino aquello que sirva para la refundición de los metales, desde un
poste de luz hasta una lápida del cementerio, por muy al este que se encuentre
en la ciudad capital. El desvalijamiento ha sido continuo, trátese de un
bombillo, una cámara de seguridad, cables, tuberías, etc., etc.
El colmo de los colmos, es que se
llevan las cabillas del “Oncológico del Juan Pablo II de Montalban”, como se
desprende de una denuncia en las redes (https://twitter.com/ReporteYa/status/1587131535798345728).
Quizá esto responde a lo que, casualmente, hemos visto en otras parte de la
ciudad, pues, aparentemente abandonados los trabajos de construcción, nos
inquietaba que no hubiese aquellos antiguos penachos de hierro que hacían
suponer de los otros pisos faltantes en correspondencia con la envergadura de
las bases.
Imaginamos que los ladrones de
cabillas lograrán cortarlas al ras del concreto armado para revenderlas en un
tan mercado difícil, o las emplearán para fines doméstico. Es difícil pensar en
el uso de las cabillas de segunda mano para las construcciones, si consiguen
zafarlas.
Ocultas también las cifras de
accidentes viales, tampoco se sabrá del derrumbe o deterioro de casas y
edificios por las intensas lluvias de los últimos tiempos, acaso, mal construidos
o remendados con materiales igualmente robados, empleados con anterioridad,
refundidos, improvisados, etc. La hipótesis puede lucir descabellada, pero
guarda fiel correspondencia con el contexto desarrollado desde el poder.
Un poder vandálico que ejerce una perversa pedagogía en una sociedad lumpemproletarizada, constituye una faceta tan fundamental como otras, pues, suponemos que ya no se trata del hurto de cabillas acumuladas para su utilización, sino del corte de las mismas para su reutilización. Bajo este régimen, se dirá que de mosquito para arriba todo es cacería.
07/11/2022:
http://opinionynoticias.com/opinionpolitica/38289-del-desvalijamiento-urbano

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