"El momento adecuado para acariciar a un gato es cuando el gato está comiendo. Ese no es precisamente el momento adecuado para acariciar a un perro. Es bueno acariciar a un gato durmiente. Se estira y ronronea mientras duerme. Cuando duermen los perros es mejor dejarlos estar. Recuerdo en el festival de poesía de Roma, John Giorno y yo estamos bajando a desayunar. Un perro grande está durmiendo en un descansillo. (...) «Es un perro muy simpático», dijo John, y se agachó para acariciar a la criatura, que dio un inquietante gruñido y enseñó los amarillos dientes"
William S. Burroughs
("Gato encerrado. Una reflexión sobre la relación misteriosa entre los gatos y los seres humanos", Editorial 62 L.U., s/l, 2007: 35)
Fotografía: LB, "Respingado", con el hermanito, casa de Néstor Riera (CCS, 18/12/23).
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