DE NUEVO, LA CIUDAD LAMINADA
Luis Barragán
Meses atrás,
nos referimos al específico problema de la ciudad laminada (https://opinionynoticias.com/opinionpolitica/39484-de-la-ciudad-laminada).
Siendo piezas hasta gruesas de
acero, no recordamos que muy antes fuese común verlas dobladas y hasta
inexistentes en las calzadas de las principales poblaciones del país, e, imaginamos,
el desgaste significaba un reemplazo inmediato.
Ocurre
que la violación constante de las normas de tránsito terrestre, en la que
incurren como regla y distinción las autoridades públicas de todo nivel, lleva
a un mayor deterioro de los bienes públicos. Y, faltando poco, provoca
accidentes e incidentes en conductores y peatones que, valga el detalle, pagan
a diario el ineludible impuesto sin contraprestación alguna, subrayemos, por
obvio, inadvertido.
Referimos
a un caso que tiene sus diarios equivalentes en todo el territorio nacional: el
acceso al modesto estacionamiento de una panadería que cuenta con una tanquilla
que da igual que sea del servicio eléctrico, digital, gasífero o telefónico. Al
frente, un desproporcionado centro comercial, o, concretamente, el área de
descarga del portentoso supermercado de una conocida cadena transnacional tan propia
de los últimos años.
Las
tapas y rejas de la tanquilla en cuestión, van doblándose con el tiempo,
gracias a los automóviles y, sobre todo, camiones que se detienen sobre ellas,
en lugar de proseguir para estacionar. Sobre todo, al detenerse, obstaculizan
el tránsito peatonal, hundiendo cada vez las tapas hasta que ceden, y, por supuesto,
escasamente visible la situación, otro inocente conductor es el que cae en el
hueco, sufriendo el vehículo las consecuencias con los costos que acarrea la
reparación.
Hubiese
preferido hablar, hoy, 12 de febrero, Día de la Juventud, sobre los cambios
demográficos que experimenta el país, entre otros de sus problemas fundamentales
y urgentes. O de la necesidad inmensa de aquellas voces más recientes, las que
están aquí y las que están allende las fronteras, para denunciar esos problemas,
desde los más modestos a los más complicados, pero no, parece que esas voces no
están dispuestas.
Los
problemas cotidianos gozan de inmunidad, muy pocos los refieren, nadie les
concede la jerarquía que apunta a la calidad de vida. La anormalidad de las
láminas citadinas, por consiguiente, ya no es problema.
Fotografías: LB, av. Páez, El Paraíso (CCS, 09/02/2024).
12/02/2024:
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