EL NACIONAL - Martes 06 de Marzo de 2012 Cultura/3
El masculino no discrimina y el femenino no
incluye
Francisco Javier Pérez (*)
Resurge la vieja polémica sobre el género
de los sustantivos y su vinculación con el sexo. El canon gramatical reza que
no existe nexo alguno entre uno y otro; es decir, que cuando una palabra tiene
género masculino o femenino sólo se indica un aspecto de clasificación
gramatical y no un género humano o animal determinado. Según este principio de
lógica lingüística no se incurre en discriminación alguna cuando se usa un
sustantivo masculino que engloba en su significación tanto a personas o
animales de uno u otro sexo (existen muchos sustantivos femeninos en español
que, no por femeninos, dejan de incluir a seres de sexo masculino; v.g.
"la humanidad", no se refiere a las mujeres dejando a los hombres a
un lado dentro de tamaña conceptualización; al contrario, también los considera
sin necesidad de inventar la chistosa forma "el humanidad", sin
asidero en el uso de la lengua).
Por su parte, la Nueva gramática básica de
la lengua española (2011) señala que "género y sexo son dos nociones que
se relacionan, pero que no se identifican, puesto que el primero es de carácter
gramatical, mientras que el segundo constituye un rasgo biológico".
El español venezolano tiene, marcadamente,
un gusto por hacer que el género femenino de algunas palabras represente la
situación más grande y admirable ("una manga" es un mango muy grande
y sabroso; "una hueca" es un hueco muy grande en una pared o en el
piso), en desarmonía con la tesis de que el género masculino discrimina y de
que el femenino incluye.
La discusión, reabierta a raíz del informe
del académico Ignacio Bosque, de la Real Academia Española, en el que se invoca
el texto de la Constitución de Venezuela, en todo momento un precioso ejemplo
lingüístico sobre el abuso del desdoblamiento léxico de los géneros y la falta
de estilo que ello conlleva, no debe leerse ideológicamente, pues no es su
espíritu, ni fue esa su intención. Busca ilustrar lo innecesario que resulta
recargar un texto escrito al mencionar todos los sustantivos en su posible o no
doble atribución genérica (si "gobernador" y "gobernadora"
no ofrece problemas, sí lo hacen especies como "estudianta" y
"soldada", que han comenzado a propagarse a consecuencia de esta
tergiversación del género gramatical).
La imposición logicista en la comprensión
de la lengua reporta muchos riesgos, siendo el más agudo no entender la
arbitrariedad de la lengua y su libertad en la representación del mundo. El
lenguaje lucha a favor de la igualdad desde la platea de sus ideas y no detrás
de mamparas de endeble formalidad.
(*) Presidente de la Real Academia de la Lengua de
Venezuela.
Ilustración: Andrés Bello, según Pancho Graells para el texto de Rafael Caldera: "La significación contemporánea de Andrés Bello".. El Nacional, Caracas, 06/01/1980. Papel Literario. Cfr. https://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_Graells
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