domingo, 13 de octubre de 2024

Los libros inclinados

GALARDÓN LITERARIO Y POLÍTICA

Luis Barragán

Sorpresivo veredicto del jurado sueco, Han Kang se ha hecho acreedora del premio Nobel de Literatura 2024, a los 53 prometedores años de juventud para la industria editorial. Imprevista, la ahora más universal de los surcoreanos, nos arroja a tres obvias circunstancias de entera acuñación política.

Lejos de restarle méritos a una autora en adelante sometida al pormenorizado escrutinio académico y periodístico posible, por una parte, huelga comentar que nuevamente sobresale una lista de los más envejecidos y meritorísimos contendores por el galardón; ciertamente, en muchos casos de un suficiente impulso editorial, prosperidad personal y reconocimiento internacional que convierte a Estocolmo en un detalle de consagración; apenas, un detalle. Por supuesto, es evidente el sesgo político del jurado que, en su momento, lo negó a Jorge Luis Borges y a Julio Cortázar,  en las antípodas ideológicas, como a James Joyce, Virginia Woolf, César Vallejo, e Italo Calvino, o el gusto de cada quien.

Por supuesto, por otra, la concesión del premio, ha convertido automáticamente a Kang en una irresistible celebridad de y en su país, y será requerida probablemente para opinar sobre lo divino y lo humano, incluyendo alguna coyuntura muy crítica del sistema político que la convierta en una seria opción de liderazgo. Vocación ésta que tendrá que convincentemente descubrir y ponderar, si fuere el caso, ya que se convertirá en una poderosa tentación - también y con mayor razón -  de la antipolítica que literalmente apuesta por figuras consagradas de ámbitos completamente ajenos; al respecto, siendo más numerosos los casos, pesan desaciertos como el de Rómulo Gallegos en 1948, en contraste con Václav Havel de 1989 y 1993, a modo de ilustración.

Finalmente, es demasiado lógico presumir que nada improvisada fue la candidatura de la novelista, y, aunque no menos lógico lucen los denuedos editoriales y sus lobistas, se requiere de postulantes muy convincente y académicamente acreditados, entidades y personalidades de prestigio público. Y,  todo esto, independientemente de la voluntad del postulado, porque – recordemos – Jean Paul Sartre hasta negó su candidatura, advirtiendo que rechazaría el premio a todo evento, como – en efecto – aconteció para escarmentar a los suecos.  

Sobre todo, este último aspecto sugiere que no se pueden esperar milagros en torno a una premiación de tan planetaria trascendencia, aunque suele convencernos más la selección que hace el jurado de los premios Cervantes y Príncipe o Princesa de Asturias; pesa la trayectoria, los méritos, el talento natural. Faltando poco, no se premia a quien simplemente no se le postula a tiempo, propiciando la demagogia de una ilusa candidatura; y, en todo caso, pivote extraordinario, catapulta envidiable, todo un cohetazo de la NASA, el galardón de literatura, u otros de semejante nivel que se nos ocurra, no es garantía de liderazgo y, algo esencial, liderazgo exitoso, recordando aquella vieja sentencia de natura y Salamanca.

Captura de pantalla: https://www.youtube.com/watch?v=lXUmtvHbDgY&t=27294s

12-13/10/2024:

https://www.lapatilla.com/2024/10/12/luis-barragan-galardon-literario-y-politica/

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