DEL TERCO ENROJECIMIENTO DE LA VIDA LABORAL
Luis Barragán
A mediados del presente mes, supimos del anuncio
presidencial en torno al “proceso constituyente” del políticamente recesivo
espacio sindical venezolano, con la promesa de reemplazar a las organizaciones
laborales tildadas de tradicionales, por otras de novedosa conformación,
sentido y orientación. Desde principios del presente siglo, hubo el firme
propósito de controlar la principal central obrera del país, pero – elecciones
por delante – no le fue posible al oficialismo ganarlas, dejándola a su suerte,
sin interés por las otras centrales minoritarias de cierta trayectoria.
Huelga comentar las incontables circunstancias y
coyunturas que todavía tejen nuestra realidad laboral, obviamente expresada la
dinámica propia de una prolongada crisis política que esconde inexorablemente
la del modelo socialista en curso. Quizá
el anuncio ha sorprendido a los partidarios mismos del gobierno que deberán
bregar por preservar las posiciones burocráticas hasta ahora alcanzadas,
presumiendo la masiva plebiscitación de una dirigencia que ha perdido la
costumbre de legitimarse, presionar por la discusión de sendos contratos
colectivos que, rara avis, ya ni se dan (excepto la ventajista convención universitaria),
forzada la paz laboral por estas latitudes.
Existen poderosas y objetivas razones para una
actualización y transformación de las luchas que debe incluir la reivindicación
de todas las previsiones constitucionales y legales establecidas; esto es, valga
el detalle, procurar que el derecho del trabajo realmente exista y tenga plena
vigencia, al igual que todas sus ramas sustantivas y adjetivas. Y asumir la
tarea de una modernización del liderazgo laboral venezolano capaz de sincerarse
con esta etapa de la vida republicana, en reclamo de las libertades que son las
que dignifican y ciudadanizan.
Por supuesto, la comprobada experiencia de los
socialismos reales no autoriza a mayores ilusiones. Sabemos del amargo
retroceso que hemos experimentado en torno a la agremiación espontánea, libérrima,
respetada y eficaz de los obreros y empleados de los sectores públicos y
privados. No obstante, la peor diligencia es la que no se hace.
Por lo menos, la genuina oposición del aspirado universo
laboral venezolano ha de prestarle atención al propósito oficialista en
cuestión, recientemente manifiesto en el
acto del Teatro Teresa Carreño de la ciudad capital: mínimo, significa ponderarlo,
discutir sus perspectivas, evaluar la situación política y estratégicamente que
pudiera suscitar, argumentar una postura y decidir la participación o no, en
una iniciativa de la que desconocemos su consistencia, pero – eso, si - nunca
ser indiferentes. El asunto nos permite recordar una obra de Antolín Sánchez
expuesta en la Universidad Católica hacia 2023, pues, ni para el régimen será
fácil enrojecer los cuadros conductores en ámbitos en los que se vive cruda y
cruelmente la realidad.
Iustración: Gudim.
Fotografías: LB, Antolín Sánchez, "Hacia la nada", fotomontaje digital con impresión de inyección de tinta (2023); y Miguel von Dangel, "Páramo La Negra", encapsulado de paisaje en poliéster (1982) [UCAB, 2023].
19/08/2025:
https://www.elnacional.com/2025/08/del-terco-enrojecimiento-de-la-vida-laboral/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario