José Pulido (*)
Los prejuiciosos aman sus prejuicios
creyendo que son sabiduría
para las serpientes hacendosas del morir
el veneno es virtud
Si alguien se queja con frecuencia
es porque necesita heridas verdaderas
trabajos intensos de los que hacen ampollas
golpes de los que revientan costumbres,
punzadas mortales en las llagas del espíritu,
martillazos al cristal espantoso de la vanidad
Los pájaros tienen siringe
nosotros tenemos cuerdas vocales
los pájaros transitan con el viento
nosotros hacemos jaulas
La jaula es cosa de dos amos
aunque uno despliegue más ternura
pero amor en jaula solo es aceptable
de la boca para afuera
si yo fuera ese canario
cuya vista jamás alcanzará el verdor remoto
les diría que no estoy muy contento
que no confundan mi ángelus
con sus horas festivas
Creo que nos ha hecho daño no haber dilucidado
lo del talón de Aquiles
la espada de Damocles
el nombre Judas convertido en palabra de uso corriente
los desnudos de cuando Marilyn era inocente
el nudo Gordiano y el caballo de Troya
pero en todo caso es responsabilidad nuestra
tocar de oído o leer la música
¿Qué tal si el alma nos confiesa
desde el ignoto territorio ancestral de los sentidos
que no es un alma?
(*) Un poema que escribí en el 2015. Retorna con una fotografía hecha desde los ojos profundos que se gasta Álvaro Hernández Angola
15/05/2022:
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