jueves, 30 de octubre de 2025

Despliegue de una vocación

UNA JUVENTUD PARA EL CAMBIO 

Luis Barragán


Julio César Moreno León, in memoriam                                                                                            

Apenas, comenzábamos a cursar la primaria en la Venezuela que hizo muchísimo con el petróleo promediado en US $ 1,80 el barril, cuando concluyó el 31 de octubre de 1965, en Caracas, la IV Convención Nacional de la Juventud Revolucionaria Copeyana (JRC). Lejos de todo afán proselitista, corriendo ya otras aguas por debajo de puentes muy distintos, nos inspira únicamente un interés histórico: el evento partidista tuvo una extraordinaria e inusitada trascendencia que convirtió al organismo funcional no sólo en la columna vertebral del partido desde la particularísima y arriesgada década de los sesenta, sino que definitivamente legitimó, reivindicó y jerarquizó a las juventudes política y socialmente más allá de las aulas.

Por entonces, la Guerra Fría igualmente llegaba a las inmediaciones del satélite lunar, extenuaba el proceso de descolonización africana que antes mostró mejores ímpetus, tropas estadounidenses invadían a República Dominicana, o, entre nosotros, se veía por vez primera en la televisión local a Los Beatles,  Edecio La Riva Araujo y Rodolfo José Cárdenas protagonizaban una pública y dura polémica aun perteneciendo a la misma entidad partidista, mientras que el también parlamentario – aunque independiente – Alfredo Tarre Murzi, denunciaba la existencia de una seria conspiración de derecha. Importado desde la temeraria dictadura cubana que había colocado al planeta en las fauces de una conflagración nuclear, el guerrillerismo había sido derrotado política y militarmente, y recién implementaban la línea táctica de “Paz Democrática” que aprobó el VII pleno del comité central del Partido Comunista de Venezuela tras su X congreso.

Una juventud esencial

La JRC empinaba su presencia cada vez más en la escena pública, gracias a las distintas condiciones en el orden teórico, social, partidista, mediático y místico que conjugó en medio del combate cívico. Los socialcristianos superaban con creces a la meritoria Juventud Comunista (JC) arrastrada por la insurrección armada, quedaba mutilada Acción Democrática (AD) al conformar su muchachada el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) de un historial crecientemente caricaturesco, diluida lastimosamente Vanguardia Juvenil Urredista.

El compromiso jotarrecista de entonces, tradujo el formidable impacto generado por autores de inspiración cristiana (Sturzo, La Pira, Maritain, Mounier, Lepp, Lebret, entre otros), al igual que los planteamientos esgrimidos principalmente hacia el sur del continente por partidos afines en torno a una vía no capitalista al desarrollo; valga acotar, el Concilio Vaticano II concluirá mes y días después. La IV Convención de la JRC bien recoge el debate ideológico en curso, a través del documento denominado “JRC: una juventud para el cambio”, finalmente aprobado, presentado por los “avanzados” sin que tengamos evidencia del contenido y destino de otro documento, como el distinguido por los “astronautas” de largo título: “Materiales para una discusión que concluya en el trazamiento de una política correcta para la JRC”; será en la V Convención de 1968 que los “araguatos” presenten un documento de características semejantes al de sus adversarios.

Los jóvenes socialcristianos contaron con una sólida presencia y representación social que les garantizaba una mayor independencia e influencia política, pues, en numerosos liceos y universidades ganaban los comicios estudiantiles, forzando la unión de la JC y el MIR para impedir el triunfo de la JRC en la Central de Venezuela, por ejemplo; además, trataban de abrir camino propio entre los trabajadores. Esa presencia e influencia ejerció un peso importante al respaldar el puntofijismo que sobrevivió exitosamente a la violencia desatada de izquierda y derecha asombrosamente compaginadas.

La JRC actuó en un partido organizado, disciplinado y de vocación histórica que expuso un alto nivel de institucionalidad y democracia interna, celebrando regularmente sus elecciones, conformando y regulando las instancias de conducción capaces de deliberar y de decidir colegiadamente en el campo de sus competencias, con todos los errores, fallas e incomprensiones que pueden alegarse.  La juventud aportó al liderazgo del partido, nombres como el de Hilarión Cardozo, el dinamizador por excelencia de una experiencia compartida que, al mismo tiempo, demostrando madurez para un perfil novedoso, interiormente generó sendas tendencias como la de los “araguatos”, los ya mencionados “avanzados” y “astronautas”, ingeniosa denominación que presuntamente se le debe a Adel Muhammad.

Estupenda fuente de noticias, atrajo la atención de los periodistas especializados y, en no pocos casos, el conocimiento y trato personal de la dirigencia jotarrecista. Sin lugar a dudas, pivoteando a la entidad partidista y las aspiraciones presidenciales mismas de Rafael Caldera, hubo conmoción y polémica en la opinión pública un mes más tarde con la visita y la entrevista realizada al senador estadounidense Robert Kennedy en Caracas.

Tratamos de factores y condiciones que propulsaron a la JRC, la hicieron un elemento vital del partido y un referente ineludible en el movimiento estudiantil en defensa de la libertad y de la democracia. Y no era de extrañar el surgimiento de un poderoso sentido místico que supo manifestar Régulo Arias Moreno al darle letra a un espléndido himno de mil jornadas: “Juventud victoriosa”.

Democracia y vitalidad interna

Inevitable el crecimiento cuantitativo y cualitativo de la JRC, se hizo un organismo igualmente complejo como el partido, aparecidas las tendencias de una pugna que agudizaban los contrastes y las tonalidades reales y aparentes, interesadas o no,  respecto a lo ideológico y en relación a las autoridades partidistas adultas. Caldera se apersonó y, naturalmente, habló a los convencionistas en defensa del ideario demócrata-cristiano, haciendo precisiones, formulando consejos, con mucho aplomo y paciencia y cuidadosa severidad..

“JRC: una juventud para el cambio”, mecanografiado a varias manos,  analizó la situación política del país señalando la crisis de la democracia liberal burguesa, clamó por un cambio social inmediato, reivindicó la revolución personalista y comunitaria, denunciando la democracia formal, con propuestas – por entonces – muy osadas, como la de nacionalizar la industria petrolera y otras del sector energético, la reforma del Congreso Nacional y la eliminación de las Asambleas Legislativas, una audaz reforma agraria o la modificación de nuestra división político-territorial. Y, obviamente,  propuestas de acción administrativa, las relaciones internacionales, la política laboral, y el relacionamiento con el partido.  El documento fue propuesto por los “avanzados”: Abdón Vivas Terán, secretario general adjunto; Rubén Darío González, Julio César Pineda y Adel Muhammad, miembros del directorio nacional; José Ramón Solano, secretario nacional de Formación; Carlos Julio González, secretario nacional de Organización; Julio César Moreno León, secretario nacional de Educación Media; y Rafael Domínguez Daly, secretario nacional adjunto e Educación Media.

Pactaron los “avanzados” y “astronautas”, frente a los “araguatos”, y de la votación nominal y secreta de 169 de los 172 delegados principales, la dirección nacional juvenil quedó integrada por: Vivas Terán (secretario general) y González (subsecretario general), con 82 votos favorables, y un directorio de predominio “araguato” representado por Rafael Peña, Alfredo Rojas, Erick Becker, José González Puerta, Germán López Méndez, Carlos Rivas, Rafael Blanchard, Pedro Nikken, empatados en la novena vocalía Joaquín MartaSosa y Guillermo Betancourt. La “avanzada” propuso originalmente, además, a Adel Muhammad, José Ramón Solano, Miltón Granados, Carlos Julio González, Julio César Pineda, Julio César Moreno, Gema Belandia, Domínguez Daly y Oliver Belisario; los “araguatos” postularon a Alvaro Páez Pumar (secretario general) y a Oswaldo Alvarez Paz (subsecretario general), quienes obtuvieron 80 votos, y los “astronautas” nominaron originalmente a Marta Sosa (secretario general) y Saúl Rivas (subsecretario general), con Rafael Iribarren, Germán Ahrensburg, José Vitale, Gustavo Escobar, Pedro L. Castellanos, Antonio Barroeta, Ibrahím Sánchez, Alejandro Alfonzo y Rubén Colina.

De acuerdo a los datos reportados por Néstor Mora para El Nacional del 2 de noviembre de 1965, las fuerzas estuvieron equilibradas y la aparición de once votos nulos refuerza la tesis de la confusión; además, el informe del secretario juvenil saliente, Páez-Pumar, no fue aprobado. El resultado, paradójico al hacerse relativa la victoria de Vivas Terán y González (acotemos, líder laboral), frente a un directorio que le era adverso.

Algo más que una reminiscencia

Una aproximación histórica y sociológica, nos permite inferir la novedad de un acto institucional que se proyectó e influyó por varias décadas al partido que fue COPEI. Y permite también deducir las diferencias entre la presente época en relación a otras más remotas en torno a las juventudes políticamente organizadas y los partidos realmente existentes, la correspondiente política pública, las subculturas juveniles y, angustioso, las transformaciones demográficas que hemos experimentado en los últimos años.

Ir más allá de la reminiscencia, nos fuerza previamente a vivenciarla y a cruzar sus umbrales. Y, por ello, apelamos a los versos de don Fernando Paz Castillo, como una llave para abrir la puerta del recorrido faltante:

Un día ya no seremos todos …

Acaso bajo los árboles apacibles de una plaza

de pueblo bañada por el sol,

que se ha quedado dormido entre las ramas,

mientras los jóvenes de entonces se diviertan,

confidencialmente, casi sin decir palabras,

recordaremos nuestras vidas,                          

como quien recuerda por una nota, una estrofa olvidada”.

31/10/2025:

https://www.elnacional.com/2025/10/una-juventud-para-el-cambio

Cfr.  

https://memoriahistoricadcvenezuela.blogspot.com/2025/10/historia-dc-venezuela-jrc.html

Reproducciones: Escenas de la IV Convención JRC de 1965, según Molina para la revista Momento y Garrido para el diario El Nacional, ambos de Caracas. Portada original de lo que fue un folleto artesanal en 1980.

Inédita para el presente siglo


EL NACIONAL, Caracas, 09/03/1969. 

Pugnacidad


El UNIVERSAL, Caracas, 05/11/1960.

[Recordamos que el texto puede leerse ampliando la pantalla o el archivo una vez que se ha guardado en el disco duro]

miércoles, 29 de octubre de 2025

Referentes

JULIO CÉSAR MORENO Y LUIS RIZEK

Luis Barragán

Convengamos, los científicos sociales nos deben una mejor nomenclatura para los partidos llamados históricos que efectivamente fueron partidos. Estos, internamente plurales y complejos, tendieron a la estabilidad bajo un mismo campanario doctrinario, se hicieron en buena medida escuela y tradición, e, inevitable, una comunidad de afecto a pesar de los naturales matices y diferencias ideológicas y políticas.

Agreguemos otra de las características que hicieron perfectible la institucionalidad partidista, fracasando unos y triunfando otros con el tiempo: formaron el liderazgo indispensable, comprometido y leal para gobernar y, en efecto, unos tuvieron la suerte de hacerlo, mientras que, otros, en la oposición o quedándose en el partido oficialista, no. Así, lejos de idealizarlos, versamos sobre la experiencia militante en partidos que explicaron también nuestra juventud y adultez, como la deportiva o la académica, por ejemplo, lo hicieron con otras personas.  

Por ello, el respeto y la admiración hacia aquellos líderes que marcaron a las generaciones siguientes que estuvieron preparados para ejercer sendas responsabilidades de Estado, con los cuales igualmente profesamos una amistad de largos años aunque fuesen otras las circunstancias, derroteros y ámbitos de actuación. En un caso, Luis Rizek fue un excelente abogado y estelar conductor de los socialcristianos en la ciudad capital e importante parlamentario nacional, organizador nato, decidido luchador con una gran sensibilidad social con el que no tuvimos ocasión de coincidir directamente en el trabajo político cotidiano, pero supo ganarse el reconocimiento de propios y extraños por su vocación popular, el conocimiento y la vivencia reales de las barriadas de la Caracas que comprendió cabalmente; y, el otro caso es el de Julio César Moreno, quien nos honró con su amistad y confianza desde los remotos tiempos de una juventud aguerrida, compartiendo la faena de un partido que fue difícil porque tenía vocación histórica. Ambos, el mismo día, fueron a encontrarse con Dios.

Julio César fue un combativo líder de la avanzada social que adscribimos con mucha emoción décadas atrás, en el amplio universo socialcristiano y tan sólo para dar un detalle, como parlamentario dio un inmenso ejemplo de combatividad que lo llevó a denunciar aquél caso de las municiones yugoeslavas, se apersonó en El Amparo cuando todos temían siquiera a pensar en una masacre, y defendió la libertad de expresión, siendo objeto de persecución a pesar de su inmunidad parlamentaria. En los últimos años, además de escribir en los portales noticiosos cuando lo juzgaba necesario, fueron numerosas las mañanas en las que coincidimos en las hemerotecas del Foro Libertador y de la Academia Nacional de Historia y, por supuesto, intercambiamos impresiones e igualmente discrepancias.

Por cierto, nos permitimos una queja sin rencor alguno: Julio conspiró con Edgar Barrios para sacarnos del muy selecto club de Amargos de Angostura que ambos lideraron. Y con humildad reconocemos que nunca reunimos los requisitos mínimos, fallando una y otra vez en nuestras peticiones de ingreso. Siempre lo entendimos.

Fotografías: Luis Rizek y Julio César Moreno, tomadas de https://lbarragan.blogspot.com/search?q=Julio+César+Moreno.  Particularmente, las dos últimas refieren el acto de lanzamiento de las candidaturas de Edgar Barrios y Lorenzo Tovar a la Secretaría y Subsecretaría generales y nacionales de la Juventud Revolucionaria Copeyana, en la Sala Plenaria de Parque Central a mediados o finales de 1979 (Caracas). 

29/10/2025:

https://lapatilla.com/2025/10/29/julio-cesar-moreno-y-luis-rizek-por-luis-barragan/

Cfr.

César Pérez Vivas

https://lapatilla.com/2025/10/28/julio-cesar-moreno-por-cesar-perez-vivas/

Gehard Cartay Ramírez:

https://lapatilla.com/2025/10/29/gehard-cartay-ramirez-julio-cesar-moreno-in-memoriam/

lunes, 27 de octubre de 2025

De una necesaria (re) lectura

DEL ANTECEDENTE Y PROCEDENTE: WERZ Y LA SENSATEZ POLÍTICA

Luis Barragán

Por muchos años, nuestro país ha sido objeto de estudio de fundaciones muy serias, aportantes de investigadores de extraordinaria relevancia, como el alemán Nikolaus Werz, quien - además -  trabajó en el Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES) de la Universidad Central de Venezuela, entre 1982 y 1991. Tiene en su haber un importante, metódico y ambicioso libro publicado por la Editorial Nueva Sociedad en 1995, cuyo título es elocuente: “Pensamiento sociopolítico moderno en América Latina” (Caracas, 1995) que trata de la época colonial y de la herencia española, las etapas y temas del pensamiento político en América Latina, el desarrollo de la sociología y de la ciencia política en este lado del mundo, de la filosofía de lo americano y de la liberación, la teología de la liberación, la crítica liberal al pensamiento de la liberación, y el pensamiento político latinoamericano entre lo ideal y lo real.

El solo temario trabajado por un Werz habla de un investigador serio y sistemático, absolutamente insoslayable, especialista en América Latina, sus partidos y sistemas de partidos, historia política, desarrollo social, populismo y violencia. Ha escrito sendos artículos académicos que, por supuesto, incluyen a la Venezuela del presente siglo. No hay evidencia que el catedrático de la Universidad de Rostock sea socialdemócrata, aunque ha investigado a fondo a este movimiento en nuestro continente y contado con el apoyo de fundaciones de izquierda o socialdemócrata de su país de origen, circunstancia que no lo demerita en forma alguna al preservar con éxito un interés científico en las materias tratadas.

Suele participar y auspiciar obras colectivas, publicadas en alemán y todavía no traducidas al español, como “Venezuela heute Politik - Wirtschaft – Kultur” (Iberoamericana Vervuert Verlag, Frankfurt-Madrid, 2011), convocando a distintos autores para abordar el gobierno de Hugo Chávez desde la controversia, incluyendo a autores venezolanos. En otra entrega colectiva, “Transiciones, memorias e identidades en Europa y América Latina” (Iberoamericana  Vervuer, Frankfurt-Madrid, 2016), a Werz le corresponde desarrollar la transición y los cambios sociopolíticos de América Latina y Europa del Este que es, por cierto, particularmente interesante para aproximarse al caso venezolano desde una dimensión posiblemente insospechada.

Comenzando la setentena de edad, no contando con otros datos sobre su existencia, es necesario estimular un mayor interés y una más decidida relación con los aportes de Werz, quien – acotemos – participó también en un libro editado por el CENDES llamado “Estado y movimiento sindical 1958-1986” (Caracas, 1986). Y es que, con un conocimiento tan denso de la realidad latinoamericana y específicamente venezolana, libre de toda sospecha reaccionaria, pudiéramos conseguir su más reciente interpretación sobre un proceso que así lo requiere, como el nuestro, añadidos temas igualmente peculiares como el desencanto político (demostrativo de su independencia, folleto publicado por la fundación Konrad Adenauer de signo democristiano, en Caracas, por 1996), fundamentalmente orientado a evaluar los extremos interesados que el fenómeno ha alcanzado en la Venezuela actual.

Entre nosotros, la academia tiene una importante contribución que dar al aproximarse a Werz, pero – tardando tanto – la dirigencia policía, en medio de tantas vicisitudes, puede ocuparse y adelantar importantes reflexiones desde la otra perspectiva indispensable. Hay antecedentes y procedentes ineludibles para esbozar hoy caminos y expectativas de una urgente sensatez, porque la política sencillamente ha de ser sensata.

Fotografías: LB.

Breve nota LB: El corrector automático nos jugó una de las suyas: donde dice "dirigencia policía", debe decir "dirigencia política". A pesar del error, preferimos dejarlo así y no advertir a Iván Méndez de Opinión y Noticias. 

27/10/2025:

https://opinionynoticias.com/opinioncultura/43650-del-antecedente-y-procedente-werz-y-la-sensatez-politica

domingo, 26 de octubre de 2025

Caza de citas

"En 2023 hubo una alerta similar en la provincia de Toledo y la Comunidad de Madrid, también por lluvias (aunque no tan fuertes), y el subdirector de un periódico de tirada nacional se permitió ridiculizarla, acusándola de algo así como de intromisión orwelliana del Estado en la privacidad del individuo. La alerta sonó, pero, aun así, ese día murieron cinco personas”

Pedro Torrijos

(“Catedral de escombros. Una anatomía del derrumbe”, Debate, Barcelona, 2025: 76)

Ilustración: Igor Olejnikov.

1 Caza de Citas

Noticiero retrospectivo

- Amonestado Arnoldo José Gabaldón por irrespetar el “cese al fuego”. Tribunal de Ética: Acusciones contra el secretario general de AD en el estado Aragua. Economía Hoy, 12/09/1989.

 - “¿Por qué Fidel Castro no quiere cambiar a Hubert Matos por Regis Debray”. Bohemia, Caracas, N° 257 del 03/03/68.

- Nelson Rodríguez A. “Los políticos y el país: Noexiste una oposición que se corresponda con sus necesidades”. /Entrevista a Rafael Pizani, Rafael Thielen, Eduardo Gallegos Mancera). El Nacional, Caracas, 06/01/85

- Luis Buitriago Segura. El general José Rafal Gabaldón condecorado por Carlos Andrés Pérez. El Nacional, Caracas, 03/08/74.

- Oliver Urbina Ávila. “Política de la cultura o cultura de la política”. El Nacional, 07/12/81.

Reproducción: Carlos Andrés Pérez. Momento, Caracas, 1968.

Noticiero retrospectivo 1

Noticiero retrospectivo 2


Aviso

SAN JOSÉ GREGORIO, UN RIESGO PARA EL LUMPEMPROLETARIADO

Luis Barragán

Aspiración centenaria de los venezolanos, José Gregorio Hernández ha llegado al santoral católico en un contexto muy antes impensado. Lo ha hecho junto a Carmen Rendiles,  a quien bajo ningún concepto demeritamos, aunque – importa reconocerlo - debemos conocer mucho más de su trayectoria de vida.

Lo cierto es que el trujillano, reconocido galeno, destacado académico y fervoroso católico, no por casualidad, fue asociado a los sectores más empobrecidos de la ciudad capital y, tanto, que perduró en el tiempo el agradecimiento de sus pacientes más desasistidos, incluso, más allá de la muerte.  Y hablamos de aquel país de principios del siglo XX, esencialmente feudal y dictatorial, repleto de pobres también resignados.

Una elemental distinción nos permite hablar de pobreza como un dato objetivo de carencia material, de bienes y servicios básicos, y de pobrecía, término atribuido a Óscar Lewis, conformándose como un dato subjetivo por sus excesos de apatía, fatalismo y desorganización familiar. Por varias décadas, José Gregorio ha sido la esperanza más radical y definitiva de los enfermos y demás padecientes integrantes de los sectores más pobres y empobrecidos, por supuesto, añadida la larga etapa petrolera que parió una clase media que lo llevó a los hospitales privados al que igual que las clínicas públicas de sus periódicas resignaciones.

Nada más natural que el Dr. Hernández sea celebrado hoy entre los más vulnerables, desasistidos  desesperados de la población, agregados – por ejemplo – aquellos obreros calificados que perdieron sus derechos laborales y su propia condición de proletariados, ingresando a los grandes cinturones de miseria bajo el imperio del desempleo, subempleo o falso empleo. Lo peor, transitando ya de la pobrecía al lumproletariado que tiende a la descreencia, inactividad, dependencia, oportunismo, deslealtad, parasitaje.

San José Gregorio se siente en el corazón de los pobres, de los empobrecidos y la pobrecía, pero no en el lumpen que corre el riesgo de conocerlo y de convertirse, ya que es un portador de principios y valores que liberan para trascender terrenalmente y, a los que nos empuja la fe, más allá de la muerte. Significa extremar el conocimiento de la vida del médico de los pobres, generar el limpio sentimiento de admiración y respeto, llegando a la devoción si de los altares tratásemos.

Fotografías: LB, cercanías del mercado  de Quinta Crespo. Colocación masiva de pendones alusivos a JGH, presuntamente de la alcaldía de Caracas (CCS, 25/10/2025).

26/10/25:

https://lapatilla.com/2025/10/26/san-jose-gregorio-un-riesgo-para-el-lumpemproletariado-por-luis-barragan/

sábado, 25 de octubre de 2025

Parábola escandalosa

UN ERRÓNEO PLANTEAMIENTO RELIGIOSO

(San Lucas, 18: 9-14)

José Enrique Galarreta

Recordemos para empezar el significado exacto de algunas expresiones de la parábola:

§ Fariseo, en sí, no tiene ninguna connotación negativa. Más bien se puede afirmar que eran una clase muy respetada por su escrupuloso cumplimiento de la Ley, aun en sus más mínimos detalles, aunque caían ya en cumplimientos muy literales y "se tenían por santos". El fariseo de la parábola no exagera su cumplimiento, aunque se ve que está satisfecho de sí mismo.

§ Publicano: Recaudador de impuestos. Se comprometía a pagar un tanto al Estado (romano o de Herodes que viene a ser lo mismo). Lo que sacara de más, se lo embolsaba. Se las arreglaban (con ayuda de los soldados) para explotar a la gente y enriquecerse. Clase social absolutamente despreciada, considerada como pecador público, al mismo nivel que las prostitutas. Aparecen dos en el evangelio: Zaqueo y Leví (Mateo), llamado por Jesús a ser uno de los doce, con gran escándalo. El publicano de la parábola se siente abrumado por su situación, no puede salir de ella, y no hace más que pedir a Dios que se apiade de él.

§ La postura normal de oración entre los judíos era de pie, levantando las manos al cielo. En momentos concretos, se postran con el rostro en el suelo como señal de adoración o sumisión absoluta.

§ El fariseo dice que cumple la ley "de sobra". No era obligatorio ayunar dos veces por semana, sino sólo una al año, el día de la Expiación. Tampoco era obligatorio pagar diezmo de todo, sino del grano, el mosto y el aceite.

§ Justificado: Es un término "anterior" a la noción, más jurídica, que se desarrolla luego en la Iglesia a partir sobre todo de Trento. Aquí nos basta con señalar que es sinónimo a "hallar gracia a los ojos de Dios", "quedar a bien con Dios". No se trata por lo tanto del tema de "la justificación por la fe o por las obras". El autor ni lo tiene en la mente.

La parábola es escandalosa. Jesús se atreve a ridiculizar a la gente más respetable, a los más piadosos, a los más cumplidores de la Ley. A nadie le parecería mal la oración del Fariseo, pensarían que tenía razón. Y no era así; su acción de gracias muestra que está satisfecho de sí mismo y que no se tiene por pecador. Es exactamente lo contrario de lo que anuncia Jesús.

Tradicionalmente hemos exagerado la hipocresía de los fariseos, para apartarnos del mensaje profundo. Jesús no rechaza simplemente la hipocresía del fariseo, sino su mismo planteamiento religioso. Este planteamiento consiste en observar rigurosamente todos los preceptos de la Ley de manera que se siente uno justo ante Dios y por tanto mejor que otros que no lo cumplen todo tan bien como yo. Soy santo porque obro bien, por tanto soy mejor que otros. Dar gracias a Dios por todo esto es un sarcasmo.

Todos somos pecadores.

Apenas podemos evitar "sentirnos justos", con "pequeños" defectos. De eso nos solemos confesar: me distraigo en la oración, he murmurado de mi vecina, pierdo la paciencia... Pero no nos acusamos de algo más importante: he recibido millones y sólo rento céntimos.

Porque todo lo que soy me lo ha dado Dios para que trabaje por el Reino... Y a otros no les ha dado casi nada. Y yo, el rico, estoy satisfecho de lo que tengo y doy gracias a Dios. Esta es la misma línea de la parábola de los Talentos.

Paralelamente, seguimos viendo el pecado como culpa. Vemos drogadicción, prostitución, sexualidad desenfrenada, corrupción pública... Y probablemente nos produce horror, y lo condenamos. Condenamos a las acciones y quizá también a las personas. Vemos el pecado cometido. Pero no vemos el pecado padecido. Y no nos preguntamos "por qué ellos sí y yo no". Si nos lo preguntáramos, acabaríamos gritando de corazón a Dios "no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal", porque, en sus mismas circunstancias, nosotros seríamos como esos que nos producen tanto rechazo.

No es primero nuestra virtud, por la que Dios nos recibe: es primero Dios salvador, que nos hace tener esas virtudes. Éste es el error del fariseo. Se cree bueno, y que por eso, Dios le mira con buenos ojos. No sabe que Dios le ha mirado y por eso es bueno. Se ha apropiado del regalo de Dios.

Es sorprendente en el Evangelio la reiteración del tema de que Jesús acoge a los pecadores, los busca, come con ellos, se rodea de ellos, es bien recibido. Sorprendente, reiterativo, escandaloso. La mujer adúltera, la pecadora en casa de Simón, la Magdalena, Zaqueo, Leví, los leprosos... "Éste acoge a los pecadores y come con ellos". Y Jesús: - "No he venido a llamar a los justos sino a los pecadores". ¿Por qué? Por dos razones:

- porque todos somos pecadores.

- porque Dios es el Médico.

El mensaje de esta Parábola es la mayor revolución religiosa. Dios no es el premio de los buenos y el castigo de los malos: es el médico de los enfermos y el sembrador. Ha sembrado mucho en mí, y cura mis enfermedades... para que yo siembre mucho y cure muchas enfermedades. Mientras no cambiemos de Dios seguiremos sin entender nada. Por eso a Jesús le recibían con entusiasmo los pecadores: este Dios soluciona la vida, no la carga aún más. Este Dios exige a los ricos y cura a los pobres.

No hemos entendido nada de la justicia y la misericordia de Dios. Dice la teología que en Dios todas las cualidades son la misma, que la justicia y la misericordia son lo mismo.

Y lo solemos entender así: Dios es justo, retribuye a cada uno según sus obras, pero es un juez benigno, no es severo, está inclinado a la bondad. Todo esto es mentira. Dios es justo perdonando, porque sabe que lo que llamamos culpa es cruz. Si fuéramos culpables, Dios no sería justo perdonando. Si perdona es porque proclama que no hay culpa. Esto proclama la Palabra ya desde el Libro del Génesis: Eva no peca por maldad, sino por error, porque no puede aguantarse las ganas de comer el apetitoso fruto.

Esto no significa que el pecado no importa, que es indiferente pecar. Al revés. El pecado nos destruye, es la peor de las enfermedades, el antagonista de Dios en toda la Biblia, porque es el antagonista del hombre. El que lleva a Jesús hasta la muerte, como puede llevar a todos los hombres hasta la muerte total. Pero Dios es para resucitar, Dios es para vivir, Dios es para curar, para regar, para iluminar.

Hemos convertido el pecado en una cuestión jurídica. El malo es culpable y debe ser castigado: el bueno tiene mérito y debe ser premiado. La Palabra de Jesús va mucho más adentro: estás enfermo y Dios te cura: estás sano porque Dios te ha curado porque te necesita para trabajar.

Este es un tema profundo de toda la Sagrada Escritura, una de las desviaciones más peligrosas de Israel. Israel siempre se ha tenido por "el pueblo elegido" y ha dado gracias a Dios por ello. Y se equivocaba al entenderlo mal. Se ha creído preferido por Dios, privilegiado por Dios libre y caprichosamente en detrimento de otros pueblos. Se ha creído superior porque conoce la Palabra, conoce la Ley y la practica, y el Señor pelea por él contra sus enemigos.

Este es un mensaje equivocado de toda la Biblia: es el pecado básico de Israel: creer que "Dios es para mí". Cuando la realidad es que Dios le ha elegido para ser luz de las naciones, exigiéndole mucho más que a todos los demás, responsabilizándole mucho más que a todos los demás.

Israel ha sido elegido y dotado como instrumento de Dios Salvador, y se ha apropiado de la salvación para presumir de ser "el pueblo de Dios". Y Dios es de todos y para todos, madre de todos, que ama más al más enfermo, porque le necesita más. Israel, llamado a ser médico y luz, se vanagloria de su luz y de su salud, sin saber que las ha recibido para que cure e ilumine, sin mérito propio alguno.

Es el pecado del Antiguo Testamento, el pecado del Pueblo, el que hará que sea rechazado por Dios, porque no es un instrumento válido. Y ése es, también, uno de los mensajes básicos del Evangelio. La Iglesia, nosotros, somos el Pueblo Elegido... elegido para trabajar más que los demás. Y seguiremos siendo el Pueblo Elegido mientras respondamos bien. Y si no lo hacemos, Dios se buscará otro pueblo, como sucede en Israel.

Esto se muestra también en una desviada concepción del Sacramento de la Penitencia, convertido en un juicio. Llevamos nuestros pecados al tribunal, y el juez, que es blando como un padrazo, nos perdona, siempre que estemos arrepentidos y prometamos no hacerlo más. ¡Triste parodia! Vamos al Sacramento a reconocer que somos pecadores y lo seguiremos siendo, porque no podemos librarnos de nuestra enfermedad así como así, por un acto de voluntad. Vamos a reconocer ante Él que seguimos estando enfermos, y a celebrar, con enorme alegría, que sigue contado con nosotros, que seguimos contando con Él para curarnos. ¡Curioso juez, el sacerdote, que no tiene facultades más que para perdonar!

La cumbre de todo esto es el final de la Parábola del Hijo Pródigo. El hermano mayor es justo, y se indigna de la injusticia que hace su padre al recibir al pródigo. El padre es más que justo, se ha llevado un alegrón "porque estaba perdido y lo hemos encontrado".

Lo aplicamos a la eucaristía. En la eucaristía "subimos al Templo a orar". Y nos encontramos, para empezar, con un rito de acogida en que se anuncia el perdón de los pecados. Buen principio: estamos ahí porque "Éste acoge a los pecadores y come con ellos".

Estamos en la Eucaristía porque contamos con Él para sanar, para responder, para trabajar. No vamos a la Eucaristía porque seamos justos, sino porque Él invita a los pecadores. Y allí estamos, agradecidos y deseando comprometernos con Él. Llevamos a la Eucaristía lo que somos, lo bueno y lo malo, sin temor, lo traemos ante Dios. Y recibimos Palabra, conocimiento de nosotros mismos y de Dios, ánimo para seguir... La Eucaristía es nuestro gran medio de conversión, para convertirnos cada vez más en Hijos.

Fuente:

https://www.feadulta.com/es/buscadoravanzado/item/1615-un-erroneo-planteamiento-religioso.html

Ilustración: James Tissot. 

Papa León: 

https://www.youtube.com/watch?v=gGTYyOJ9h28&list=RDgGTYyOJ9h28&start_radio=1

Sin referentes: https://www.youtube.com/watch?v=zW0gKhq4woY


Monseñor Biord: Fiesta litúrgica de José Gregorio Hernández. 


Padre S. Martín:


Padre J. Martín: 


Monseñor Munilla:

martes, 21 de octubre de 2025

Solidaridad personal y diligente para un imaginario social

CANONIZACIÓN PARA UNA ESPERANZA REALIZADORA

Luis Barragánj

Varias fueron las generaciones que tuvieron por empeño la promoción de José Gregorio Hernández a los más elevados altares, sin desmayar por décadas consecutivas. Los venezolanos mantuvimos intacta nuestra devoción hacia el trujillano a pesar de la tardanza y, aunque no hubiese sido reconocido jamás en el santoral oficial, puede asegurarse que, añadidos los no creyentes, seguiría intacto el respeto, seguimiento y admiración hacia el trujillano como viva expresión de la solidaridad personal, tozuda y diligente.

Mal haríamos con un burdo uso político de la canonización que incluyó a la hermana Carmen Rendiles, por cierto, cuyo ascenso – si se quiere – injustamente coincidió con la del médico andino, incomparablemente más conocido en el país. Asistimos ahora a la reafirmación de un imaginario que refleja la profunda riqueza espiritual que todavía nos mantiene en pie frente a las numerosas y consabidas adversidades, mereciendo todo el cuidado y la transparencia posible que no puede mancillar afán propagandístico alguno.

El testimonio de vida del Dr. Hernández ha perdurado gracias a la consecuencia activa de sus admiradores y seguidores, agregados los aportes de las televisoras locales muy antes de una masiva audiencia al competir con representaciones que se hicieron famosas, como las de Mariano Alvarez y Flavio Caballero, entre otras, por ejemplo. Empero, la labor actoral de muchos años de Américo Montero, recordando una serie de la infancia remota, seguida en casa, quizá contribuyó decisivamente a la construcción de un sentido, una identidad, un símbolo, una imagen, un ánimo y una esperanza del país que transitó del predominante ámbito rural al urbano, de la dictadura a la democracia.

La personificación de la fe, del servicio desinteresado, de la bondad, del paciente esfuerzo por realizar una vocación definitiva, caló en el sentimiento popular, convertido en un referente ineludible, invocado aun con el extravío de nuestras creencias en el curso de una emergencia doméstica o colectiva. No hubo modo de bolivarianizarlo, como ocurrió descomunalmente con el propio Bolívar, porque tuvo un magnífico soporte en el humanismo y en la cristiandad que cualquier fórmula barata no alcanzó a mellar.

Toca descubrir a santa Carmen Rendiles y redescubrir a san José Gregorio Hernández, como pivotes de una sociedad que ha de confiar en el porvenir sustentada por una esperanza realizadora. Significa actualizar nuestro afán de trascender más acá o más allá de la muerte, revitalizar nuestra preocupación por los todavía más pobres y desiguales del siglo XXI, explicarnos en un contexto de libertades que incluye la religiosa, bregar por la salvación de la universidad, lidiar por la recuperación de la medicina en Venezuela

Fotografías: Inicial, Américo Montero, tomado de un ejemplar de la revista Momento (Caracas, 1968). Posterior, LB, La Pastora (CCS, 2025).

21/10/2025:

https://www.elnacional.com/2025/10/canonizacion-para-una-esperanza-realizadora/

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