EL "JUICIO
UNIVERSAL" ES AHORA
(San Mateo, 25: 31-46)
Enrique Martínez Lozano
La parábola del "juicio
universal" no pretende ofrecernos una visión anticipada de un imaginado
"final del mundo", como algunos predicadores nos hicieron creer,
recreando una escenografía propia de una película de ficción.
Es una parábola –por tanto,
no cabe una lectura literalista- que nos habla del comportamiento adecuado aquí
y ahora. Y culmina con una conclusión, que es una llamada a no equivocarnos:
"Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna".
El "castigo" o la
"vida eterna" (plena) no es obra de un dios exterior, sino el
resultado de una determinada manera de vivir, atascada en la ignorancia de
quienes somos o, por el contrario, lúcida y despierta.
Es indudable que esa
"forma de vida" se halla con frecuencia poderosamente condicionada
por factores de diverso tipo: genéticos, ambientales, educacionales,
afectivos... Muchos de ellos pueden ser incluso inconscientes para el propio
sujeto. Pero todo ello no niega la primera afirmación: nos experimentamos a
nosotros mismos según el "modo de vida" que adoptamos.
El criterio decisivo, según
Jesús, no pasa por la religión, como quizás esperaría encontrar el lector del
evangelio y como se nos hizo creer muchas veces, como cuando se decía: la
persona religiosa se "salvará". De este modo, se vino a convertir la
religión en salvoconducto para la "vida eterna". Así, la persona
religiosa solía adoptar una postura autosatisfecha y no exenta de un cierto
sentimiento de superioridad.
Sin embargo, el mensaje de
Jesús es completamente claro en este punto: el criterio no es religioso, sino
ético. No tiene que ver con creencias mentales, sino con entrañas compasivas.
Además, el corazón compasivo
vive la ayuda y el servicio desde la gratuidad. No solo no lo hace para
conseguir algo a cambio, sino que ni siquiera tiene una motivación religiosa:
"Señor, cuándo te vimos...?". De un modo similar, a quienes, desde
una opción religiosa, vivían queriendo agradar al Señor, se les reprocha con
dureza no haberlo reconocido en la persona de los más necesitados.
La parábola, por tanto, en
un primer nivel de lectura, contiene un mensaje revolucionario y subversivo
para el mundo religioso: viene a decir que existe un camino para encontrarse
con Dios que no pasa por el templo. Esta es, sin duda, una de las mayores
novedades de Jesús.
Descubrir esto es sabiduría,
fuente de liberación, de amor y de ecuanimidad. Su fruto es la plenitud de
vida. Ignorarlo, por el contrario, es permanecer encerrados en la ignorancia y,
por tanto, en el sufrimiento. Como dijera, hace siglos el poeta y místico Rumi,
"el peregrinaje al lugar de los sabios consiste en encontrar cómo escapar
de la llama de la separación".
Fuente:
https://www.feadulta.com/es/buscadoravanzado/item/5602-el-juicio-universal-es-ahora.html
Nigeria: https://x.com/patergongora/status/1984979535796854941
Padre S. Martín. Actualidad comentada, ¿Iglesia fiel o liberal?


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