POBRE CONTINENTE
Nicomedes Febres Luces
Si hablamos a calzón quitao les confieso que no entiendo a nuestro continente. Cómo es posible que el nuevo o futuro presidente de Chile se encargue del poder después del espectáculo montado por él drogado hasta las hemorroides en un estadio? Una república seria no puede entregarle su futuro a un tipo periquero como ese, ni ahora ni nunca. No importa que haya sido antes de ser candidato o lo que sea, o que haya ganado por abrumadora mayoría, de modo que salvo un montaje cuyo autor debería ser soltado desnudo en Siberia, un tipo así nunca sería ni respetable ni confiable. Después los izquierdistas se jalan los pelos por un Pinochet, y ese video, si es verdad, es prueba suficiente para que el tipo renuncie a la presidencia así no se haya encargado. Para aquellos que digan que pobrecito, que fue antes, entonces que comparen eso con los presidentes democráticos nuestros como el presidente Betancourt que se acostaba solo en su chinchorro y sin palos encima para pensar y decidir cómo enfrentar la insurrección armada de los años sesenta. Nada más imaginarse al doctor Caldera en ese plan del chileno es como diría mi abuela, lo de hacerse cruces. Con razón los rusos le roncan a los americanos diciendo que paren a la OTAN, y los gringos solo responden que intervendrían en Cuba y Venezuela. Deberían hacerlo de una vez y con todos los hierros para que sepan en todo el mundo que el cambur verde mancha. Solo pensar que los rusos se lo dijeran de pasada a un hombre como Teddy Roosevelt o a Eisenhower? Eso demuestra el espíritu de los tiempos y hasta donde están comprometidos maduro y los militares venezolanos con el oro de Moscú, y Washington no hace nada. Qué pasa en este continente que los gobernantes parecen olvidar que el chaparro es para usarlo, como decía mi abuelo Chiche.
En la foto un hombre acompañado de sus hijos, una de las poses más frecuentes de hace un siglo cuando la gente se vestía de manera atildada para fotografiarse.
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SOBRE LO MILITAR
Nicomedes Febres Luces
Un estimado y honorable amigo militar de carrera sin nombrarme, y usando el tono serio y mesurado que acostumbra, me alude por un supuesto ataque mío a los militares en general y nada más lejos de mi intención que atacar a la carrera militar y a los hombres de uniforme de antes con los cuales compartí la dura lucha contra la insurrección comunista de los años sesenta y a los invasores cubanos, ellos en las montañas y muchos civiles como el suscrito en las ciudades. Es más, tengo tíos militares y uno de ellos de 99 años vive y es coronel retirado. Incluso, cuando tuve 16 años y nos obligaban a asistir a una charla motivacional en la Academia Militar, me pasó por la cabeza dedicarme a la carrera de las armas, cosa que mi madre atinadamente me disuadió por ser levantisco e independiente en mis ideas. Mi crítica está centrada en los actuales militares que gobiernan este país ahora, así haya un monigote en Miraflores, pero es muy claro y transparente que este ha sido el gobierno militar más militar desde tiempo inmemorial. Cómo es eso que un ministro de la defensa tiene varios años en el cargo y una de las bases del ejercicio militar es la sustitución casi anual de los altos mandos?. Que se paseé mi estimado y respetado amigo por la presencia de militares activos y en retiro en las gobernaciones, institutos autónomos, ministerios y embajadas y verá como está plagada la administración del poder en Venezuela de militares activos. Que se comparé este régimen con el de Pérez Jiménez y verá que aquél régimen militar, era mucho más civil que el actual, así haya salido su poder de una insurrección armada. Este régimen es mucho más militar que la de los generales Gómez, Medina Angarita o López Contreras, acaso el mejor presidente del siglo XX venezolano, y ellos se rodearon siempre de civiles brillantes. El verdadero conflicto no es entre militares y civiles, sino entre la gente decente civil o militar y esto que vivimos cada día los venezolanos. Gracias a Dios mi buen amigo militar es de los de antes y estamos como estamos también porque políticos civiles y militares de antes no reprimieron las insurrecciones civiles y militares de 1992 y así este diálogo no tendría sentido. Vaya para mi estimado crítico mi respeto, afecto y admiración.
En la foto mi general Eleazar López Contreras vestido de civil prendiendo un cigarrillo junto con el presidente de Colombia Eduardo Santos y nuestro ministro Tomás Pacanins, considerado el mejor ministro de obras públicas del siglo XX venezolano.
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LAS PESTES
Nicomedes Febres Luces
Esto de las pestes me hace reflexionar sobre dos cosas, la primera lo injustos o ignorantes que somos los venezolanos con el doctor José Domingo Díaz, el gran galeno criollo de finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX de origen mulato y quien previno a la viruela entre nuestros ancestros al implementar precozmente la vacuna antivariólica que había hecho estragos en el pasado diezmando a los venezolanos de antes. La razón de la omisión fue que José Domingo Díaz fue uno de los cabecillas del movimiento realista para hacer que Venezuela siguiese siendo parte de España, pero debería estar en el panteón de los héroes donde están José María Vargas, Luis Razetti y compañía. Su posición política lo mandó al ostracismo que terminó siendo permanente y debió huir del país cuando fue definitivo el éxito patriota. Fue como Antonio Ros de Olano o Juana Zárraga, que fueron grandes venezolanos de su tiempo y por ser realistas tuvieron que comer el pan del exilio hasta su muerte y de ellos hablaré otro día. Lamentablemente no fui lo suficientemente diligente para comprar el libro de Díaz titulado Historia de la Rebelión de Caracas autografiado por él y publicado a comienzos del siglo XIX. La otra reflexión es la ignorancia que se teje sobre la epidemia de gripe española de 1918 que se abatió sobre nuestro país y que llegó por barco a La Guaira. Una epidemia muy grave que costo durante su permanencia entre nuestros ancestros la friolera de ochenta mil muertes en toda Venezuela, en todo caso si quieren saber más sobre esa epidemia, guggleen a Medardo Medina Canelón un valenciano de excepción que tiene el mejor ensayo sobre esa tragedia y donde el general Gómez se enclaustró para no contagiarse y aporto solo cincuenta mil bolívares de su bolsillo para combatirla, siendo el venezolano más rico de su tiempo. Por suerte Luis Razetti, José Gregorio Hernández y Francisco A. Risquez fueron comisionados por el gobierno para planear las medidas necesarias para combatirla. Hoy por supuesto, el régimen carece de cualquier iniciativa para enfrentar la pandemia y maduro no es Gómez y más bien se dedica a recomendar menjurges cubanos y aguas milagrosas, pero peor es que no hay un médico chavista que sepa poner inyecciones ni elaborar algún plan sanitario de nada. Mido la letalidad del covid en Venezuela, porque el gobierno miente o oculta los datos reales como buen militar y socialista, averiguando el número de pacientes fallecidos en el ambiente del personal sanitario porque en el resto de los países del mundo, el índice ha sido persistente al representar el 0.5% de todos los fallecidos, así sean de Tukusiapon.
En la foto los médicos que enfrentaron a la epidemia de gripe española en Caracas en 1918 en el Hospital Vargas bajo la estatua de él.
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EL CASO DJOKOVIC
Nicomedes Febres
Cuando joven jugué tenis muchas veces en un nivel bajo, más por el placer de hacer deporte que por competir y ciertamente fui un deportista del montón, pero eso no me importa. El tenis es un deporte de mil detalles y por milímetros las bolas entran o salen de la raya, o tropiezan con la malla, o a las raquetas se le aflojan las trenzas. Además creo en el equilibrio entre la mente y el cuerpo y al final, uno solo compite consigo mismo, pero hay mil cosas más interesantes para competir que jugar tenis, que es un deporte entretenido y agotador. Por supuesto, mi jugador favorito fue Jimmy Connors, que era una suerte de Rocky Marciano del tenis que salía a resolver rápido, pero no es un deporte justo porque según sus reglas no importa que la gente muy alta tenga demasiada ventaja. Pero el caso de Djokovic en Australia plantea un caso muy interesante como es el conflicto entre los derechos individuales versus los deberes sociales. Por supuesto, cada juez determina cual es la prioridad y presumo que los anglosajones le dan prioridad a los derechos individuales y por eso el juez decidió darle la razón al jugador. Por el contrario, las otras culturas prefieren aprobar la decisión del gobierno de Australia y exigir la vacuna al indiciado. El problema se complica más cuando el caso se refiere a un ídolo deportivo que se supone crea opinión pública y así se crea un precedente donde todos aquellos que no quieren vacunarse tienen el caso Djokovic para su defensa. Porqué Djokovic puede dejar de vacunarse y Juan Bimba debe vacunarse? Eso también es un argumento en este caso. Mi posición es simple: te vacunas o te vacunas. Quieras o no. Si fuese una apendicitis el señor Djokovic puede hacer con su cuerpo el florero que le apetezca, pero en una pandemia no debe exponerse para contagiar a los demás. No veo por ningún lado el problema ético de obligar a la gente a vacunarse. En tal caso se aísla y no sale de su casa hasta que pase la pandemia. Se abre el debate.
Hace un siglo en Caracas y sus alrededores se practicaban varios deportes, desde beisbol o futbol hasta actividades que hoy están casi desaparecidas como son la cacería, el ciclismo hasta los alrededores de Caracas o las bolas criollas. Mientras crecían los deportes venidos de Norteamérica o Europa como beisbol, boxeo o futbol. Sin embargo persistió uno en particular como lo es la cacería. Nadie puede saber cuál era el más popular, pero si es por la frecuencia en las fotografías presumiblemente lo era la cacería donde solo participaban hombres, incluso hay imágenes de mujeres haciendo ciclismo, baloncesto o tenis donde reinó una hermana de la señora Caldera como fue Andreína Pietri, la sempiterna campeona nacional y eso que había varios muy exóticos como la carrera anual de patines entre Caracas y La Guaira por la carretera vieja, siendo el promedio del trayecto de unas tres horas como reseña la información que es la foto del día.
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ANOCHE
Nicomedes Febres Luces
Ayer llegué a mi casa en la tarde vespertina y me dispuse a ver la tele pero me quede dormido hasta las nueve, lo cual es fatal para mí porque soy de poco dormir, así que me fui a la biblioteca y me dispuse a leer y ver mi archivo de fotos lo cual me entretiene y me obliga a pensar y a asociar ideas. Comencé con el álbum de Gómez casamentero, porque cómo le gustaba casar al hombre, no solo a sus hijas sino también a las hijas de sus allegados, incluso parece desplazar al novio en algunos momentos. Confieso que tengo varios álbumes de Gómez porque el hombre estaba omnipresente en el país durante su gobierno, al punto que el felizmente difunto parece un anónimo en estos años, al lado del benemérito en los suyos. Además aquella fue una época que tirios y troyanos desean olvidar por razones ancestrales distintas y por tanto es poco estudiada, pero nos construyó como nación. Sin embargo, la personalidad y los mitos del benemérito construyeron en buena parte el imaginario masculino de Venezuela durante el siglo XX. Tampoco me meto en la parte política sino en la vida social de ese entonces, desde los más ricos hasta los más pobres, porque nuestros pobres son los olvidados de la historia y de la vida social. La cosa es tan asombrosa que hasta de la gallera de Maracay hay una foto donde está sentado Gómez en una suerte de trono viendo el espectáculo y que será la portada de mi libro sobre la Historia de las peleas de gallos en Venezuela que debe salir este año y se llamará El Último Rito Feudal porque este mundo nuestro es aún un mundo feudal y mientras no entendamos a ese otro país se sucederán los difuntos gobernando en Venezuela, pues la primera norma para derrotar al enemigo es conocer al adversario, en este caso el país que votó por el chavismo, que no significa ni perdón ni olvido.
La foto del día es una foto icónica pese a ser poco conocida y que molesta a mucha gente que la suelte para el consumo del público. Aparece allí en el desfile militar con motivo de la inauguración del Arco de Carabobo y el Centenario de la muerte del Libertador. Está en ella el general Gómez y el general López Contreras que lo sucedió en el poder y ambos en la parte trasera del vehículo presidencial. Una imagen con mucho piquete porque dice cuales eran los planes sucesorales del benemérito.
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LOS MÉDICOS DEL BENEMÉRITO
Nicomedes Febres Luces
Ayer el colega y amigo Eduardo Puertas me pidió que cuente sobre los médicos del Benemérito general Juan Vicente Gómez y si había buenos médicos simpatizantes de él. La pregunta es suculenta, en especial si los comparamos esos médicos con los médicos del difunto y los actuales galenos anónimos. Ambas, las dos largas tiranías que hemos padecido. Afortunadamente el doctor Gabriel Briceño Romero, de quién nunca fui amigo, nos legó un excelente libro titulado Patobiografía del General Juan Vicente Gómez, uno de esos libros breves, interesantes y poco densos que narran momentos y hechos precisos, como fueron los últimos días del enfermo. El general, un hombre robusto y sano se creía eterno y su médico de cabecera era su yerno el doctor Méndez Llamozas. Estuvo dos veces enfermo grave, una a finales de 1921 por una retención urinaria causada por la hiperplasia prostática que sufría por la que fue visto por los doctores Rafael González Rincones, Samuel Darío Maldonado y Adolfo Bueno quienes le sondean la vejiga y aplican irrigaciones para minimizar la infección urinaria y cataplasmas de trementina. Luego de una breve gravedad mejora al punto de irse de temperamento en tren hacia Ocumare de la Costa, estableciéndose allí con toda la corte. Para las siguientes retenciones de orina los sondajes se lo aplicaban sus médicos de cabecera Méndez Llamozas y Adolfo Bueno, hasta que en una retención urinaria ulterior ambos médicos no pudiendo resolverlo y llamaron a Henrique Toledo Trujillo recién llegado al país y quien pudo sondearlo con una sonda metálica rígida. Superado el bache, siguió el enfermo dando traspiés hasta 1935 acosado por las dos enfermedades: la hiperplasia prostática y en los exámenes de sangre con las novedosas técnicas del laboratorio del doctor Pedro del Corral se le encontraron una diabetes y una elevación de los niveles de urea que hacían temer una insuficiencia renal en progreso por la diabetes. Un mes antes de su muerte se realizó en Maracay una junta médica a solicitud de su yerno Méndez Llamozas, con Rafael y Pedro González Rincones, Julio de Armas, Henrique Toledo Trujillo, López Rodríguez, Pedro del Corral, Franz Conde Jahn, Samuel Niño y Enrique Márquez Iragorri, que creo era el padre de los Márquez Reverón, y luego de una leve mejoría que le permitieron pasear en los corredores exteriores de la casa para que los rumores políticos amainaran, entró en una crisis terminal el 12 de diciembre llevándolo al borde de la muerte el día 15 de diciembre falleciendo el 17 de ese mes de 1935. Durante esa gravedad final amarró los asuntos del Estado en las manos del general López Contreras y sus asuntos personales en manos de sus hijos Juan Vicente y Florencio. Sus últimas palabras fueron para su compadre y a veces chofer Luis Branger cuando preguntó la fecha de ese día y al saber que era el 17 de diciembre de 1935, solo dijo: Änjá, anjá, que bueno, que bueno y murió, según cuenta el doctor Briceño Romero.
Lo lógico es presumir que los poderosos tienden a rodearse de los más afamados médicos del país, no obstante no ha sucedido bajo este régimen, o por lo menos yo no lo sé, pero hasta que estuve al tanto de esos asuntos puedo decir que ningún médico venezolano serio y competente ha sido médico del actual poder en Venezuela. Tampoco ningún simpatizante, y si lo es, es un vagabundo. Un par de médicos que han sido ministros de salud han terminado fugados por haberse robado los reales. El único competente de ellos fue Salvador Navarrete, quien le recomendó al difunto que dimitiera por causas de su salud y en la noche siguiente debió salir escapado para España, donde hoy ejerce con éxito, pues habían dado la orden de detención en su contra. Chavismo y competencia son antagónicos.
En la foto el libro del doctor Briceño Romero.
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LA DÉCADA PRODIGIOSA
Nicomedes Febres
La década de los años 1920 en Venezuela fue ciertamente una década prodigiosa por varias razones, primero la aparición real del petróleo en nuestra cotidianidad para mejorar el nivel de vida de la población pese a que todas las concesiones fueron otorgadas al gomecismo, lo que permitió crear una nueva burguesía, distinta a la burguesía tradicional vinculada a la agricultura, la ganadería y el comercio. Pero la historia oficial del petróleo esta deformada, pues esto de enaltecer y crear un monumento del pozo Zumaque de 1914 no pasa de ser una faramallería histórica de nuevos ricos pues era un pozo de poca producción, cuando el verdadero reventón histórico fue el de los Barrosos en 1923 en el poblado zuliano de Santa Rosa que produjo miles y miles de barriles de petróleo por día, lo que hizo que vinieran los extranjeros a hacer dinero fácil mientras sacaban crudo de las entrañas y las riberas del Lago de Maracaibo. Las crónicas de la azarosa vida de los campamentos petroleros con prostitutas francesas y argentinas la cuento en mi libro de las putas y en el del petróleo titulado Arte y Parte del Petróleo aun en espera de editor. Las crónicas hablan de cómo corría el dinero en aquellos tugurios, donde los campesinos tradicionales devinieron en obreros petroleros en las nuevas ciudades creadas alrededor de los campos del petróleo. Lo otro determinante en los años veinte fue la entrada de la influencia norteamericana en nuestra sociedad después del final de la primera Guerra Mundial en 1918. Fue cuando los norteamericanos hicieron del Caribe un mar interior de su dominio, y de modo que el general Gómez siempre trató de tener con ellos la mejor relación posible al costo de la nueva riqueza petrolera. Pensaba Gómez que ya había superado el riesgo de la insurrección de los viejos caudillos locales con la construcción del ejército nacional. Esa influencia gringa determinante, a expensas de la tradicional influencia francesa que fue predominante en el siglo XIX, y que sustituyó la vieja influencia española venida desde la Colonia fue desde las modas hasta la introducción de las modernas tecnologías de allá: la radio, el cine, los modernos tocadiscos, la cocina a kerosén, las neveras, los carros como forma cotidiana de transporte y un largo etcétera. Todo sucedió o maduró en esa década prodigiosa y en el siglo XX, que fue nuestra época dorada, no hubo otra década igual en utilidad social en Venezuela. Lamentablemente esa historia fue digerida por la crónica periodística y no se ha presentado una visión de aquél mundo cambiante.
De esa época es la foto del día realizada por Henrique Avril donde se ve en la plazoleta de la ciudad de Puerto Cabello frente al edificio de la aduana a una estación de gasolina de las primeras en Venezuela. Para viajar entonces en Venezuela se necesitaba comprar bidones de gasolina en las carretas o en algunos quioscos del camino, de lo cual tenemos fotos.
Fuente:
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