LA MUCHACHA DE SARTENEJAS Y EL ONCE ABRIL
Guido Sosola
Nadie supo de
ella, hasta que hubo el acto de graduación de Sartenejas para poner en
evidencia a todo el establishment, sin
excepción alguna. Hizo lo que no, la dirigencia estudiantil que no ha dicho ni
pío encaminada al asueto de la Semana Mayor, al igual que la adulta que trató
de contactarla para una gráfica de ocasión: una estudiante de oficio exclusivo,
demostró tener plena consciencia del tiempo que le ha tocado, respondiendo
exacta y oportunamente a la hora.
No la dejaron regresar al auditorio
que la esperaba para aplaudirla, reconociendo solemnemente su elevada
calificación académica. Se agigantó
frente al resto de los graduandos que no debieron volver en señal de protesta, y
la Gabriela Álvarez de una espléndida sonrisa, trascendió en la magnífica
fotografía con sus padres, después de retirar el título por Secretaría.
A Jóvito Villalba, Rómulo Betancourt
y el resto de los jóvenes que protestaron a Gómez por un ardid carnavalesco, no
los conocía el país, aunque sí un poco más a Raúl Leoni, presidente del gremio
estudiantil ucevista. Cursantes de
primer año de la carrera, sin militancia partidista, como el resto de la oposición
adulta no lo hizo, transmitieron un genuino mensaje de rebeldía que le dio
oxígeno al país por entonces sojuzgado.
La muchacha de Sartenejas incurrió
en una gesta semejante, independiente que luego desee hacer o no política,
porque demostró – ante todo – tener condición y vocación ciudadana. Y, aunque
era seguramente una niña que aún no ingresaba al pre-escolar, nos habló del 11
de abril de 2002, de los agentes de la Policía Metropolitana que fueron
apresados por salvar vidas, muriendo algunos bajo injusta prisión, y de los
millones de venezolanos, dentro y fuera del país, que no cesan de luchar por la
libertad.
Habló de ciudadanía, empinándose en
un acto académico que, sin saberlo, conmemora por breves minutos el 20
aniversario de unos hechos francamente
indecibles. Algo muy distinto se asoma y la arquitecto Álvarez es señal
cierta de ello.
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