Guido Sosola
Es inevitable
referirse a Jesús Sanoja Hernández, notable periodista, febril ejercitador de
la memoria histórica. Y quienes tenemos una arraigada afición por el pasado, lo
recordamos al glosar su texto “Paradojas: 13 de marzo” (El Nacional, Caracas,
13/03/1975), Sin dudas, con todo el
respeto que nos merecen, contrastante con los frecuentes redactores de los
tales día, como hoy.
Un día 13 de
marzo de 1904, recuerda Sanoja Hernández, desde Guanare escribe el jefe de
Operaciones al general Cipriano Castro, considerándose como su hijo en una
carta llena de todos los halagos. No imaginó
el cronista, cuán lejos llegó eso de ser hijo del ocupante de Miraflores, en el
presente siglo, y que además hubiese sido seguro motivo de burla si alguien
comentaba algo parecido en aquellos años anodinos de los setenta.
Semejante día
y mes, pero de 1937, López Contreras decreta la expulsión de la joven
dirigencia asociada a la doctrina comunista, como Rómulo Betancourt, José
Antonio Mayobre, Gonzalo Barrios, Hernández Solís, Oropeza Castillo, Ramón
Quijada, Jóvito Villalba. Para quienes todavía juran que don Eleazar fue el
padre de la democracia, como lo celebró Alfredo Tarre Murzi con un libro delos
ochenta de un gran éxito, les recomendamos ver un capítulo del libro de Juan
Carlos Rey, “El sistema de partidos venezolana, 1830-1999”,publicado por la
Católica en 2009, sobre el período predemocrático del siglo XX.
En 1941,
Rómulo Gallegos publica una carta donde ratifica su aspiración presidencial,
aclarando que “Venezuela entera sabe qe yo no soy comunista”. Seguramente,
Jesús Sanoja hubiese recordando a aquél otro grito de guerra de 1983, aunque
electoral: “Venezuela entera necesita a Caldera”, comprobado que diez años
después si lo requirió.
El exacto día
y mes de 1943, sabe de la aprobación de la Ley de Hidrocarburos con el voto
salvado por Juan Pablo Pérez Alfonzo. ¿Un voto histórico de la minoría
parlamentaria por sí mismo, o que se hizo tal porque la historia la escriben
los vencedores?
En 1951,
Enrique Bernardo Núñez gana el Premio Nacional de Periodismo, como el mejor columnista, y Marco
Autrelio Rodríguez del reaccionario periódico La Esfera. Por muy dictablanda que fuese, siempre es
paradójica la premiación de periodistas po los regímenes de fuerza.
Por 1960, intelectuales como Guillén, Carpentier y
Marinello, se solidarizan con la revolución cubana luego de la voladura de Le
Coubre, al mismo tiempo que el ala de izquierda de Acción Democrática denuncia
una abierta hostilidad de la llamada Vieja Guardia y el grupo ARS. Falta poco para el nacimiento de Acción
Democrática de Izquierda, rápidamente convertida en Movimiento de Izquierdo
Revolucionario (MIR), y alrededor de diez años para el llamado caso Heberto
Padilla que contó con la indiferencia de don Alejo.
Aquella vez de
1961, Bazikin, embajador soviético en México, pasa por Caracas y recuerda que
la Rusia pre-revolucionaria apenas producía 3 millones de toneladas de
petróleo, bajo el control de tres
empresas extranjeras, mientras Kennedy creaba la Alianza para el Progreso que
fracasó en América Latina. Como vemos,
podía el embajador transitar por Caracas, y, cierto, fue lamentable que
fracasara el plan estadounidense, siendo una excepción respecto a la atención
que merecía la región.
En 1962,
prospera el voto de censura contra el ministro de Relaciones Interiores, Luis
Augusto Dubuc al prohibir la radiodifusión de las sesiones del Congreso. No ha
debido hacerlo, e dirá, pero basta con ver toda, absolutamente toda la prensa
de la época para saber cuál era el interés táctico y estratégico de los
operadores cubanos en Venezuela.
Por 1966, VPN
autoriza a sus militantes a promover la unidad de las izquierdas. Por algo la
calificó Sanoja como una “utopía en el reino de petrolandia”, camino a la
derrota política y militar definitiva que habían anunciado las elecciones de
1963 para los insurrectos.
El hecho del
día 13 de marzo de 1969, lo despacha Jesús con aquello de “se van los blancos y
llegan los verdes”. Hoy, la alternabilidad en el poder no sólo de Venezuela,
sino de América Latina es, o tiende a ser , cosa rara.
Tal día como
hoy, en 1971, Carlos Andrés Pérez asegura que los guerrilleros intervinieron en
el secuestro del niño Taurel; en 1974, se van los verdes y llegan los blancos;
y, en 1978, el cronista deja constancia de un incomprensible dicho de Pérez,
quien se despide del poder: “el continuismo es cosa del pasado y que Venezuela
ama su pasado”. Como vemos, el adeco siguió dándole lidia a los subversivos,
aunque importa chequear ese quinto mensaje que dio ante el Congreso en su – por
entonces – larga e insospechada carrera
presidencial.
Como
corolario, el periodista termina con una
frase de Juan Liscano de abril de 1962: “Los venezolanos hemos sido siempre
Caínes”. Y, el suscrito, no puede quedarse atrás, recordando que Arturo Uslar
Pietri se ufanaba en 1948 de dar clases en una universidad venezolana, obligado
al exilio en desde 1945, mientras que los autores del Plan de Barranquilla de
1931 sólo montaron una frutería. Y, acotemos, el sábado 11 próximo pasado, se
cumplió una década del deceso de Simón Alberto Consalvi, recomendando
ampliamente la larga entrevista que le hiciera el periodista Ramón Hernández
para la Editorial Alfa, en 2012.
Gráfica: Publicada por Tomás Straka en su cuenta facebookeana.
13/03/2023:
https://www.lapatilla.com/2023/03/13/guido-sosola-tal-dia-como-hoy-13-de-marzo/

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