¿DE UNA CRISIS INTRADUCIBLE?
Luis Barragán
Presumimos las
varias etapas de la enseñanza de idiomas en el país, obviamente, distintos al
español. De las muy exclusivas clases particulares y de las escuelas privadas
que impartieron el inglés y el francés en el intento de universalizarnos,
adoptados más tarde por la programación educativa del Estado, añadido el latín
y el griego, hasta la desaparición de todos en el aula escolar, excepto aquel
oficialmente mantenido que no cuenta ya con suficientes docentes para sobrevivir
ni siquiera como oficio.
Una doble y
triste paradoja viene a colación: por una parte, el aprendizaje de un idioma
extranjero durante los años consecutivos del bachillerato con resultados tan
deplorables, al mismo tiempo que la extraordinaria cuantía de la diáspora
indica que nunca hubo tantos venezolanos contemporáneos con el dominio de una o
más lenguas. Y, por otra, reivindicando el principio de subsidiariedad, muy
antes del consabido exilio masivo de los paisanos, hubo una extraordinaria y
sostenida oferta del sector privado, muy variada, asequible y de convincente
calidad en la enseñanza de idiomas como ya no existe. Sin embargo, nos
permitimos agregar la otra y múltiple ironía socialista del siglo XXI.
En efecto, el
aprendizaje de idiomas también requiere de altos y estrictos niveles académicos
y, no por azar, desde mediados de los setenta del veinte, contamos con la
escuela de Idiomas Modernos de la Universidad Central de Venezuela y de la
fundación que ayuda a su sustento, pero – pocos días atrás – nos enteramos de
la razonable protesta de estudiantes y profesores ante el Consejo de la
Facultad de Humanidades y Educación, en
demanda del definitivo nombramiento de un director de la escuela, la
transparencia en el manejo de los recursos, la disposición de espacios
adecuados y propios, entre otros señalamientos, como deducimos de un comunicado
suscrito responsablemente por catorce profesores, y las redes sociales incluida
la cuenta de la profesora @YoyianaAhumada.
La escuela de
Idiomas Modernos apunta a un drama que no requiere de subtítulos para
comprenderlo, padecido por todos.
Seguiremos atentos, porque más adelante el peligro estará en enmudecer,
desespañolizándonos a favor de las consignas oficiales y la consiguiente jerga
a que da ocasión.
Fotografías: Tomdas de la cuenta facebookeanas de la prof. Yoyiana Ahumada.
24/02/2025:
https://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/42515-de-una-crisis-intraducible
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