lunes, 31 de marzo de 2025

¿Ganamos tiempo obviando el drama de las deportaciones?

DIÁSPORA, DEPORTACIONES Y AJENITUD

Luis Barragán

A Iruña Urruticoechea

Convengamos, el de nuestra diáspora es un complejo hecho social mal o insuficientemente diagnosticado y peor o deficientemente interpretado. Por consiguiente, ha impedido una definitiva configuración como hecho político con las implicaciones y el liderazgo correspondiente que, además, trascienda a las meras perturbaciones ocasionadas en el medio diplomático.

La premisa puede explicar la fallida propuesta sobre un gobierno de cohabitación para nuestro país, formulada tan sorpresiva como contradictoriamente en 2022 por Luis Almagro, por entonces, secretario general de la OEA; el fracaso del llamado Grupo de Trabajo para la Crisis de Migrantes y Refugiados Venezolanos del organismo interamericano que, ahora, concluye con la asombrosa y consabida deportación de los connacionales a Guantánamo y El Salvador; y, faltando poco, con el silencio del sector dirigente de los no menos connacionales, que hace vida en el norte y en el centro continentales. Principios como el derecho a la defensa y el debido proceso, nos llevan a discrepar de la administración Trump respecto a las medidas que facilitan los vuelos de repatriación y la bulliciosa campaña del oficialismo, cual Sassá Mutema, el salvador de la vieja telenovela brasileña que acá gozo de una altísima sintonía.

Angustia y mucho, porque hemos convertido en hábito y tradición aquello de pasar la página con el ilusorio propósito de resolver el problema, escondiendo debajo de la ya abultada alfombra errores y negligencias harto repetidas: más allá o más acá del conflicto entre los diferentes órganos del Poder Público que escenifica el Distrito de Columbia, urge el más elemental seguimiento sobre las consecuencias de la valiente decisión adoptada por el juez federal James E. Boasberg para la orientación de nuestra paisanidad transterrada y sus familiares. Es necesario atender un caso tan paradigmático de inevitables proyecciones a través de una comisión política de la oposición que, por lo menos, condense la información generada principalmente por los despachos ejecutivos de Washington y el de los estados más importantes por el número de compatriotas que lo habiten; huelga comentar, no se requiere de una carga burocrática, afamando a los pretendidos asesores que terminan siendo aún más republicanos y demócratas venezolanos que los propios republicanos y demócratas estadounidenses, comprometiendo la línea concebida, consensuada y desarrollada por la dirección unitaria de Caracas.

Un mínimo ejercicio de sociología política, aconseja que los comisionados sean – precisamente – políticos de oficio y experiencia, capaces de realizar el trabajo por una profunda convicción personal e ideológica, ya que nuestra copiosa emigración, por variadas circunstancias, proporcionalmente no cuenta con el número necesario de dirigentes, siendo subutlizados aquellos procedentes de los partidos democráticos, añadidos los que están bajo anonimato después de salir del país. Hay personas de buena fe que intentan hacer el trabajo, aunque carecen del conocimiento y la destreza indispensables para un desempeño al que nunca se atrevieron en el terruño, creyéndolo propio del relacionista público que no ha encontrado qué hacer ante las deportaciones en cuestión.  

Por estas latitudes, el continuismo agravará el problema de las migraciones: externamente, en las dimensiones ya conocidas de imposibles postergaciones luego de varios años; e, internamente, con los desplazamientos en un territorio fundamentalmente inseguro. Y, al respecto, el asunto nos lleva a constatar las observaciones que ha hecho Leonardo Padura en su más reciente libro (“Ir a La Habana”, Tusquets, Barcelona, 2024), con una ciudad de multiplicados carteles que anuncian la “venta” de la casa para cumplir con el sueño de huir de la isla, extendido un sentimiento de ajenidad entre quienes permanecen en la ciudad, más aún frustrados todos los proyectos: “Junto a esas ruinas, La Habana de hoy exhibe otros rostros que acentúan esa sensación de extrañamiento o «ajenitud». El florecimiento de pequeños negocios privados es una de esas señales: desde cafeterías y establecimientos de cierto lujo hasta candongas callejeras de resonancias tercermundistas. En las casas, mientras tanto, ahora pululan los carteles ofreciendo la venta de inmuebles que nadie compra…” (231).

Collage: LB.
01/04/2025:

domingo, 30 de marzo de 2025

Urbe et urbe

DE LA CIUDAD SOCIALISTA

Luis Barragán

A principios del presente año, Leonardo Padura estuvo en México; específicamente, Guadalajara y Coyoacán supieron de sus conferencias en torno a la más reciente obra, resueltamente citadina (“Ir a La Habana”, Tusquets, Barcelona, 2024), y al vigésimo aniversario de la primera edición de ”El hombre que amaba a los perros”, publicada por el mismo sello editorial. Y, es de suponer, nos enteramos gracias a las redes digitales frecuentemente curioseadas, en la que el extraordinario novelista tuvo a magníficos entrevistadores que, no luce tan obvio en este lado del mundo, lo han leído.

En el siglo XX venezolano, esta celebridad de las letras hubiese compartido entre nosotros su última entrega, por ejemplo, dictando alguna conferencia en una universidad del patio con la protesta de los encapuchados (eso sí, muy estrictos con el horario, siempre que fuese un día jueves o viernes), con portada en la revista Resumen, y entrevistado útilmente en la televisión comercial (quizá por Carlos y Sofía Rangel). Empero, estamos en el XXI del que ya no sabemos si más adelante, en México, se admitirá una interlocución tan libre para el padre de Mario Conde, como la ha gozado ahora.

La capital cubana es contada con nostalgia, perspicacia, rabia, amabilidad, impotencia, y también esperanza, por el nativo que la ha tenido por siempre en sus tinteros. Y, tal como ocurre con la capital venezolana que la ha imitado, siendo el epicentro político del país, está caracterizada por un deterioro que no tiene límites, preguntándonos cómo serán las condiciones no menos reales de los caseríos, pueblos y ciudades del interior.

Algo más que una crónica, hay reminiscencia de la ciudad litoralense que fue convincentemente cinematográfica, otro ejemplo,  y para ello cita las estadísticas correspondientes (56 s.), pero igualmente lo fue la ciudad del cerro El Ávila, incluyendo la diversidad de películas distintas a las procedentes de Estados Unidos, con sendos espacios convincentemente culturales, gastronómicos, recreativos y deportivos. Leemos con un sentimiento de tristeza el libro digital (incómodo, sin dudas), como si fuese una carta astrológica de la ciudad venezolana que es, no faltaba más, tanto o más socialista que la cubana,  al modificar sus propios símbolos de origen.

Valga esta nota final: “Entre un pasado congelado pero visible en una ciudad que físicamente se estancó hace sesenta años y un presente en evolución hacia una sociedad de formas y relaciones extrañas, La Habana vive su presente y mira con suspicacia hacia un futuro de momento impredecible... La Habana se ofrece entre la nostalgia, con sus símbolos sobrevivientes, y sus nuevos sitios de altas exigencias económicas, aunque siempre pasando por el espacio democrático y popular del muro del Malecón, sobre el que cada noche se sienta el corazón más verdadero de Cuba” (135 s.).

31/03/2025:

https://opinionynoticias.com/opinioncultura/42688-de-la-ciudad-socialista

Caza de citas


"Quizá, ya abajo, alzó la mirada hacia mis balcones por si acaso yo estaba allí, resguardada tras las cortinas. Quizá dio unas vueltas por la ciudad y regresó varias veces. Pero no, no pudo encontrarme porque la casa siguió vacía. Las luces apagadas, la radio apagada, las copas en el aparador, ningún movimiento. Y, por eso, yo tampoco pude guardar en mi memoria esa última estampa del hombre que llenó mi vida en aquel tiempo raro, el compañero imprevisto al que nada me unía, ni la lengua ni la patria ni el pasado ni el presente. Y el futuro, mucho menos"

María Dueñas

("Por si un día volvemos", Editorial Planeta, Barcelona, 2025:291)

Ilustración: Franck Gerard. 

Noticiero retrospectivo

- Alberto Arteaga Sánchez. "¿Es delito pinchar un teléfono?". Economía Hoy, Caracas, 10/04/00.

- Jorge Olavarría. "Política de la alpargata". Elite, Caracas, nr. 2112 del 28/05/66.

- Jesús Sanoja Hernández. "!Desestabilización, conspiración!". Tribuna Popular, Caracas, 15/05/86.

- Manuel Caballero y la candidatura de Octavio Lepage. El Diario de Caracas, 19/06/87.

- Eduardo E. Soto (SJ) y las irregularidades del Registro Electoral. SIC, Caracas, nr. 680 de 12/05.

Fotografía: Edificio Galipán, Caracas. Tomada del grupo facebookeano Caracas Antigua. 

De una necesaria especialización política

LA VOCERÍA DEMOGRÁFICA

Luis Barragán

El de la diáspora venezolana, es un problema y un trauma que resolveremos a mediano y largo plazo aun cuando superemos las actuales y consabidas circunstancias del país. Muchos suponen que la solución inmediata y automática, acaso integral, será la del regreso masivo y de un poderoso simbolismo a través del aeropuerto internacional de Maiquetía y el suelo no menos patrio diseñado por Carlos +10.

El impacto demográfico ha sido demoledor, sobre todo por las generaciones más jóvenes y los sectores de una alta calificación académica. No todas las cifras disponibles son congruentes y confiables, sumadas las migraciones o desplazamientos en el propio territorio nacional de consecuencias en buena medida desconocidas.

Huelga comentar las causas que auspiciaron el inédito fenómeno, por lo menos, las que gozan de una generalizada apreciación, aunque – sospechamos – las respuestas específicas y concretas, más acá o más allá del cambio de régimen, faltan. Y es que, sentimos, la materia no ha llegado a los predios de la política, lo político y los políticos, siendo tanto o más importante que el asunto petrolero, por ejemplo.

Una pequeña consulta realizada entre varios amigos, señalan varios nombres de expertos del drama venezolano que, posiblemente, juzgamos, puede – trastocándose -  abrir las puertas más generosas a largo plazo en términos de progreso social y económico.  Todas las muestras informales las encabeza Tomás Páez, meritorio sociólogo y precursor investigador, seguido por Anitza Freitez e Iván de la Vega; seguramente, habrá otros de una notable y, a la vez, humilde labor.

Lo cierto es que, a pesar de cargar con un problema de varios años y de tanto peso, no cuenta con nombres equivalentes en el mundo político que se les reconozca como tales, autorizados para ejercer una vocería seria, responsable y convincente. Aclaremos, seguramente Rómulo Betancourt nunca supo ni tenía por qué saberlo, de los más acuciosos detalles técnicos de la exploración, perforación, extracción, almacenamiento, comercialización, distribución, transportación y refinación del petróleo, pero sí destacó por profundizar y acertar en la materia sabiéndola conjugar con otra mucho más exigente y arriesgada: la política.  A buen entendedor, … ni que lo fajen chiquito.

Gráfica: Carlos Cruz Diez, aeropuerto internacional de Maiquetía. Tomada de la red.

30/03/2025:

https://www.lapatilla.com/2025/03/30/luis-barragan-la-voceria-demografica/#google_vignette

sábado, 29 de marzo de 2025

Volver y encontrarlo

SENTIR QUE DIOS NOS QUIERE

(San Lucas, 15: 1-32)

José Enrique Galarreta

De las tres parábolas que se contienen en el capítulo 15, solamente la oveja perdida tiene un paralelo en los sinópticos (Mateo 18.12), y una amplificación en "El buen pastor" de Juan 10. La moneda perdida y el hijo pródigo están sólo en Lucas, y produce sorpresa que estos mensajes que nosotros consideramos tan reveladores de Jesús no aparezcan en ninguna otra parte. Los expertos más radicales llegan a afirmar que la parábola del Hijo Pródigo sea una amplificación redaccional lucana sobre la línea general del perdón expresada por Jesús. Pero esta teoría no ha tenido apenas aceptación.

Como todas las parábolas, están tomadas de la vida cotidiana y buscan la identificación del auditorio (¿quién de vosotros?). Su contexto vital es la permanente discusión con los fariseos y escribas, que reprochan a Jesús su trato con pecadores. En este sentido, la situación vital es la misma que la del banquete en casa de Leví, y su mensaje es el mismo de "no tienen necesidad de médico los sanos sino los enfermos", con su velada ironía respecto a los "sanos".

Las dos pequeñas parábolas, de la oveja y de la moneda son paralelas, tienen el mismo mensaje. Llama la atención en ellas la pasividad del encontrado (la oveja, la moneda). No son parábolas de conversión sino revelaciones del corazón de Dios.

Son, por otra parte, parábolas paradójicas, especialmente para aquellos a quienes se dirigen - fariseos y letrados - porque ofrecen una imagen de Dios sorprendente para su mentalidad. Los escribas y fariseos que aparecen en los evangelios representan una religiosidad perfectamente razonable: Dios está con los buenos, los buenos son los que cumplen la ley de Dios, nosotros cumplimos la ley de Dios, nosotros somos los buenos, Dios está con nosotros. Lo más que se puede pedir de Dios es que esté dispuesto a recibir al que se convierte.

Jesús va más allá. El pastor y la mujer preocupados por lo que han perdido son una imagen de Dios más atrevida. No es que Dios esté dispuesto a recibir al pecador "si se convierte", sino que Dios es un activo buscador de algo suyo que ha perdido.

Una vez más, Jesús está desmontando la imagen de Dios-Juez. Nada más opuesto a la imagen del juez que la figura de la mujer pobre que se vuelve loca de alegría al encontrar su monedilla hasta el punto de hacer el ridículo alborotando a toda la vecindad por algo tan insignificante. Esto nos lleva a dos consideraciones.

En primer lugar. Nuestra fe se basa en la Palabra. Conocemos de Dios lo que Dios ha dicho de sí mismo. Pero nuestra mente es orgullosa, y se permite definir a Dios y especular sobre Dios. Puede hacerlo hasta cierto punto, pero puede engañarse y crear ídolos, dioses a su imagen y semejanza.

El problema está en que no comparamos las creaciones de nuestra mente con La Palabra, para verificar si acertamos, sino que sometemos la Palabra a las creaciones de nuestra mente. Y así llegamos a la definición de Dios como Juez Misericordioso (juez más bien blando).

Pero Jesús no habla de Dios juez en el sentido jurídico judicial. Las imágenes de estas dos parábolas lo dejan muy claro. Tampoco hace Jesús definiciones de Dios en sí, sino de cómo se porta Dios con nosotros. Pero nuestra razón investiga sin descanso la esencia de Dios, hasta el punto de que las mayores fracturas de la Iglesia se producen en este campo, y nos hemos rechazado como herejes ante todo por cuestiones de comprensión de la esencia divina. ¿No sería importante, quizá necesario, volver a una teología más evangélica y menos elucubrativa?

En segundo lugar. Jesús propone estas parábolas para defenderse de una acusación de los fariseos y letrados. Jesús justifica su propia actuación. Come con pecadores porque quiere rescatarlos. Toma la iniciativa del médico que se acerca al enfermo porque el enfermo le necesita, porque quiere curar.

Nosotros entendemos así muy bien el corazón de Jesús, sus sentimientos, su actitud ante las personas. Y nuestra fe consiste en subir desde ahí hacia Dios. No pensamos que Jesús es así simplemente porque es un buen hombre: creemos que Jesús es así porque está lleno del Espíritu de Dios.

Por eso, el que ve a Jesús ve cómo es Dios. Creemos que Dios es así porque lo vemos actuar en Jesús. Este es un pilar de la fe cristiana: Jesús revelación de Dios. Es al revés que el ingenuo planteamiento del libro del Éxodo, cuando Moisés aplaca a Dios airado, o el del Génesis, cuando Abrahán regatea con Dios por la salvación de los pocos justos de Sodoma. Dios es el bueno: Jesús es bueno porque el Espíritu de Dios estaba con él. El Padre es el Salvador: Jesús es salvador porque se parece a su padre. Jesús es capaz de dar la vida porque el padre es capaz de dar la vida, y no, desde luego, porque el Padre exija sangre para aplacarse.

Es de radical importancia que reflexionemos cómo nos sentimos ante Dios. En muchos de nosotros predomina la sensación de siervo de un Amo Poderoso a quien hay que obedecer. Si esto es así, no hemos recibido la Buena Noticia, la mejor de las noticias: Dios te quiere, y está dispuesto a cualquier cosa por ti. Toda la vida espiritual de un cristiano nace de aquí: sentirse querido por Dios, como nos sentíamos queridos por nuestra madre. Sin esta base, toda nuestra vida espiritual se ve falseada, y nuestra relación con los demás también.

Si el Primer Mandamiento es amar a Dios y al prójimo, esto significa que o fundamos todo, nuestra relación a Dios y a los demás, sobre el amor, o no hemos entendido nada. Pero cada cosa en su sitio: el amor de Dios, saber, sentir que Dios me quiere, es la fuente. De ahí nace todo lo demás.

El amor de Dios no es una evidencia, es un acto de fe; a esta fe no podemos llegar con argumentos, no es una deducción de la lógica. A esta fe llegamos por la contemplación de Jesús, sólo así. Y es la esencia de la fe: creo en Jesús significa que me fío de él y acepto a Dios como él lo muestra, en sus palabras y en sus acciones. Y nosotros, cristianos viejos, seguimos oyendo la invitación primera de Jesús: "convertíos", cambiad, cambiad de Dios, abrir el corazón al amor de vuestra Madre.

Esto es aún más importante en nuestras situaciones de fallo, lo que llamamos pecado. La reacción normal de un cristiano normal es ante todo apartarse, sentirse indigno de acudir a Dios. La reacción normal es también sentir la necesidad de pedir mil veces perdón a Dios, la necesidad de pagar, de expiar. Una vez más, convertíos, cambiad: si estás enfermo, acudes rápidamente al médico. Dios madre, médico, pastor que recorre el monte en busca de la oveja, mujer que se afana en buscar la moneda... Es fuerte decirlo, pero sentirse pecador es la situación privilegiada para acercarse a Dios.

Una aplicación importante es nuestra concepción del sacramento de la reconciliación. Hasta tal punto lo hemos entendido con categorías del Antiguo testamento que le llamábamos "sacramento de la penitencia", porque dábamos más importancia a nuestra penitencia. "Sacramento de la reconciliación" suena mejor, pero aún parece que los dos amigos estaban enfadados. Se podrían usar otras fórmulas: sacramento del encuentro, sacramento del abrazo, sacramento del regreso... Cualquier cosa que sirva para entender y expresar que Dios no está enfadado, ni ofendido, ni airado, ni cosas de esas que decía el Antiguo Testamento. Dios está preocupadísimo, buscando afanosamente cómo sacarme del mal paso en que me he metido.

Y el sacramento no es un acto judicial en que un juez blando pasa por encima de la justicia y me perdona sin pagar nada. Es que me vuelvo a Dios y le encuentro, que me quiere como siempre, o más que antes, porque le necesito más. Hemos de recordar que el sacramento de la reconciliación no es para que Dios me perdone, sino para celebrar que Dios me perdona. No es una condición para que Dios me perdone, sino una fiesta porque Dios es siempre así y mis pecados no le hacen quererme menos sino más.

Fuente: 

https://www.feadulta.com/es/buscadoravanzado/item/1691-sentir-que-dios-nos-quiere.html

Ilustración: Egino Weinert.

Padre Peraza: https://www.facebook.com/871245462/videos/533150666558923

Monseñor Márquez: https://www.youtube.com/watch?v=WBluqMrH5H8

Monseñor Munilla: https://www.youtube.com/watch?v=orWFBq7K4Cs&t=32s

viernes, 28 de marzo de 2025

Reminiscencia de Camboya, pero ...

UNA PAGODA EN EL MARE MAGNUM DE LA INFORMACIÓN

Luis Barragán

En días pasados, apreciamos una formidable gráfica de un niño caminando unas esculturas consecutivas de monjes budistas en un templo de Trapeang Thma, provincia de Banteay Meanchey, Camboya.  Nos interesó inmediatamente la magnífica imagen de Tang Chhin Sothy (AFP/Getty Images), publicada originalmente con una tonalidad anaranjada por The Guardian (24/03/25), y, al día siguiente, sin identificar al autor, con una tonalidad amarilla, por La Vanguardia.

¿Cuál fue el interés, se dirá? Digamos, la supervivencia de la obra artística en el país de una ubicación tan propicia para toda suerte de conflictos bélicos, el rápido registro de autoría de la gráfica, y, lo que podría denominarse, el inmenso cementerio de la información digital.

Antes, habríamos tardado en conseguir información sobre los particulares a través de gruesos tomos impresos, acaso, disponibles en casa y quién sabe si otras enciclopedias más areditadas en una biblioteca cercana; ahora, las redes se encargan inmediatamente de reportarnos la novedad. No obstante, Camboya fue un nombre que tan familiar desde la infancia, muy raras veces ahora se lee y escucha: excepto las fuentes especializadas o académicas, a sabiendas que sólo son fáciles de conseguir las imágenes y textos ligeros de una mayor y consistente demanda de usuarios, transitamos y fallamos con un vasto y difícil cementerio digital.

En nuestros tiempos mozos, el país en cuestión era una trillada noticia al convertirse en el otro escenario de la guerra de Vietnam, ocasionando el genocidio de los Jémeres Rojos (Khmers Rouges, en francés; Khmer Krahom, en camboyano), entre 1975 y 1979, valga recalcar, tan injusta y terriblemente olvidado (casi dos millones de víctimas). Luego de los acuerdos de París en 1991, cesó la confrontación camboyano-vietnamita, brevemente conducida la nación por la Autoridad Provisional de las Naciones Unidas;  se estableció en Camboya una monarquía constitucional, aunque el Partido Popular lo gobierna desde 1997, tras un golpe de Estado, según la curiosa información de Wikipedia que da cuenta de un gran crecimiento económico en los últimos años, gozando de significativas inversiones extranjeras e importantes reservas petroleras y gasíferas todavía vírgenes dada una disputa fronteriza con Tailandia.

De una predominante población budista, explicamos no sólo la importancia de las pagodas en Camboya, sino su antigüedad y, gracias a la IA asociada a nuestra cuenta de correos, nos percatamos de una confusión informativa: Ang Trapeang Thma es una localidad establecida hace mil años, muy reconocida por su embalse. Luego, no encontramos rastro del templo y, lo que es peor, la fotografía que nos atrajo tanto es la de un sendero que no sabemos si conduce o no al inmueble, y, faltando poco, presuntamente tratamos de un estancia surcoreana.

De modo que nuestra intención original era la de rendir tributo a una pagoda que había sobrevivido con el tiempo, en una región de historial muy rudo, en contraste con la destrucción talibana de monumentos de antigua data en Afganistán, por citar un caso; o la recuperación de un país y el automático como universal registro de la autoría y propiedad de la gráfica. Pero, en el mare magnum comercial de la información incesante, repleta de contradicciones.

Una nota de divertimento, se hizo de inesperada indagación en menos de veinte minutos. Y, seguramente, quedará por ahí el tópico hasta que podamos aclarar definitivamente el asunto que afecta la credibilidad de los diarios ya citados.

Referencias:

https://x.com/thandojo/status/1904516950824562907

https://www.thenationalnews.com/news/2025/03/24/best-photos-of-march-24-laylat-al-qadr-in-iraq-to-wildfires-in-south-korea/

https://www.facebook.com/tang.sothy/

28/03/2025:

https://guayoyoenletras.net/2025/03/28/una-pagoda-en-el-mare-magnum-de-la-informacion/

lunes, 24 de marzo de 2025

El tiempo pasa ... ¿impúnemente?

DE LA ORGANIZACIÓN SOCIAL DE LA DIÁSPORA VENEZOLANA

Luis Barragán

Del país de las inmigraciones y solidaridades del siglo XX, hemos pasado al de las emigraciones y turbiedades del XXI. Ojalá no olvidemos pronto el - por ahora -  consabido drama de las deportaciones de venezolanos que arroja serísimas lecciones, desde suelo estadounidense, en beneficio lamentable de la anécdota que también suscita la desgracia ajena.

El desoído juez federal James E. Boasberg, quien decidió suspender el traslado de más de cien venezolanos a El Salvador, sin la audiencia o evaluación técnica correspondiente, está expuesto a las tensiones generadas por el Departamento de Justicia que, al parecer, le interesa más su destitución que la  apelación respecto a una medida incumplida. El magistrado en cuestión, actuó por iniciativa de la American Civil Liberties Union (ACLU), y, se espera, el asunto proseguirá su curso en atención a las personas – necesario subrayarlo –  inocentes remitidas a la megaprisión arrendada.a los salvadoreños.

Expuesta nuestra diáspora del norte a decisiones de tanto calibre, comprensiblemente se ha generalizado el temor y desasosiego por muy correcta que fuere la conducta personal asumida y, a pesar de las limitaciones, los justos intentan discutir y sugerir respuestas con la cautela que provocan los revueltos pecadores, entre los cuales evidentemente hay prófugos de la justicia e infiltrados. Boasberg (Chief justice for the U.s. District Court for the District of Columbia), incurso en la inevitable controversia política que solo le pide soluciones jurídicas, probablemente desconozca que los nuestros no cuentan con suficientes recursos para promover juicios similares, ni hacerse parte en el que ya corre, y, mucho menos, auspiciar y sostener una amplia campaña de recuperación del prestigio que juramos alguna vez ostentado por el gentilicio.

Resulta indispensable a todo evento que la diáspora socialmente alcance sendos niveles de organización y estructuración para afrontar cualesquiera vicisitudes que la afecten o pudieran afectarla, aunque haya dudas por algunas de las experiencias asociativas fallidas en uno que otro país. Luce difícil crear entidades de mutuo auxilio entre la densa paisanidad y, así como no tenemos noticias de los clubes recreativos instituidos a imagen y semejanza de los que conocimos de la inmigración fundamentalmente europea en Venezuela, tampoco es suficiente ni satisfactorio el índice de activistas voluntarios para lograr una convincente mancomunidad de responsabilidades, capaz de influir y orientar a la opinión pública.

Puede alegarse y con entera razón, la falta de tiempo disponible para una tarea altruista gracias a las muy exigentes que procuran la supervivencia económica, pero se hace cada vez más apremiante la adecuada concertación de esfuerzos, el impulso de un debate creador, el hallazgo de fórmulas organizacionales, y el temple para encarar y superar coyunturas y situaciones de las que escapan muy pocos, como está harto comprobado. Convengamos, ya son muchos los años de una sostenida migración que amerita de una cierta y confiable institucionalidad.

Reproducción: James E.Boasberg, según Carolyn van Houten (The Washington Post, 22/03/2025).

25/03/25:

https://www.elnacional.com/opinion/de-la-organizacion-social-de-la-diaspora-venezolana/

26/03/2025:

https://www.costadelsolfm.org/2025/03/26/luis-barragan-de-la-organizacion-social-de-la-diaspora-venezolana/

Anacronismo

DE UN ATRASADO IMAGINARIO SOCIAL DE LA UNIVERSIDAD VENEZOLANA

Luis Barragán

Asociado también a la libertad de prensa, los medios solían actualizar sus repertorios fotográficos en la Venezuela del siglo pasado. Por emblemáticas que fuesen las imágenes que reforzaban la identidad del paisaje, o la de una personalidad determinada, se imponía la renovación de los archivos.

En la era digital y sus mil facilidades para el fotografiado instantáneo, la cuestión no luce tan obvia. Por lo menos, en nuestro país, hay portales que exhiben viejas gráficas, aunque  diga de una novedad noticiosa, en contraste con otras latitudes en las que procuran captaciones más recientes para su publicación.

Nuestra impresión es que el remozamiento gráfico en el mundo de hoy, es propio de las sociedades y democracias más liberales, en franco contraste con las que tienen un marcado sesgo autoritario, por decir lo menos.  Sociedades atemorizadas, en constante riesgo, que  asumen y hasta comprenden una versión que avisa, pero no precisa la realidad.

A modo de ejemplo, en días pasados, circuló la noticia de las exitosas elecciones profesorales de la Universidad Simón Bolívar. El detalle estuvo en la fotografía que acompañó la nota: una de los tiempos en los que existía intacto y deslumbrante el cromovegetal de Carlos Cruz Diez, mostrándose toda Sartenejas pulcra, impecable y convincente.

Tiempos muy remotos que no se compadecen con los de ahora para una universidad sumergida en una crisis profunda, apenas esbozada por sus deterioros a la vista, la ruindad del cromovegetal como la de toda la planta física, la precariedad de la enseñanza. A la increíble escasez de docentes en el área de matemáticas tan esencial para la casa de estudios, se suma las condiciones en las que se encuentra el galpón de la división de biología, sin que las autoridades interventoras digan nada.

La realidad es silenciada por el anacrónico imaginario social que ciertos sectores cultivan, empeorando las cosas. Por una parte,  tratan de mantener un prestigio ya demasiado antiguo que hoy es un artificio: individualidades y grupos académicos guardan un criminal silencio con la peregrina esperanza de hacerse oír en las altas esferas gubernamentales para obtener hoy como prebenda, lo que ayer fue una activa y legítima demanda, además, evitando cualesquiera persecuciones; y, por otra, quizá porque la cola y el precio de la gasolina  dicen no autorizar el traslado y el reportaje gráfico que ponga al día la estampa universitaria, postergada y cada vez más irreconocible la sede.

¿Cómo representar a la universidad que se va quedando atrás de compararla con el siglo en la que fue creada?; ¿desfasado el imaginario social, no percibimos en su más exacta dimensión la trágica crisis de nuestras casas de estudios?; ¿acaso, es suficiente el artificio de una cultura corporativa de la excelencia que no existe, ni tiene condiciones para que lo haga? Lo sabemos y estamos conscientes de su situación, pero ¿lo olvidamos al quedar atascada en el inconsciente las gráficas de sus antiguos y mejores esplendores?

Referencia: https://apuntaje.blogspot.com/2025/03/inspeccion-ocular-sartenejas.html.  

24/03/2025:

https://opinionynoticias.com/opinionpolitica/42658-de-un-atrasado-imaginario-social-de-la-universidad-venezolana

domingo, 23 de marzo de 2025

Inspección ocular: Sartenejas



Fotografías: William Anseume, Universidad Simón Bolívar (Sartenejas, 21/03/25).

Caza de citas






"Los estudios demuestran que las personas con capacidad para decidir sus horarios están más relajadas y son más creativas y productivas (...) Desde luego, conceder a la gente el control de su tiempo en el lugar de trabajo requerirá un vuelco sísmico en la manera de pensar (...) Los beneficios de trabajar menos, y de hacerlo cuando conviene, están bastante claros, pero veamos ahora los motivos para trabajar de una manera más lenta"

Carl Honoré

("Elogio de la lentitud", RBA,  Barcelona, 2006:  221 y 223 s.)

Ilustración: Rudolf Mumprecht.

Noticiero retrospectivo

- Miriam Freilich. “Gladys Romero será la primera subcomisario (PTJ)”. El Nacional, Caracas, 10/08/1986).

- Arístides Bastidas. “Foro: Alfredo Planchart: Tenemos más doctores que técnicos”. El Nacional, 02/10/67.

- Arístides Bastidas. “La ciencia amena: Ultrasonido dio un salto del silbato de los cazadores a los apoaratos del sonar para captar obstáculos ocultos”. El Nacional, 01/09/81.

- Carlos Cruz Diez. “El tesoro escondido del río Caroní”. El Farol, Caracas, año XI, N° 128 de 1950.

- José Luis Quintanilla. “El toreo, fiesta trágica”. Élite, Caracas, N° 2071 del 05/06/65.

Fotografía: Salón-comedor del Pabellón del Hipódromo de El Paraíso, Caracas, años ´30. Tomada del grupo facebookieano Caracas antigua. 

sábado, 22 de marzo de 2025

Tareas pendientes

CORRE SANGRE VENEZOLANA POR NUESTRAS VENAS

Luis Barragán

“¿Cómo lo que surgió como una alianza

 entre bandas en el centro de Venezuela

                               se convirtió en una de las organizaciones    

criminales más temidas de América Latina?”

Rona Rísquez (*)

Ineludibles, hay tópicos que sorprenden constantemente y temas de una respetable profundidad que se quedan a medio camino, dando paso a otros en ese infernal y vicioso círculo de más de dos décadas trastocado en sistema político.  Ojalá no ocurra algo semejante con la consabida deportación de los venezolanos a El Salvador, dándole también soporte a una interesada e inaceptable satanización del gentilicio.

Por supuesto, nada inocente el fenómeno, solemos no apuntar a sus orígenes y desarrollos, prefiriendo la espectacularidad de sus consecuencias. Y muchos se juran estupefactos por la propia existencia de sendas megabandas delincuenciales que, faltando poco, supieron y saben de un serísimo esfuerzo de investigación e interpretación periodística y académica, prontamente olvidado a favor de las consignas de uso y desuso de acuerdo al momento.

Nadie niega la conformación de un tren – vaya acepción que ha ganado el término – hamponil desde el estado Aragua, extendido y transnacionalizado en breve tiempo para asombro de legos y especialistas, así como el derecho de las autoridades estadounidenses de adoptar medidas para proteger a sus conciudadanos. Sin embargo, y es lo que ha llamado la atención del reciente comunicado de la Plataforma Unitaria, el problema estriba en el cabal respeto de los derechos humanos y, particularmente, el derecho a la defensa y el debido proceso (https://apuntaje.blogspot.com/2025/03/justos-y-pecadores.html).

De un lado, resulta imposible callar ante la razia sufrida por los nuestros y la concreta denuncia en torno a las personas inocentes que, además, fueron deportadas a El Salvador (por ejemplo: https://www.tiktok.com/@alessandramartin_tv/video/7469114268114324767?_t=ZS-8usz8C3JmRc&_r=1). Es posible que incurrieran en graves errores para la deportación, más allá, en el norte, colocando a justos y pecadores en un mismo saco, como pudiera igualmente sugerirse la falsedad de alguna campaña que se empeña en la inocencia de la gente que, más acá, con estancia en Guantánamo, está en la megaprisión centroamericana, aunque la más cruel o sofisticada manipulación no es suficiente para ocultar la cruda y terrible verdad.

La cuestión está en que nadie – por lo menos – informa de paraderos e imputaciones, quedando dudas sobre el proceder del gobierno estadounidense, y, respecto al salvadoreño que ha arrendado su centro penitenciario, ni siquiera los dirigentes venezolanos que le colaboran comercial y políticamente, gozando de una atractiva contratación, tampoco indagan al respecto, mínimo, por el más elemental sentimiento patriótico en defensa de los inocentes.

De otro lado, cobra interés la conflictividad interna que traduce las más de 130 demandas y otras acciones contras las órdenes ejecutivas emitidas por el presidente Trump que quizá recuerden el cuestionamiento judicial de las resoluciones del presidente Franklin Delano Roosevelt, sobre todo en materia económica. Una de esas acciones ante el caso venezolano, propulsada por una organización de la sociedad civil, American Civil Liberties Union (ACLU), a propósito de la aplicación de una ley de finales del siglo XVIII.

A pesar de la decisión adoptada por James E. Boasberg, presidente del Tribunal estadounidense de Distrito para Columbia (Chief justice for the U.s. District Court for the District of Columbia), prohibiendo o suspendiendo provisionalmente la medida implementada por la Casa Blanca, ésta despachó a más de cien venezolanos a El Salvador sin una audiencia o evaluación técnica, como refiere The Washington Post del 22 de los corrientes. En el mismo diario, Perry Stein informa que el Departamento de Justicia solicitó al tribunal de apelaciones la destitución del juez federal que igualmente resolvió un plazo para que la administración precíse la información en relación a las deportaciones ponderando la vigente legislación sobre el secreto de Estado. Agreguemos, se ha dicho de una inusual declaración de John Glover Roberts Jr., presidente de la Suprema Corte, enfatizando que a la objeción de la decisión adoptada por el juez Boasberg, solo tiene pendiente un proceso de apelación y no de destitución.

Luego, es necesario apreciar el compromiso de una sociedad civil activa,  capaz de actuar con el correspondiente recurso, ejemplificado por la ACLU, en medio de una prensa libre, e importa y mucho, valorar una dinámica judicial orientada a esclarecer el problema y sentar un precedente para ésta o futuras deportaciones que impliquen exactamente a los delincuentes, salvaguardando a los inocentes. Significa que hay un trabajo que hacer por los venezolanos que viven fuera del país; y, específicamente por los dirigentes políticos, o que aspiran a serlo, en Estados Unidos o cualesquiera otro países que reciben generosamente a nuestros paisanos.

Comentario nada personal, es ocasión para aquellos que sólo están o estuvieron pendientes del itinerario de Edmundo González, o de la supuesta invitación a numerosos líderes para visitar la Casa Blanca con miras a la inauguración del segundo mandato del presidente Trump: probar que efectivamente les interesa la suerte de nuestros compatriotas, atentos a las vicisitudes administrativas y jurisdiccionales de marras.  Nadie habla de proteger a delincuentes, pero sí de hacerlo con los inocentes porque corre sangre venezolana por nuestras venas.

 (*) “El tren de Aragua. La banda que revolucionó el crimen organizado en América Latina”, Editorial Dahbar, Caracas, 2023: 76.

23/03/2025:

https://www.lapatilla.com/2025/03/23/luis-barragan-corre-sangre-venezolana-por-nuestras-venas/

Ilustración: Tomada de la red. 

Captura de pantalla: https://www.youtube.com/watch?v=wycjWgsG9Mw

Ironía muy sutil

TRES MANERAS DE MORIR Y UNA SOLA DE SALVARSE

(San Lucas, 13: 1-9)

José Luis Sicre

Tres maneras de morir

1) Asesinado por Pilato; 2) Aplastado por una torre; 3) Negándonos a convertirnos.

Todo comienza con el deseo de tenderle a Jesús una trampa. ¿Cómo reaccionará él, que es galileo, ante el asesinato de otros galileos por orden del procurador romano? La trampa es muy astuta: nadie le pregunta qué piensa de este hecho; se limitan a contarle el caso. Si responde airadamente, se enemistará con las autoridades; si se calla la boca, se revelará como un mal galileo y un mal israelita.

Para quienes han venido a contarle el caso, todo se juega entre unos galileos muertos, Pilato y Jesús. Ellos se limitan a informar, como la prensa; el caso no les afecta personalmente. Y aquí es donde Jesús va a cazarlos en su propia trampa. Con una ironía muy sutil da por supuesto que sus informadores no le piden una declaración de tipo político (Pilato es un asesino, muerte a los romanos) sino de tipo religioso (esos galileos han muerto por ser pecadores). De hecho, la mayoría de los judíos de la época (y muchos cristianos actuales), consideran que una desgracia es consecuencia de un pecado.

Pero Jesús toma un rumbo completamente distinto. Los importantes no son los galileos muertos, Pilato y Jesús. Los importantes son ellos, los que preguntan, que no pueden considerarse al margen de los acontecimientos. Si piensan que esos galileos eran más pecadores que ellos, se equivocan. También se equivocaron quienes pensaron que los dieciocho aplastados por el derrumbe de la torre de Siloé eran más pecadores que los demás.

La muerte no solo la provocan políticos injustos y criminales (Pilato) o desgracias naturales evitables (la torre). Hay otra amenaza mucho más grave: la que tramamos contra nosotros mismos cuando nos negamos a convertirnos.

Dios pide higos a la higuera, no pide peras al olmo

La historia de los galileos y de la torre la ha utilizado Jesús para avisar seriamente, y por dos veces: “Si no os convertís, todos pereceréis”. Quienes conciben a Jesús como un hippy de los años 80 del siglo pasado, repartiendo flores y besos, no han leído nunca el evangelio. Él no hay traído paz sino espada.

Pero la invitación tan seria a convertirse, con la amenaza de perecer en caso contrario, no debe interpretarse de forma equivocada. Dios no va a caer sobre nosotros como una torre ni va a mandar a sus ángeles con espadas desenvainadas. Mediante una breve parábola Lucas cuenta cómo nos va a tratar: como un agricultor sensato, realista y paciente.

Sensato, porque solo nos pide lo que podemos dar naturalmente, sin especial esfuerzo. De la higuera solo espera que dé higos, no plátanos ni melones. Lo que espera de nosotros es algo que cada uno debe pensar teniendo en cuenta sus circunstancias familiares y laborales, pero nunca esperará nada que exceda nuestra capacidad.

Realista, porque no se deja engañar. La higuera lleva tres años sin dar fruto. Con él no valen las excusas del mal estudiante que asegura haber trabajado mucho cuando no ha dado golpe en todo el curso. A nosotros podemos engañarnos diciendo que damos fruto; a Dios, no.

Paciente, porque ha esperado ya tres años, y todavía está dispuesto a conceder uno más.

Pero la parábola no habla solo del dueño de la viña. El gran protagonista es el viñador, el que intercede por la higuera y se compromete a cavarla y echarle estiércol. Ya que la higuera nos representa a cada uno de nosotros, el viñador tiene que ser Jesús. Se espera que la higuera produzca fruto no solo por ella misma sino también gracias a su acción.

En definitiva, la parabolita final matiza bastante la dureza de la primera parte del evangelio. Pero matizar no significa anular. Si nos empeñamos en no dar fruto, si no mejora nuestra relación con Dios y con el prójimo, por más que Jesús cave y trabaje, la higuera será cortada.

Nosotros no somos distintos ni mejores (lecturas 1ª y 2ª)

En el evangelio, Jesús advierte a los presentes que no deben considerarse mejores que los asesinados por Pilato o muertos por el derrumbe de la torre. Las dos primeras lecturas nos recuerdan que nosotros no somos mejores que el pueblo de Israel, para que nadie se sienta seguro y termine cayendo, como indica Pablo.

La lectura del Éxodo nos habla de la preocupación de Dios por su pueblo esclavizado en Egipto. La vocación de Moisés será el primer acto de su liberación. Por eso, el estribillo del Salmo repite: “El Señor es compasivo y misericordioso”.

Pero la carta a los Corintios recuerda que, a pesar de tantos beneficios divinos (paso del Mar, maná, agua que brota de la roca), muchos israelitas no agradaron a Dios y terminaron pereciendo en el desierto. Y añade que esto debe servirnos  de ejemplo y escarmiento. Nos puede ocurrir lo mismo si nos comportamos igual que ellos. Dicho con las palabras del evangelio. “Si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo.”

Fuente: 

Ilustración: Georges Rouault, "Paisaje bíblico". 
Fotografía: LB, Iglesia de la Coromoto (CCS, 23/03/2025). 

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