CARLOS ALBERTO MONTANER
Luis Barragán
Un columnista
paciente y, a la vez batallador, como Carlos Alberto Montaner, ha hecho su
última entrega con ochenta años a cuestas. El cubano de una perseverancia
admirable, sufre una enfermedad que ya no le permite meditar, redactar y
entregar su artículo de prensa, con la regularidad acostumbrada, adoptando tan
dura decisión.
De muy
profundas e insobornables convicciones, por décadas ha defendido la libertad y
la democracia, enfrentando la feroz e insolente dictadura de los Castro. Y nos familiarizamos con su nombre, desde la
temprana militancia política, superando la desconfianza que sembraba la
enfermiza propaganda habanera en torno a todo aquel que la adversara con
firmeza.
De vulgar gusano lo trataban, al igual que a otro
insigne escritor como Guillermo Cabrera Infante. La primera vez que leímos “Perromundo”
de Montaner, nos impresionó la limpieza de un verbo que, entre los diarios de
mayor prestigio y circulación en Venezuela, encontraba espacio en el
considerado como conservador que en el calificado como progresista, y suponemos
que estuvo execrado de las cátedras venezolanas de literatura.
La sola “la
defensa del mercado y la democracia liberal que hace Montaner es delito
suficiente como para aceptar prima facie cualquier acusación en su contra”,
escribe, por ejemplo, Juan Antonio Blanco al prologar “El otro paredón.
Asesinatos de la reputación en Cuba”, obra a varias manos a la que hemos
accedido en versión EPUB, sin que reporte lugar, fecha y casa editora. Campañas desmedidas de descalificación, se
llevaron por el medio a talentosos cubanos que el tiempo permitirá redescubrir
y reivindicar con justicia.
Por cierto, en
la medida que avancen los regímenes que son algo más que autoritarios en la
región, constataremos el fenómeno de los
malditos apátridas de un inequívoco precedente cubano, como lo nicaragüenses y
los venezolanos a los que virtud alguna le reconocen, por demandar libertades.
Preventivamente, un espeso silencio cae sobre Rafael Cadenas hasta que
Miraflores crea preciso echarle un buen balde de agua encima.
Para la coincidencia
y la discrepancia, Montaner cultivó un género que desgraciadamente adquiere una
menor importancia en los días que corren, devorado por todas las argucias y
malabarismos digitales que tienden a despersonalizarnos. Otros los prejuicios,
la opinión pública se prefiere muy ligera y hasta recreativa, olvidando
aquellas densidades que siguen insolubles su curso.
Le ha sido negada
la patria que nunca olvida, vituperado. A
pesar de esas malévolas campañas, goza de un inmenso prestigio y respeto
ahí, donde la libertad es vocación y voluntad irreprimible de conquistarla.
Cfr. https://apuntaje.blogspot.com/2023/05/meritorisimo.html
08/05/2023:
https://guayoyoenletras.net/2023/05/08/carlos-alberto-montaner/
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