LA CONSTITUYENTE CHILENA
Luis Barragán
Entre tantas
cosas que atender, incluyendo la materialización de la cátedra libre Edgard
Sanabria a las puertas de la universidad de Sartenejas, pasamos por alto la
elección de los integrantes de la constituyente chilena. Nos percatamos en horas de la noche, luego de
recibir el mensaje de un amigo sureño de muchos años, quien vivió entre
nosotros por los ochenta del siglo anterior.
Lamentó el
amigo los resultados electorales y, en extremo, agotados por la intensa jornada
del día, le mensajeamos brevemente con un “¡qué broma!”. Al día siguiente nos
enteramos y celebramos el resultado, prefiriendo responderle a Rodrigo por esta
vía respecto a la elección el Consejo Constitucional, según la nomenclatura no
tan convencional para tan delicado mecanismo y poder.
Por lo pronto,
por una parte, nada inocentes son los procesos constituyentes propulsados por
una izquierda paulina y antioccidental, faltando poco, ligada a la corrupción y corruptelas (por ejemplo, Odebrecht),
que tuvo un extraordinario y precursor éxito con la sobrerrepresentada Asamblea
Nacional Constituyente de Hugo Chávez, ahora, de ingrata recordación. Nada distinto
prometía la que impulsó el presidente Boric, cuyo proyecto fue derrotado
confinándolo a los espacios estrepitosos de la actualidad, toda una locura que amerita de la reflexión y
consideración de cada chileno por la naturaleza, características y alcances de
la Carta Magna que no llegó a destino.
Entendemos,
por otra parte, un significativo triunfo de la derecha frente a la izquierda,
términos que, mucho tememos, desbordan en demasía sus significados y
experiencias tradicionales, por lo que intuimos que no son lo suficientemente
ilustrativos, convencidos, congruentes, y, sí, exageradamente posmodernos; acotemos,
la senadora democristiana Ana Provoste ha referido a una derrota cultural,
aunque sentimos que la mayor debacle al respecto lo ha sufrido el
desdibujamiento político e ideológico de su partido. El cineasta Sebastián
tilda de “peligro nacional” a su propio hermano, Luis Alejandro Silva
Irarrázaval, el más votado de todos los constituyentistas, adscrito al Partido
Republicano, acaso, por su afiliación al Opus Dei, aunque - independientemente
de lo que creamos de la orden – parece tener una mayor coherencia doctrinaria
que fuerza a un mejor sentido de responsabilidad política de compararlo con
expresiones, entidades y personalidades
bastantes díscolas del liderazgo de esta hora.
Finalmente,
ojalá comprendan muy bien las corrientes mayoritarias del poder constituyente que
no deben apostar a los dados el futuro de Chile, marcando pauta a todo el
continente, como lo hicieron las fuerzas ahora derrotadas. Deben auspiciar y
estimular varias manifestaciones del centro político tan urgido al sur del
continente: se le agotan las oportunidades a un país al que le agradecemos la
acogida que da a miles de venezolanos que, precisamente, huyen del régimen socialista
acá entronizado.
14/05/2023:
https://guayoyoenletras.net/2023/05/14/la-constituyente-chilena/
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