DE LAS OTRAS ELECCIONES
Luis Barragán
El sufragio
universal, personalizado, directo, secreto y auditable, fue una cara conquista
histórica de los venezolanos que bien la ejemplarizaron en el continente al
correr el siglo pasado. Los comicios presidenciales de primer grado, calaron
profundamente en nuestra cultura cívica para luego – en la presente centuria –
perder fuste de tal manera que, so pretexto de una interesadísima versión de la
democracia participativa, abona el terreno para una selección de segundo,
tercer o quién sabe cuáles indecibles grados Celsius o Fahrenheit a favor del
llamado poder popular. Sin embargo, propuesta una insólita reforma
constitucional de la que demasiado poco o nada sabemos, al mismo tiempo que se
ha establecido un calendario prorrogable para las consultas nacionales,
regionales y municipales pendientes, perdemos la noción de las otras elecciones
que debe propulsar la sociedad civil para renovarse, oxigenando la lucha política
por reivindicar las libertades públicas.
En efecto, los
más diversos gremios (profesionales, sindicales, vecinales, etc.), incluyendo a
los atascados por sendas decisiones judiciales con más de una década a cuestas,
tienden a resignarse a la prolongación de sus directivas, sin el menor esfuerzo
por sensibilizar a la membresía precariamente servida en torno al propósito que
les asiste. Después, no debe sorprendernos la escasa capacidad de movilización
con el extravío de la más elemental idea de participación y representación,
perfeccionamiento y compromiso institucional; por ello, llama la atención que
el estudiantado de la Universidad Central realizara algo reciente una exitosa jornada electoral
que lo ha actualizado respecto a sus responsabilidades históricas, y, ahora, lo
haga la Asociación de Profesores de la Simón Bolívar de Sartenejas y la sede
del litoral central.
Exigiendo la
elección directa de las autoridades universitarias, superado con creces el
lapso establecido para sustituir a las interventoras, el profesorado de la Bolívar
ha propulsado los comicios internos para decidir y legitimar una nueva
directiva. Valga acotar que ha sido un empeño del actual presidente de la
asociación, William Anseume, que bregó por el cumplimiento de la normativa
gremial a pesar de la resistencia del oficialismo que prefiere anquilosar toda
expresión de la sociedad civil para mejor relegarla, vaciándola de sentido.
La situación
que ha alcanzado la universidad venezolana, y, particularmente, la Simón
Bolívar, otrora importante referencia académica del país, no acepta una mirada
apacible y complaciente de quienes jamás denuncian una realidad a la vista y el
padecimiento de todos, y trillan la aquiescencia de los interventores y creen que
la propia casa de estudios nada tiene que ver con el resto del país. Esto es,
trajinando esa huera ilusión de la Venezuela cada vez más arruinada.
Bastará con
asomarse al galpón de la división de Ciencias Biológicas de la sede de
Sartenejas, cuya escandalosa realidad estremece, oculta a la opinión pública hasta que los
profesores la hicieron saber, Nadie puede mantenerse indiferente y, si bien es
cierto que ocurrió el consabido 28-J, no menos lo es que comicios, como los
gremiales, contribuyen poderosamente a la supervivencia de una sociedad civil y
a su correlación ineludible con el esfuerzo de la plena recuperación de la vida
democrática.
Fotografías: William Anseume, galpón de la división de Ciencias Biológicas de la sede de Sartenejas (USB, 02/25).
25/02/2025:
https://www.elnacional.com/opinion/de-las-otras-elecciones/
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