LHC: 100 AÑOS DE JUVENTUD
Luis Barragán
De acuerdo a las expectativas de vida de cada época,
tenemos pendiente una historia social de la juventud venezolana, aunque a
muchos les pueda parecer extraño, pues, quizá herencia de los sesenta del
veinte, presumimos que siempre fuimos y aún somos una población
predominantemente joven en reclamo de un estelarísimo papel de conducción, a
pesar de que las migraciones masivas y continuas de los últimos años apunten en
sentido contrario. Y todavía esperamos por una historia política que comenzó
realmente al principiar el siglo pasado, aunque la gesta independentista supo
de precoces jefaturas militares.
Creemos que es, a principios del veinte, desde la
élite universitaria, que asistimos a un fenómeno de creciente articulación de
los sectores más jóvenes del país para alcanzar un inusual protagonismo que, luego,
muerto Juan Vicente Gómez, fracasados los
más adultos para derrocarlo, adquirirá concretas iniciativas y significados de
largo plazo. Grosso modo, consiguió una fuerte consistencia partidista la
Federación de Estudiantes de Venezuela (FEV), siendo inevitable la fundación de
una entidad decididamente gremial como la Unión Nacional Estudiantil (UNE), en
1936: época en que los menos jóvenes intentaron no sólo organizarse en partidos,
sino abrir el debate a través de sendas expresiones de un inédito carácter
político e ideológico: marxismo-leninismo, socialdemocracia y
socialcristianismo, como las tendencias militantemente más diferenciadas, que abonaran
a una distinta dimensión de la lucha política, siendo más tímido el
planteamiento liberal.
Por entonces, las circunstancias obligaron a sincerar
y encaminar la militancia política juvenil y, por septiembre y diciembre de 1947,
nacen respectivamente la Juventud Comunista y la Juventud Revolucionaria
Copeyana; ésta, será fundada por LHC, junto a Eduardo Tamayo, Valmore Acevedo
Amaya, Rodolfo José Cárdenas, y Rafael Alfonzo. El liderazgo estudiantil
hallará también una precisión e identidad políticamente organizada, sin impedir
la promoción a mayores responsabilidades adultas o partidistas.
Accidentado y controversial trienio que supo de una
intensa y no menos controversial Asamblea Nacional Constituyente, dando ocasión
al voto directo, universal y secreto para elegir al presidente de la República
e integrantes del Congreso Nacional, advino el golpe militar. Las responsabilidades
del diputado regional portugueseño de apenas 22 años de edad y cursante de la
Universidad Central de Venezuela, además, temprano e incansable periodista, se
agravaron esforzándose por defender a la universidad, resistiéndole a la
dictadura: LHC va a parar a la cárcel al igual que otros jóvenes socialcristianos
como Carlos Villarroel, José Luis Zapata Escalona, Rodolfo José Cárdenas,
Valmore Acevedo Amaya, Gonzalo García Bustillos, Hilarión Cardozo, Carlos Atilano,
José Camacho y otros más, hasta salir al exilio.
Justificadamente, se hizo célebre el ensayo de una
extraordinaria lucidez, intitulado “Frente a 1958. Material de discusión política-electoral
venezolana”, suscrito en marzo de 1957 por LHC de 32 años de edad. Trabajó
intensamente por la liberación del país y regresa después del consabido 23 de
enero de 1958 para bregar por el efectivo restablecimiento de las libertades
públicas.
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