GIOCONDA SAN BLAS, O EL COMPROMISO SOCIO-POLÍTICO DE LA ACADEMIA
Guido Sosola
Insistió mucho Ernesto Mayz Vallenilla, en sus
constantes reflexiones sobre la universidad,
en torno a las misiones fundamentales que ha de cumplir: ética,
académica y sociopolítica. El esquema
básico, desde la primera vez que lo leí,
gracias a las clases magistrales de inauguración del período lectivo en
Sartenejas que acostumbró a publicar en aviso pagado en la prensa escrita, ha sido de enorme utilidad para profundizar en
torno al aula superior en Venezuela.
La universidad no es un partido, como así se quiso en los años sesenta del siglo
veinte, pero no se la entiende sin un compromiso social y político en clarísima
e íntima conexión con la actividad académica y el testimonio ético que debe rendir.
Diría que lo peor que ha pasado por
todos estos años del veintiuno, es que, so pretexto de que la universidad es
únicamente una experiencia académica, así sea paticoja porque ni el debido
presupuesto le asignan, profesores y también estudiantes no sólo han evadido el
evidente conflicto que tiene con la actual dirección del Estado, sino que
también – capitulando - le ha reconocido a esa dirección los derechos
adquiridos de negarle los reales que le corresponden a nuestras máximas casas
de estudios. Sin embargo, ante la
generalizada divagación (divagancia, decía Pedro León Zapata), ambigüedad y
evasión de muchos profesores, unos pocos
se atreven a llamar las cosas por su nombre y a sugerir caminos.
Entre los pocos, constituyendo la excepción que confirma la
regla, está la Dra. Gioconda Cunto de
San Blas, referencia fundamental del mundo científico venezolano (incluso,
presidió la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales). Biólogo molecular y bioquímico, investigadora
emérita del IVIC, postgraduada en el exterior, goza del más amplio
reconocimiento académico al hacerse acreedora del Premio de la Asociación de
Profesores de la Universidad Simón Bolívar, años atrás, y Premio Alma Mater de
la Universidad Centra de Venezuela, recientemente. Vale decir, hace ciencia y de la dura, pero
es capaz de pronunciarse sobre la situación de la universidad venezolana.
El lunes 3 de los corrientes, en Sartenejas, le
correspondió conferenciar sobre la universidad y su autonomía en el marco de la
Cátedra Libre Edgard Sanabria. Comenzó definiéndola de acuerdo a la
Constitución de 1999, e, inevitable, compartió con la audiencia sus impresiones
sobre los consabidos comicios realizados en la UCV después de catorce años, e,
inevitable, se pronunció a favor de las elecciones en la Universidad Simón
Bolívar que los gremios estudiantiles, profesorales y de egresados exigen por
escrito a las actuales autoridades interventoras para que las convoquen. Y, a
estas alturas, no hay respuesta alguna.
Fue grato escucharla, versada sobre un tema complejo, difícil y exigente. La biólogo molecular y bioquímico no teme pronunciarse sobre tan espinoso asunto, algo que aplaudimos y mucho.
Fotografía: GS (2023).
07/07/2023:
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