DEL PAISAJE ABIGARRADO
Luis Barragán
La emblemática
y marcadora ciudad capital, por extensa que pudiera ser, siempre la caracterizó un paisaje abigarrado. El casco
histórico presidido por la modesta catedral, contrastaba con otras localidades
del país que terminaron por imitar a Santiago de León y sus densidades
poblacionales.
Parroquias muy
foráneas, alcanzadas luego de un largo, despejado y grato recorrido, culminaban
en calles estrechas y numerosas casas arrejuntadas, esbozándose apenas una
plaza. Caracas fue el ejemplo a imitar en la conversión de un país
predominantemente rural a otro urbano, al compás de la renta petrolera, y,
hasta mediados de los ´70 del ´XX, faltando espacio para la publicidad de los
locales comerciales, éstos proyectaban sus avisos hasta el medio de la acera,
exhibiendo una tupida red de carteles colgantes.
En y desde las
principales autopistas, aturden tantas vallas, la seguidilla de postes que iluminan
menos pero trenzan cada vez más avisos, como la indecible arquitectura-pancarta.
Además, valga el dato, nada de
minimalista tiene la decoración de los hogares.
Con el
socialismo del siglo XXI, hemos vuelto al abigarramiento quizá reminiscente de
la vieja metrópoli agolpada de avisos. Claro, debemos agregar la otra densidad:
la de la buhonería activa.
Reproducción: Tomada del grupo facebookeano Caracas en Retrospectiva I.
26/02/2024:
https://opinionynoticias.com/opinionpolitica/40809-del-paisaje-abigarrado
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