lunes, 15 de abril de 2024

El combate contra la simplicidad

DEL FASCISMO Y LA ACADEMIA

Luis Barragán

A este marxismo del siglo XXI venezolano le ha faltado discusión, por lo menos, en los términos que merecía y ha merecido, pues, bajo su nombre,  sencillamente, hundieron al país. Convengamos, socialismo es lo que padecemos por más de dos décadas en Venezuela, al igual que tuvimos liberalismo, socialcristianismo o socialdemocracia, en los siglos XIX y XX.

Frecuentemente, argüimos que la realidad ha distado y dista del ideario pregonado, pero en esta centuria los ejercitantes del poder no se han visto teóricamente cuestionados por quienes invocan y reclaman un marxismo auténtico.  Por ello, ahora, también se les ha hecho fácil dar una versión del fascismo que todavía tramitan, apelando a una interpretación anacrónica e interesada que se mantiene intacta a juzgar por los críticos que prometen profundidad, pero se contentan con los lugares comunes, con las excepciones de rigor.

Por lo pronto, lo importante es actualizar el estigma, el estereotipo, el prejuicio, frente a toda insatisfacción, inconformidad, disidencia y oposición. La incontenible verborrea del consabido barinés, tratando de atajarlas, acertó inicial y estratégicamente al maltratar a las minorías ciudadanas con la expresión “escuálidos” que muy pronto se revirtió, trastocada la palabra en un poderoso misil que ocultó, despreció, subestimó y reprimió a las grandes mayorías ciudadanas que lo rechazaron, cada vez más evidentes aún antes de concluir la primera década de la centuria.

Ahora, sobreviene la otra palabreja para descalificar y desconocer a todos los venezolanos que, por unanimidad, por siempre, intentándolo pacíficamente, rechazaron y rechazan el actual orden de cosas. Esperan manipular y trillar de nuevo un imaginario social suficientemente caricaturizador de las realidades, tratado de convertir en victimarias a las individualidades y a las organizaciones políticas y sociales que enarbolan las banderas de los valores y principios constitucionales.

Sentimos que filósofos, historiadores, sociólogos, juristas, psicólogos, o economistas, por ejemplo, no deben callar, permitiendo que se afiance un lugar común que es el que busca y pretende reforzar el oficialismo respecto al impúdico saqueo del término “fascismo”, según le anima. E, incluso, a modo de ilustración, celebramos el regreso a la opinión pública de los catedráticos constitucionalistas de la UCV, quienes recientemente hicieron extraordinarias consideraciones e importantes precisiones en la voz del abnegado profesor Tulio Alvarez.

Acotemos, a los penalistas les corresponde orientarnos en la materia de cara al proyecto de ley del antifascismo, en torno a su esencia y consistencia, respecto a la naturaleza y el bien jurídico que dice o dirá proteger, tipicidad, objeto, medios de comisión, culpa, penas. O los criminólogos y criminalistas que, entendemos, cuentan con importantes y destacadas áreas de postgrado.

No debemos despachar la materia con la sofocante simplicidad que es el propósito y también garantía de éxito para el oficialismo, porque de los nazifascistas del siglo XX para acá, muchísima y densa agua ha corrido por debajo de los puentes, y el asunto adquiere una significación e intenta un desarrollo que completará el peculiar sello y la amarga experiencia venezolana de los tiempos que cursan.

Fotografía: Cristián Hernández (EFE):  https://www.diariolasamericas.com/america-latina/imagenes-del-brutal-ataque-colectivos-contra-parlamentarios-venezuela-n4126051

16/04/2024:

https://opinionynoticias.com/opinionpolitica/41064-del-fascismo-y-la-academia

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