Barbara
F. Walter
(“Cómo
empieza una guerra civil y cómo evitar que ocurra”, Ediciones Península, Barcelona,
2025: 105)
Ilustración: Saul Steinberg.
Barbara
F. Walter
(“Cómo
empieza una guerra civil y cómo evitar que ocurra”, Ediciones Península, Barcelona,
2025: 105)
Ilustración: Saul Steinberg.
- Rafael Poleo. “Anticomunismo
inconveniente”. Últimas Noticias, Caracas, 20/10/60.
- Rodolfo José Cárdenas. “Los
intereses partidistas”. Resumen, Caracas, N° 66 del 09/02/75.
- Rodolfo José Cárdenas. “Denuncias
sobre torturas”. La Esfera, Caracas, 01/02/61.
- “Disturbios en el
Hipódromo”. El Nacional, Caracas, 24/11/58.
Reproducción: Mercedes Pulido de Briceño, según Pedro Angel Echevarría. El Globo, Caracas, 29/06/1997.
PROFESOR VÍCTOR MÁRQUEZ
Luis Barragán
Naturalmente, lo conocimos en el común esfuerzo de
defender la autonomía y la propia noción de universidad en la Venezuela de todos
estos años, desde aceras diferentes. Empero, no sostuvimos una amistad
personal, algo que le agrega un poco más de valor agregado a esta nota.
El profesor Víctor Márquez, fue un luchador insigne
dentro y fuera de la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela
(APUCV), cuya presidencia cedió realizados los correspondientes comicios. Por
cierto, son pocos los gremios profesorales que se han actualizado en nuestro
país, y, uno de ellos, desafiando a las propias autoridades interventoras que
no lo deseaban, fue la Asociación de Profesores de la Universidad Simón Bolívar
(APUSB).
El supuesto ladrón de siete suelas, como Márquez,
según la campaña hecha por sus más enconados adversarios, tuvo que recurrir a
la caridad pública para sufragar los gastos del tratamiento del cáncer y, cuando
ya parecía recuperado, días atrás recibimos la noticia de su desaparición
física para conmover a todo el mundo universitario. Para nadie es un secreto el
nivel de los ingresos reales del profesorado, dramáticamente contrastante con
el nivel ostentado tiempo atrás.
Una tercera referencia, el profesor Márquez se comprometió
valiente y decididamente y a fondo con la causa democrática, activando enérgicamente,
incluida la aceptación y efectiva participación en la consabida, meritoria y
arriegada Comisión Nacional de Primarias. Este aspecto, el del compromiso
cívico que inevitablemente se hace político, manteniendo la independencia de
las organizaciones de la sociedad civil, constituye una magnífica lección y
legado.
31/08/2025:
https://lapatilla.com/2025/08/31/luis-barragan-profesor-victor-marquez/
Fotografías: LB (UCV, 2023).
HUMILDAD Y GRATUIDAD VERSUS VANIDAD Y APROPIACIÓN
(San Lucas, 14:
1, 7-14)
Enrique
Martínez Lozano
El ego se mueve siempre desde sus necesidades y sus
miedos –las dos caras de la misma realidad-, que son los que le dan una
sensación de existir. Y ahí es donde se forma el círculo vicioso en el que se
retroalimenta el engaño: necesidades/miedos me hacen sentirme "yo" //
al sentirme "yo", no puedo renunciar a "mis"
necesidades" y soy víctima de "mis" miedos // vivo esclavo de
ellos // cada vez me identifico más como un "yo" asediado por
ellos... y cada vez me siento más frustrado y desconectado de quien verdaderamente
soy.
Dentro de esas necesidades, la más básica
probablemente sea la de "ser reconocido", que deriva en la de
"ser el primero" y en la de buscar que todo gire alrededor del yo y
de sus intereses.
Las palabras de Jesús abordan precisamente ambas cuestiones:
¿qué lugar busco? y ¿por qué hago las cosas? Cuestiones que tocan realidades
tan básicas como la vanidad/humildad y la apropiación/gratuidad.
El ego busca "los primeros puestos": sueña
con destacar, ser visto, sentirse reconocido; ama el aplauso y los gestos de
admiración a su paso; le encantan los ropajes especiales –también lo decía
Jesús: Mt 23,5ss- y signos distintivos de su valía; quiere tener razón y busca
imponerla a los demás...
Frente a esa tendencia, la palabra de Jesús no es solo
una "receta". Si se viviera así, podría inducir, incluso, a la falsa
humildad –algo frecuente en el mundo religioso-, al hacerlo desde la voluntad.
Sabemos que el ego es muy hábil y puede alimentarse
por igual tanto de lo uno como de lo otro. Existen "egos vanidosos" y
existen "egos (falsamente) humildes", que hacen virtud de su
(aparente) ocultamiento.
La palabra de Jesús va a la raíz: se trata de
desidentificarse del ego. No soy esas necesidades, no soy el ego con sus
intereses. Solo cuando lo comprendo, dejo de vivir para él. La ironía se
produce cuando se quiere seguir la indicación de Jesús desde el ego: entonces
adopta el papel de "equilibrista" para afirmarse a la vez que
manifiesta que quiere negarse.
Solo cuando vemos, somos transformados. Pero no podemos
ver desde la mente. Vemos desde aquella Sabiduría mayor que nos permite
experimentar nuestra verdadera Identidad, que está más allá de todos los
contenidos mentales y emocionales. Y es entonces, al serla, cuando la
conocemos.
Al reconocernos en ella, el ego cae (aunque
mantengamos inercias anteriores). Y, con él, aquellas necesidades que guiaban
nuestra vida.
Del mismo modo, al ego tampoco se le puede pedir
gratuidad, porque la esencia misma del ego es la apropiación. Hasta el punto de
que, sin apropiación, no hay ego. Su aparente existencia proviene del hecho de
apropiarse de contenidos mentales de todo tipo, con los que se identifica. A
partir de ahí, entenderá la vida como una apropiación incesante de todo aquello
que considere "bueno" para él.
La gratuidad únicamente puede vivirse cuando ha caído la identificación con el ego. Porque entonces emerge una nueva consciencia, en la que los otros son percibidos como "parte" de sí mismo. Dar a los otros es darse a sí mismo; dañar a los otros es dañarse a sí mismo.
La dicha –como antes la humildad- no viene de la mano
de lo que hacemos, sino de lo que somos. Basta únicamente acceder a esa
comprensión, que es Sabiduría y, simultáneamente, Compasión.
Fuente:
ADIÓS AL AMIGO VÍCTOR MÁRQUEZ
William Anseume
Despedidas dolorosas hay en varias facetas de la vida.
Víctor enfermó, pero uno nunca cree en el desenlace final, percibe todo como un
proceso natural y reversible. Conocí al luchador social en esos eventos
normales del gremio. Discusiones, resoluciones, acuerdos y desacuerdos. Pero
con los años fue solidificándose una relación signada por la política y los
derechos laborales, en las calles, las oficinas o las redes.
Nos respetábamos ambos mucho en nuestras labores. Más
yo a él, quien tenía una vida ampliamente recorrida cuando llegué a las
intervenciones públicas o privadas sobre la vida gremial. Me cuidaba, además.
Ante cada artículo altisonante o declaración, un llamado de atención seguro:
"Mejor libre que preso; ayudas más". Intraficable ante sus
convicciones fundamentales. Pregunten en la Fapuv, por ejemplo, y el tema
electoral, entre muchos otros, que ya va para largos veinte años. Uno de los
asuntos en los que siempre coincidimos. En uno de sus últimos mensajes, los que
no se borraron, dice, luego de unas críticas generales impublicables: "De
los pocos que veo luchando y corriendo riesgos es a ti". Exceso
seguramente, por aprecio.
No fue solo profesor, dirigente de asociación o de
asociaciones en el comité respectivo de Fapuv, fue guía gremial nacional,
permanente. Arriesgó vida y familia en tiempos muy turbulentos. Su gremio supo
pulirlo como quien más. Pero no podemos soslayar sus participaciones políticas inolvidables:
la agrupación gremial sindical donde me invitó a participar habló permanentemente
de su amplitud. Para nada sorprendió su concurrencia a la Comisión Nacional de
Primarias, después de su excelente trabajo en el Frente Amplio. Fue testigo de
mis molestias políticas y gremiales y yo de las suyas. En oportunidades
múltiples compartíamos ideas y
estrategias. Algunas de las mías le provocaban cierto espanto.
Afortunadamente, coincidimos también respecto al
rectorado de la Universidad Central de Venezuela, él con su autoridad de
profesor y yo con mi carácter de egresado. Me sorprendía su edad, para alguien
jovial y fuerte, al menos hasta la última vez que lo vi.
El mejor homenaje que puede hacerle la universidad y
la política venezolana, cuando ya no podremos contar desafortunadamente más con
él, es recuperar la libertad, la democracia, traer a la vida normal a los
presos políticos, al país, a nuestras instituciones universitarias.
Para que su lucha nuestra, que seguirá permanente en
nosotros como una seguidilla de pensamiento y acción, haya tenido algún sentido
real, para que no quede en el viento y la tierrita que tapa.
Siento mucho la partida definitiva de Víctor. En ese sentido, comparto las opiniones
expresadas por otro amigo de la UCV, también luchador de voz y hechos:
https://talcualdigital.com/adios-victor-gracias-por-todo-por-tulio-ramirez/.
Hasta el triunfo definitivo. Sino, no habrá valido la pena. Triunfaremos y su
nombre será guardado con el cariño que merece quien hizo todo lo que estuvo a
su alcance para lograrlo.
30/08/2025
https://www.elnacional.com/2025/08/adios-al-amigo-victor-marquez/
Fotografía: LB (UCV, 2023).
BOB DYLAN EN CARACAS: ARTE Y COMPROMISO
(Nota Editorial)
El pasado miércoles 27 de agosto, el profesor Eugenio
Hernández-Bretón ofreció en el Centro Venezolano Americano la conferencia Bob
Dylan en Caracas, con la moderación del escritor Karl Krispin. El acto fue
reflejo de la vitalidad cultural del CVA y de la permanente conexión de los
venezolanos con la vida intelectual estadounidense, donde Dylan ocupa un lugar
significativo. Y aunque Bob Dylan nunca pisó Venezuela, su presencia estuvo
allí —al menos en sentido metafórico— en ese encuentro.
Cuando en 2016 la Academia Sueca le otorgó el Premio
Nobel de Literatura "por haber creado nuevas expresiones poéticas dentro
de la gran tradición de la canción estadounidense", reconoció lo que ya
era evidente: Dylan llevó la poesía al territorio de la música, convirtió el
verso en canción y dio voz a una generación. Temas como "Like a Rolling
Stone", "Blowin’ in the Wind" o "Hurricane" se
transformaron en himnos donde confluyen crítica social, fuerza poética y un
lenguaje que marcó época.
La irrupción de Dylan en los años sesenta coincidió
con un periodo trepidante en Estados Unidos: la lucha por los derechos civiles,
la polarización en torno a la guerra de Vietnam y los asesinatos de John F.
Kennedy, Martin Luther King y Robert Kennedy. En ese contexto, Dylan emergió
como la voz de quienes buscaban expresar el descontento y la esperanza. Sin ser
político ni activista formal, sus canciones captaron el espíritu de su tiempo
con versos simples y memorables, convirtiéndolo en referente cultural y
material para la reflexión política.
Un ejemplo decisivo es "Hurricane" (1975),
inspirada en el caso de Rubin Carter, boxeador afroamericano condenado
injustamente por un triple asesinato. Con un tono periodístico, Dylan denunció
un proceso judicial marcado por racismo, intolerancia, corrupción y
manipulación. La canción atrajo la atención pública, generó conciertos
benéficos y contribuyó a la revisión del caso: tras dos décadas preso, Carter
fue liberado. "Hurricane" mostró el poder del arte para visibilizar
injusticias concretas, lección particularmente cercana a la realidad
venezolana, donde abundan denuncias de procesos judiciales utilizados para la
persecución política.
Hernández-Bretón subrayó que la huella de Dylan
trasciende su generación. Su influencia se percibe en artistas tan diversos
como Guns N’ Roses o Adele. La versión de "Make You Feel My Love",
grabada por la británica en 2008, demostró cómo la sensibilidad de Dylan puede
adaptarse a nuevos estilos y conquistar audiencias distintas.
La conferencia genera una pregunta clave: ¿por qué es
importante acercarse hoy a la poesía musical de Dylan en Venezuela? La
respuesta apunta a la función social del arte en contextos de crisis política y
de autoritarismos. En un país marcado por la polarización política, precariedad
económica, persecución, intolerancia y vulneración de derechos, la música de
protesta no solo conmueve, también despierta conciencia y refuerza la dignidad
individual y colectiva.
Más de medio siglo después de su debut, Dylan continúa
activo, publicando discos y ofreciendo conciertos. Su permanencia demuestra que
su obra no fue una moda, sino un proyecto cultural de largo aliento. En
Venezuela, donde la crisis amenaza con debilitar las expresiones artísticas,
estudiarlo es recordar que la música puede ser herramienta de reflexión, de
resistencia y de cambio político.
Y recuerda, sobre todo, que la dignidad humana es un
valor irrenunciable que la cultura y la inteligencia pueden y deben defender.
Fuente:
https://www.elnacional.com/2025/08/bob-dylan-en-caracas-arte-y-compromiso/
Conferencia y captura de pantalla: https://www.youtube.com/watch?v=eLYK80EuW6Q
“La utopía de una risa libre acompaña al
liberalismo político. La libertad de reírse de todo es como la de hablar de
todo, una conclusión lógica del rechazo a que alguien decida unilateral y
coercitivamente de qué no se puede reír, de qué hay que hablar, qué voces no
conviene que escuchemos. En esta utopía de una risa libre y con potencial dañoso
atenuado se ríe o no se ríe porque se quiere, no por miedo. Retomando la cita
de Wittgenstein, se diría que con esta universalización del derecho a reír de
lo que sea se recupera esa cosa más profunda e importante, el juego del
lenguaje humorístico que nadie controla de antemano.”
Daniel Gamper
(“De qué te ríes. Beneficios y estragos de la
broma”, Herder Editorial, 2024): 66)
Ilustración: Yue Minjun.
- Jorge Villalba. “Las juventudes políticas enjuician:
Donald Ramírez”. El Universal, Caracas, 14/03/79.
- Marcel Roche. “La ´realidad´”. El Diario de Caracas,
18/07/83.
-Eduardo Fernández. “Perspectivas: El Congreso y las
Fuerzas Armadas”. El Universal, 06/11/75.
- “El violento fin de Pancho López”. Élite, Caracas,
N° 2072 del 12/06/65.
Reproducción: Renny Ottolina: "Un día con los genios del cine". Momento, Caracas, nr. 342 del 03/02/63.
MEDIO SIGLO DE LA NACIONALIZACIÓN PETROLERA
Luis Barragán
Todo parece indicar que fue tardía la toma de
conciencia del venezolano promedio en torno al petróleo y su trascendencia en
la vida del país, a pesar del creciente peso adquirido en las estadísticas
oficiales. Además, siendo una mentalidad de mayor antigüedad, el rentismo
adquiría nuevos e inadvertidos bríos en un paisaje social de irreprimible
transformación al galope de las exportaciones de un rubro inesperado.
Cincuenta años después de sancionada y promulgada la Ley
Orgánica que Reserva al Estado la Industria y el Comercio de los Hidrocarburos,
hay un retroceso significativo y preocupante en relación al interés, el
seguimiento y la discusión públicas de una materia que será ineludible - por
varios años más y ojalá que décadas - entre nosotros. Amén de la (auto)censura y el
bloqueo informativo, diferentes sectores vivos del país no le prestan una
visible atención ni demuestran la suficiente vocación por estudiarla, y un
primer contraste apunta al viejo y provechoso afán de la élite política por aproximarse,
dominar y adoptar las soluciones correspondientes, frente a la negligencia de
aquellos que, por estos días, la creen
un asunto de política pública harto consumado, exhaustivamente tratado, y
fastidiosamente reiterado.
Muy antes, supusimos que el crudo repentinamente se
agotaría para velar solamente por el celoso ahorro del recurso y la defensa de
sus precios internacionales, aunque muy ahora sospechamos que la venidera
década será la del definitivo reemplazo del combustible fósil en los grandes
países consumidores, por lo que nuestra será la condena a un inútil subsuelo
inundado de un crudo pesado y extrapesado. Ayer, muchos lo aseguraron, las
inversiones extranjeras fueron una maldición bien ejemplificada por los
dependentólogos en el campo energético, mientras que los fuerzan a bendecir a aquellos
que ahora las atraigan aún bajo el esquema de las zonas económicas especiales,
olvidadas las tercas banderas de una estridente nacionalización sin ninguna
fórmula de indemnización, otrora proclamada y vitoreada la gasolina barata.
No digamos de los antiguos elencos políticos y ejecutivos
de la industria, diferenciado el papel del tren ministerial con el de la
empresa de un vital, necesario e irrebatible
desempeño mercantil. La sola mención de los estupendos equipos gerenciales que
hicieron carrera en la industria (como igualmente comenzamos a apreciar el
equivalente habido en el metro de Caracas y en el Seniat), conviniendo en dirigentes y voceros
partidistas de fuste, nos releva de un comentario adicional respecto al
presente siglo.
Manía alguna de historicistas que le niegan originalidad a la actual coyuntura, recordamos aquella época de una extendida, sostenida y vibrante deliberación de la que nadie, absolutamente nadie, estuvo eximido de pronunciarse sobre la nacionalización del petróleo. Importa y mucho decirlo para extrañeza de las nuevas generaciones, tomando un ámbito más amplio, como el debate de profundidad que estupendamente lo ilustraron los senadores (destacando los llamados vitalicios), y los diputados, la cámara política por excelencia, por cierto, ambos hemiciclos irreductible y libremente plurales; y, en otro más restringido, a mediados de nuestro bachillerato, entre los partidarios o los adversarios de las empresas mixtas y el famoso y decisivo artículo 5 del proyecto de ley en cuestión, reducidas las fuerzas minoritarias de la ultraizquierda a las cajas sonoras y sus panfletos, recordamos la remota pasión por temas nada banales.
Reproducción: Volante, 1975.
Collage: LB, con gráficas tomadas de Resumen (Caracas, 1975 y 1976), El Universal (1981), y una pieza de Rolando Peña.
26/08/2025:
https://www.elnacional.com/2025/08/medio-siglo-de-la-nacionalizacion-petrolera/
DE LA PALABRA NACIONALIZADORA
Luis Barragán
El venidero 29 de los corrientes, cumplirá medio siglo de promulgada la Ley Orgánica que Reserva al Estado la Industria y el Comercio de los Hidrocarburos. Efectiva su aplicación a partir del primer día de enero de1976, hoy pocos imaginan el colosal nivel de discusión y de pasión públicas que suscitó la sola intención de nacionalizar la industria petrolera venezolana.
En los espacios más amplios, los partidos, los medios
de comunicación social, las distintas expresiones de la sociedad civil,
incluyendo a las más desorganizadas, intensificaron el debate que muy bien
condensaron los senadores y diputados del extinto Congreso, y los múltiples
aportes bibliográficos a los que obligó. Por supuesto, siendo necesario
decirlo, que la dirigencia partidista estimuló y protagonizó una profunda
polémica para la cual estuvo en buena medida preparada, añadida la academia que
abría sus puertas para actualizar el más común de los sentidos.
En los espacios más restringidos, a mediados de
nuestro bachillerato, el liceo público fue un referente inevitable para
extender los más contrastantes planteamientos, a favor o en rechazo del
artículo 5° y las empresas mixtas. La ultraizquierda actuaba con sus consabidas
tesis anti-imperialistas, intentando a
todo trance la alteración del orden público.
Por entonces, al fin y al cabo, el adolescente ingenuo
que fuimos, adquiría con frecuencia, sin entenderlas en demasía, las revistas
Resumen y SIC, enterándose de nombres como los de Gustavo Coronel y Alberto
Quirós Corradi, procurando asistir a distintos foros, añadido los febriles del
regañón Domingo Alberto Rangel, en la UCV o en el gremio de los periodistas. Es
el mismo adolescente que preguntó e intentó asistir al debate parlamentario en
cualquiera de los hemiciclos, sin saber que se requería de algún nexo
partidista para los limitados palcos públicos del Capitolio Federal. No
obstante, leyó y escuchó las versiones radiales del debate de senadores y
diputados, impresionándole la intervención de Abdón Vivas Terán de quién muy
poco o nada sabía; sobre todo – si mal no recordamos - escuchándolo personalmente, een un lugar
cercano a la casa, llamado “La Lugareña”: al igual que los líderes sindicales,
el novel parlamentario se había quitado el saco, aflojado la corbata,
arremangada la camisa, para dar un encendido discurso nacionalizador.
Época lejana, remota, distante, pero se nos antoja que fue ayer
El venidero 29 de los corrientes, cumplirá medio siglo
de promulgada la Ley Orgánica que Reserva al Estado la Industria y el Comercio
de los Hidrocarburos. Efectiva su aplicación a partir del primer día de enero
de1976, hoy pocos imaginan el colosal nivel de discusión y de pasión públicas
que suscitó la sola intención de nacionalizar la industria petrolera
venezolana.
En los espacios más amplios, los partidos, los medios
de comunicación social, las distintas expresiones de la sociedad civil,
incluyendo a las más desorganizadas, intensificaron el debate que muy bien
condensaron los senadores y diputados del extinto Congreso, y los múltiples
aportes bibliográficos a los que obligó. Por supuesto, siendo necesario
decirlo, que la dirigencia partidista estimuló y protagonizó una profunda
polémica para la cual estuvo en buena medida preparada, añadida la academia que
abría sus puertas para actualizar el más común de los sentidos.
En los espacios más restringidos, a mediados de
nuestro bachillerato, el liceo público fue un referente inevitable para
extender los más contrastantes planteamientos, a favor o en rechazo del
artículo 5° y las empresas mixtas. La ultraizquierda actuaba con sus consabidas
tesis anti-imperialistas, intentando a
todo trance la alteración del orden público.
Por entonces, al fin y al cabo, el adolescente ingenuo
que fuimos, adquiría con frecuencia, sin entenderlas en demasía, las revistas
Resumen y SIC, enterándose de nombres como los de Gustavo Coronel y Alberto
Quirós Corradi, procurando asistir a distintos foros, añadido los febriles del
regañón Domingo Alberto Rangel, en la UCV o en el gremio de los periodistas. Es
el mismo adolescente que preguntó e intentó asistir al debate parlamentario en
cualquiera de los hemiciclos, sin saber que se requería de algún nexo
partidista para los limitados palcos públicos del Capitolio Federal. No
obstante, leyó y escuchó las versiones radiales del debate de senadores y
diputados, impresionándole la intervención de Abdón Vivas Terán de quién muy
poco o nada sabía; sobre todo – si mal no recordamos - escuchándolo personalmente, een un lugar
cercano a la casa, llamado “La Lugareña”: al igual que los líderes sindicales,
el novel parlamentario se había quitado el saco, aflojado la corbata,
arremangada la camisa, para dar un encendido discurso nacionalizador.
Época lejana, remota, distante, pero se nos antoja que fue ayer
El venidero 29 de los corrientes, cumplirá medio siglo
de promulgada la Ley Orgánica que Reserva al Estado la Industria y el Comercio
de los Hidrocarburos. Efectiva su aplicación a partir del primer día de enero
de1976, hoy pocos imaginan el colosal nivel de discusión y de pasión públicas
que suscitó la sola intención de nacionalizar la industria petrolera
venezolana.
En los espacios más amplios, los partidos, los medios
de comunicación social, las distintas expresiones de la sociedad civil,
incluyendo a las más desorganizadas, intensificaron el debate que muy bien
condensaron los senadores y diputados del extinto Congreso, y los múltiples
aportes bibliográficos a los que obligó. Por supuesto, siendo necesario
decirlo, que la dirigencia partidista estimuló y protagonizó una profunda
polémica para la cual estuvo en buena medida preparada, añadida la academia que
abría sus puertas para actualizar el más común de los sentidos.
En los espacios más restringidos, a mediados de
nuestro bachillerato, el liceo público fue un referente inevitable para
extender los más contrastantes planteamientos, a favor o en rechazo del
artículo 5° y las empresas mixtas. La ultraizquierda actuaba con sus consabidas
tesis anti-imperialistas, intentando a
todo trance la alteración del orden público.
Por entonces, al fin y al cabo, el adolescente ingenuo
que fuimos, adquiría con frecuencia, sin entenderlas en demasía, las revistas
Resumen y SIC, enterándose de nombres como los de Gustavo Coronel y Alberto
Quirós Corradi, procurando asistir a distintos foros, añadido los febriles del
regañón Domingo Alberto Rangel, en la UCV o en el gremio de los periodistas. Es
el mismo adolescente que preguntó e intentó asistir al debate parlamentario en
cualquiera de los hemiciclos, sin saber que se requería de algún nexo
partidista para los limitados palcos públicos del Capitolio Federal. No
obstante, leyó y escuchó las versiones radiales del debate de senadores y
diputados, impresionándole la intervención de Abdón Vivas Terán de quién muy
poco o nada sabía; sobre todo – si mal no recordamos - escuchándolo personalmente, een un lugar
cercano a la casa, llamado “La Lugareña”: al igual que los líderes sindicales,
el novel parlamentario se había quitado el saco, aflojado la corbata,
arremangada la camisa, para dar un encendido discurso nacionalizador.
LA ETERNIDAD ES AHORA
(San Lucas, 13: 22-30)
Enrique Martínez Lozano
No resulta fácil en este texto, que "suena"
como uno de los más duros de todo el evangelio, llegar a saber lo que procede
de Jesús y lo que fue una elaboración posterior de la propia comunidad.
Pero hay un indicio claro que nos induce a pensar que
nos hallamos ante un relato construido por la tradición, probablemente a partir
de algunos dichos sueltos de Jesús. El indicio no es otro que el papel
"extraño" que se atribuye a Jesús en el juicio, una idea más propia
de la primera comunidad que del Maestro de Nazaret.
Paralelamente, parece lógico pensar que fuera la
naciente comunidad cristiana, en su pugna con la sinagoga, quien se viera a sí
misma compuesta por los que han llegado "de oriente y occidente, del norte
y del sur", en contraposición con el pueblo judío que –según la lectura de
aquella misma comunidad- ha sido "echado fuera".
Otras expresiones resultan bien conocidas.
En cualquier caso, y más allá del uso que de ellas
hicieran las primeras comunidades, me parece claro que las palabras de Jesús no
tendrían un carácter condenatorio, sino exhortativo. Y no podría ser de otro
modo, porque quien "ha visto" no condena jamás; lo que hace es
"advertir" de la ignorancia que nos lleva a "perdernos".
Sea lo que fuere, en último término, de la
"autoría" del texto que nos ocupa, tratemos de abrirnos a los
"ecos" que despierta en nosotros.
La pregunta inicial –"¿serán pocos los que se
salven?"- es la pregunta más característica del yo religioso. Tenemos
claro que el yo no busca otra cosa sino su propia autoafirmación. Debido a su
carácter vacío y a su incapacidad de existir en el presente, busca constantemente
aferrarse a algo, en la expectativa de un futuro que le traiga la
"satisfacción" ansiada.
La ironía consiste en que ese futuro es tan
inexistente como el propio yo que se proyecta en él. Pero, entre tanto, el yo
sueña con llegar a ser feliz algún día, identificándose con diferentes señuelos
–tener, poder, placer-, sin ser consciente de que es esa misma identificación
la que hace imposible la felicidad. Dicho con más rotundidad: el único
obstáculo para la felicidad es la identificación con el yo.
Sin embargo, mientras no se "despierta", esa
trampa mortal no se ve. Y si el yo es "religioso", a su futuro
definitivo lo llamará "salvación": buscará salvarse a toda costa, en
una perpetuación "eterna" de la autoafirmación siempre imposible.
¿Podría imaginar una promesa mayor para su insaciable ambición?
Eso explica que la religión mítica –la religión del
"yo"-, en la que todos nosotros hemos crecido, haya pivotado en torno
a la cuestión de la "salvación del alma". No existía una preocupación
mayor: ¿cómo salvarme?
Frente a esa inquietud del yo, la respuesta de Jesús
anima a "entrar por la puerta estrecha". Pero el texto no nos dice en
qué consiste exactamente.
Dentro de la lógica del propio "yo
religioso", no sorprende que, a lo largo de la historia, se haya entendido
como "sacrificio", "mortificación", "sumisión"
incluso... El yo –cuya religión se basaba en el esquema del mérito y la
recompensa- es amante del voluntarismo perfeccionista, con el que, en no pocos
casos, trataba de saldar, sin darse cuenta, antiguas culpabilidades
inconscientes.
Una lectura más serena de aquellas palabras, sin
embargo, nos hace ver que no se puede confundir "puerta estrecha" con
"carrera de méritos" –aunque fuera en forma de obstáculos-, sino que
debe referirse a algo bien distinto.
Si caemos en la cuenta de que, por su propio carácter,
el yo busca "inflarse", de un modo inevitable y compulsivo, nos
resultará patente que es justamente el yo el que nunca podrá entrar por la
"puerta estrecha".
Por tanto, la invitación para alcanzar la "salvación"
–no la que espera el yo, sino el "despertar" de la ignorancia y del
sufrimiento- pasa por desidentificarse del yo. "Entrar por la puerta
estrecha" es desapropiación del yo.
Ahora bien, el trabajo de desapropiación no se
consigue con voluntarismo –un voluntarismo que, una vez más, no haría sino
seguir alimentando al yo-, sino que es fruto de la comprensión.
No buscamos desidentificarnos del yo por ningún motivo
"ascético", sino sencillamente porque hemos empezado a comprender que
ésa no es nuestra verdadera identidad. Por eso, en la medida en que crezcamos
en esa comprensión, notaremos también un movimiento interior a poner en
práctica los medios que nos capaciten para vivirla.
Los diferentes medios coincidirán en el hecho de que
nos hacen crecer en consciencia de no ser el "yo" que nuestra mente
piensa y nos hacen vivir de una manera desapropiada, sin sentirnos como
"hacedores".
Aprenderemos progresivamente a observar a nuestro yo,
en cualquiera de los "disfraces" que use –eufórico o deprimido, sumiso
o airado...-, y a tomar distancia de él. Y cuidaremos, por encima de todo,
venir al instante presente, como medio privilegiado de experimentar la
Presencia que somos.
Desde la nueva percepción de nuestra identidad, todas
las cuestiones quedan redimensionadas: se ha modificado la percepción de la
realidad. Si el yo andaba buscando desesperadamente su "salvación" en
un futuro que imaginaba "eterno", venimos a reconocer que la
Presencia es ya la eternidad, en cuanto Plenitud atemporal.
Si era fácil identificar al insaciable yo con el
chiste de Woody Allen –"¡qué feliz sería si fuese feliz!"-, desde la
nueva comprensión, venimos a reconocer, con Ludwig Wittgenstein, que "para
la vida en el presente, no existe la muerte".
Como ha escrito el lúcido filósofo ateo André
Comte-Sponville,
"la muerte no me robará más que el futuro y el
pasado, que no tienen existencia. Pero el presente y la eternidad (el presente,
luego la eternidad) están fuera de su alcance. Sólo me arrebatará el yo. Por
eso me desposeerá de todo y no me desposeerá de nada. La muerte sólo me
despojará de mis ilusiones"
(A. COMTE-SPONVILLE, El alma del ateísmo. Introducción a una espiritualidad sin Dios, Paidós, Barcelona 2006, p.194).
La "salvación" –según el texto- consiste en
"sentarse a la mesa en el reino de Dios", una imagen festiva,
convivencial y comensal, con la que en la Biblia se suele designar la Plenitud
divina.
Esa "mesa" coincide también con la
Presencia, es decir, con la atemporalidad o eternidad. La mesa ya está puesta
–siempre lo ha estado-, pero sólo podremos "saborearla" si,
trascendiendo la identidad egoica que anda buscando "migajas", en las
que ha puesto sus expectativas de bienestar, venimos a la Presencia luminosa y
eterna, nuestra identidad más profunda.
Al acceder a esa identidad, descubrimos que la
pregunta inicial –"¿serán pocos los que se salven?"- nace únicamente
de la mayor ignorancia. Porque, anclados en la Presencia que somos, descubrimos
que ya estamos en el reino de Dios: la eternidad es Ahora. Y nos privamos de la
felicidad, porque nos escapamos del Presente.
Comprendo bien que esto pueda sonar hiriente a quien
dice estar envuelto en el sufrimiento y pueda sublevar a nuestra sensibilidad
ante la constatación diaria de situaciones de injusticia.
Y que sólo creciendo en esa consciencia –que es
comprensión- y desde ella, lo que brote será Vida. Porque, quizás, nuestro
mayor problema es la incapacidad para reconocernos y vivirnos en la –como-
Presencia.
Fuente:
https://www.feadulta.com/es/buscadoravanzado/item/1758-la-eternidad-es-ahora.html
Ilustración: Carlos Xavier Duque Rangel.
Fotografías: LB, Iglesia de la Coromoto (CCS, 24/08/2025).
Padre Peraza: https://www.facebook.com/arperaza/videos/1944787026342671
Padre S. Martín: https://www.youtube.com/watch?v=ruW5JT7LI88
https://www.youtube.com/watch?v=OjGIOWIzCgg&list=RDOjGIOWIzCgg&start_radio=1.
Por cierto, hemos consignado nuestra observación por lo que respecta a la Iglesia: "Buenas tardes. De nuevo, nuestra modesta observación sobre la data del video que se ha orbitado. Por ejemplo, intitular y etiquetar con la fecha, la lectura de hoy, el nombre del oficiante, entre otros datos. Importante para que quede para la posteridad. He acá el argumento, por lo que respecta a la práctica digital de nuestra Iglesia: https://www.elnacional.com/2025/08/de-lo-politicamente-efimero/" (ello, en la cuenta de la arquidiócesis: https://www.youtube.com/watch?v=aMyUmPIC3a0&list=RDaMyUmPIC3a0&start_radio=1).
- “(Eleazar) López Contreras, un estilo político”. Signo,
Caracas, N° 1 del 05/07/51.
- Elio Gómez Grillo. “Entre trazos y trizas: El
segundo libro del coronel Machillanda” (“Poder político y Poder Militar en
Venezuela 1958-1986”). El Globo, Caracas, 17/10/93.
- José María Chacón y Calvo. “Un maestro de la literatura
venezolana: Pedro Emilio Coll”. El Nacional, Caracas, 07/09/47.
- B. Siso Planchart y Co. Sucres,
presentó nuevos modelos de los automóviles Chevrolet en Caracas. El Nuevo
Diario, Caracas, 09/04/35.
Reproducción: "El poeta y pedagogo Héctor Guillermo Villalobos, Presidente del Estado Bolívar, hablando con nuestro compañero de redacción Carrillo Moreno". Élite, Caracas, 27/10/1947.
TESOROS DE LA MEMORIA
Ramón Guillermo Aveledo
En 1968 presencié por
primera vez una sesión de la Cámara de Diputados.
Debate sobre la
invasión soviética a Checoeslovaquia. El discurso de Rodolfo José Cárdenas, una
obra maestra de cultura, valores democráticos, buen humor y buen decir. A los
dieciocho recién cumplidos estaba muy emocionado, soñaba con que ese hemiciclo
llegara a ser algún día mi lugar de trabajo como representante de los larenses.
Y así fue.
La vida me ha
regalado pequeñas emociones que son muy grandes para mí. Hay las personales que
son las más grandes: matrimonio, graduación en el Aula Magna o antes, el
nacimiento de mis tres hijos. Pero hablo
aquí de otras emociones, más pequeñas agrandadas por mi vocación y mi formación
personal.
La invasión soviética
a Checoeslovaquia sacudió nuestras conciencias juveniles. La primera
manifestación universitaria en la que participé fue un homenaje a Jan Palach en
la Plaza Cubierta del Rectorado. La Juventud Comunista, que defendía la
“solidaridad proletaria” del Ejército Rojo para aplastar la Primavera de Praga,
vinieron a sabotear y la cosa desembocó en una pelea donde los estudiantes
socialcristianos sacamos la peor parte. Mucho después pude visitar la bellísima
Praga, creo que en 2008 y en la primera mañana salimos para ir al bulevar con
la estatua de San Wenceslao, la clásica radiofoto de los tanques rusos, llegamos
a la esquina de vista magnífica, el museo a nuestras espaldas, y cuando
explicaba a mi esposa y a mi hija menor su significación, me doy cuenta que
estoy parado exactamente donde Jan Palach se inmoló. Imaginen ustedes mi
emoción.
Así han sido varias, todas
muy poderosas para mí. Como cuando en abril de 1966 vi publicado en El Impulso
mi primer artículo o mi primer viaje fuera del país, en 1959 a una Bogotá que
le pareció muy fría y lloviznosa al niño barquisimetano que era. Otra emoción
inolvidable fue mi primera vez en el Estadio Universitario. Papá me llevó a la
final del Mundial Juvenil que Venezuela ganó a México. No imaginaba cómo sería
un juego nocturno, tampoco sabía que el estadio era verde –en Barquisimeto era
de tierra y la televisión era en blanco y negro- así que aquella imagen se
quedaría para siempre en mi memoria y vuelve cada vez que voy a un encuentro.
Fenway Park en Boston el ochenta y tres, entrar al dogout de los Medias Rojas,
la foto con Yastrzsemski, pisar su grama, fue muy emocionante, pero no equivale
a aquella primera en el Universitario.
20/08/2025:
https://opinionynoticias.com/opinionpolitica/43363-tesoros-de-la-memoria
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